En 2020 en Cuba se perdió el 43% del agua bombeada en toda la isla desde los acueductos debido a los salideros y el deplorable estado y funcionamiento de las redes de abasto del precioso líquido. Así lo informó el gobierno.

Aunque según fuentes independientes la verdadera cifra superó el 60%, de todas maneras, ese 43% de agua perdida en cualquiera otra parte del mundo habría estremecido a la nación. Basta imaginarse el escándalo que se habría desatado en Francia, Japón, o Colombia.

En la Cuba castrista, sin embargo, la noticia la dio de soslayo, sin darle mucha importancia, el vicepresidente de Agua y Saneamiento, la entidad estatal encargada del agua potable en la isla.

Tarifa de agua aumentará aún más

Entrevistado por la revista Bohemia, a propósito de las quejas de la población por el aumento de un 700% en la nueva tarifa de agua, Yunior González, que así se llama el burócrata, justificó el aumento y lo calificó de “casi simbólico”, que debió ser mayor. Agregó que las tarifas aumentarán más y que hay un plazo de “hasta un año para estudiar y decidir a cuánto ascenderán finalmente”.  Y remató aclarando que no será posible mejorar el servicio de agua.

El régimen de Raúl Castro comete aquí al menos cinco grandes injusticias:

  1. con la reunificación monetaria se multiplicaron los salarios por 4.9, no por 7, ni por 20 en algunos casos;
  2. hay 3.1 millones de desempleados que no se han beneficiado de aumento de salario;
  3. hay 1.1 millones de jubilados cuya pensión oscila entre 1,528 y 1,733 pesos;
  4. gran número de trabajadores solo ganan el salario mínimo de 2,100 pesos; y
  5. decenas de miles de ancianos viven en una dramática miseria, pues no tienen retiro ni reciben pensión alguna, y muchos viven solos.

Se planea instalar unos 120.000 nuevos metro contadores para sustituir a los que ya no funcionan

Pagan justos por pecadores

O sea, la dictadura, en la quiebra económica, quiere cargarle y cobrar a las familias que reciben agua desde acueductos lo que no puede cobrar a las familias cuyas viviendas no están conectadas a acueductos y las que no tienen aparatos (metros) para medir el consumo.

González adelantó que en 2021 se planea instalar unos 120.000 nuevos metro contadores para sustituir a los que ya no funcionan y aumentar el número de estos en áreas “donde haya un flujo estable de agua”. Pero esas áreas, ya consideradas como “privilegiadas”, son cada vez más escasas.

Todo esto encaja con la célebre frase de Cervantes en el Quijote de “pagan las veces justos por pecadores”. Los justos son las familias con servicio de agua y metro contador, los pecadores la mafia que usurpa el poder, que no ha ampliado las fuentes de abasto de agua, no ha mejorado las ya existentes ni les da mantenimiento adecuado, por lo cual están en estado ruinoso.

Datos oficiales revelaron en 2020 que en La Habana seguían sin ser reparadas unas 2.000 roturas y grandes salideros, que derramaban diariamente millones de metros cúbicos del agua procedente de los acueductos de Ariguanabo, Vento, Cuenca Sur y Jaruco-Aguacate.

Por otra parte, el régimen reveló en 2020 que el 15% de la población urbana del país no recibe agua de un acueducto. Como siempre, la cifra real es superior y puede que sea de un 20% o más. Estamos hablando de unos dos millones de cubanos citadinos que en pleno siglo XXI no disponen de servicio regular de agua en sus hogares, como en el Africa Subsahariana.

Y cientos de miles de familias, aun teniendo conexión normal con acueductos, solo reciben agua una o dos horas al día, o cada tres o cuatro días. Infinidad de familias solo pueden tomar agua, cocinar y bañarse si hacen colas en lugares públicos para llenar cubos de agua. Muchos esperan angustiados que llegue un camión cisterna, o que pase un “vendedor de agua” particular.

520,000 cubanos cargan el agua que necesitan a una distancia superior a 200 metros de su domicilio.

La tarifa de agua aumenta riesgo de contraer el Covid-129

Especialistas independientes calculan que en Cuba al menos 520,000 personas cargan el agua que necesitan a una distancia superior a 200 metros de su domicilio. Eso lo hacían las tribus primitivas hace miles de años.

Con la pandemia del Covid-19 la población necesita redoblar las medidas de higiene y limpieza en general, sobre todo ahora que el coronavirus se ha disparado en la isla con miles de contagios. Pero con la nueva tarifa del agua muchas familias por razones económicas no podrán cumplir con esas medidas de prevención, estarán más expuestas a contagiarse y hasta de morir.

Este panorama medieval explica las constantes protestas públicas en reclamo de suministro de agua. Ahora van a aumentar.

Pandemia a un lado, lo cierto es que la abusiva nueva tarifa del agua, que junto con las nuevas tarifas de electricidad y del gas conforma una triada terrible que ya está haciendo más miserable la vida de millones de cubanos, y causará la quiebra de miles de negocios privados. Es, sin duda, otro gran “logro de la revolución”.