Es lamentable y triste ver en las imágenes y fotos que llegan de Cuba cómo en pleno día están las calles y parques repletos de personas  que caminan, conversan, o juegan dominó en vías públicas  por las que no circulan los vehículos debido a los escombros, baches que parecen furnias, o basureros.

No hay ciudades en todo Occidente que en sus barrios residenciales tengan más gente ociosa  en las calles que las cubanas. Y se explica, la tasa nacional  de desempleo es de 33%  según economistas no vinculados al régimen, lo que coloca a  Cuba como uno de los países con mayor “ejército industrial de reserva” (como lo llamaba Marx) del mundo.

El propio régimen ya admite que hay en el país 2.5 millones de personas en edad laboral que no trabajan, más 607,000  trabajadores que perdieron el empleo por la crisis económica y la pandemia. Eso arroja una tasa de desocupación de un 27%  pero ya se sabe que es más alta: uno de cada tres trabajadores cubanos no tiene empleo.

¿Dónde encontrarán trabajo 3.1 millones de cubanos desocupados?

Ahora el régimen de Raúl Castro dice que con la Tarea de Ordenamiento  se crean condiciones para que “la gente sienta necesidad de trabajar porque suben los precios y se quitan los subsidios”.  Según el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS), quienes perdieron sus empleos, o nunca han trabajado, ahora podrán encontrar un empleo.

Lo que no dijo ese ministerio es dónde van a encontrar trabajo esos 3.1 millones de desocupados. Porque  la Tarea de Ordenamiento lo que hace es torpedear  y achicar al sector privado, que es el único que de veras genera empleos en Cuba. ¿Por qué se torpedea al sector privado? Para evitar que crezca y se convierta en una fuerza económica  independiente del Estado y potencial  factor de desestabilización política para el castrismo.

El 89% de los nuevos empleos los generó el sector privado

La dictadura estalinista  castrista  necesita que los cubanos dependan  del Estado. Y si son pobres,  más dependerán del gobierno. Por eso aparece ahora el inaudito  llamado a mejorar la eficiencia de las empresas estatales, mientras generales y  coroneles se preparan para apropiarse individualmente como capitalistas de las menos obsoletas  hoy no pertenecientes  al imperio económico militar GAESA.  Lo piensan hacer  cuando salgan de escena  Castro II y los comandantes “históricos”.

Pero la crisis y la realidad al final  siempre se imponen. De 102,520 nuevos empleos que reportó el gobierno en 2020 antes de la pandemia, solo 11,547 se generaron en el sector estatal. Los restantes 90,973 trabajadores fueron asimilados por el sector privado.

O sea, el 89% de los nuevos empleos los creó la acogotada  libre empresa cubana. Ello mostró de manera apabullante, por enésima vez,  la superioridad de la  propiedad privada sobre la estatal.

Cuba era un imán de inmigrantes en busca de trabajo

Y no hay que ir muy lejos, sino fijarse en la propia Cuba antes del cataclismo castrista, cuando era un imán de inmigrantes. A la hermosa isla tropical llegaban personas de todas partes del mundo en busca de empleos, incluyendo profesionales, inversionistas y empresarios atraídos por el boom económico capitalista de la Isla.

Solo entre 1902 y 1930 llegaron 1.3 millones de inmigrantes y el país duplicó su población, según estadísticas del Ministerio de Hacienda. En esos primeros 28 años de vida republicana  arribaron 774,123 españoles, 190,046 haitianos y 120,046 jamaicanos, así como  34.462 estadounidenses,  19,769 ingleses,  13,930 puertorriqueños, 12,926 chinos, 10,428 italianos, 10,305 sirios, 8,895 polacos, 6,632 turcos, 6,222 franceses, 4,850 rusos, 3,726 alemanes y 3,569 griegos.

Volviendo a la tercera década del siglo XXI, la cúpula castrista, sin liberar las fuerzas productivas,  se aparece con una aplicación online (software) para “promover un creciente interés por el trabajo”. Lo escandaloso es que el Estado no tiene posibilidad  real alguna de asimilar a ese ejército de desempleados ya mencionado, que seguirá aumentando sin remedio si no se abre la economía al sector privado.

Empleos son para “amistades y familiares de los dirigentes

La aplicación en cuestión, creada  por el  propio MTSS, pone a disposición de los usuarios ofertas de empleo de empresas y entidades estatales,  cooperativas y trabajadores por cuenta propia de todo el país.

Pero simultáneamente el régimen  bloquea  y asfixia al cuentapropismo con topes de precios, impuestos exorbitantes, prohibiciones absurdas, el encarcelamiento de los emprendedores más exitosos,  y confiscaciones de productos a carretilleros y otros vendedores de alimentos. Son ya miles las licencias que han sido canceladas a cuentapropistas en los últimos dos meses.

En cuanto a las posibilidades  de encontrar  un buen trabajo en el sector estatal, nada más elocuente que  lo que le comentó en La Habana  a un periodista de Cubanet  el joven desempleado  Yosvanis Pereda:   ”Para nadie es un secreto que las mejores plazas aquí en Cuba son para las amistades y familiares de los dirigentes y muchas veces son ofertadas y hay que pagar por ellas a los jefes y administrativos”.