Escasez de alimentos y temor a un nuevo período especial

El gobierno cubano anunció en el mes de mayo un plan de racionamiento “temporal” para “lograr mayor equidad en la distribución de algunos productos” y “evitar el acaparamiento”.

El gobierno se prepara así para afrontar un nuevo período de escasez y penurias económicas. Y, otra vez, resistir es la principal consigna.

Con la intención de tranquilizar a la población Raúl Castro advirtió de que “no se trata de regresar a la fase aguda del Periodo Especial”, la crisis provocada por la desintegración del campo socialista a comienzos de los años noventa, cuando el PIB cayó un 35% en tres años y los apagones llegaron a ser de 12 horas diarias, un recuerdo que todavía provoca pavor en varias generaciones de cubanos.

Desde hace meses, en los mercados de toda la isla comenzó a sentirse el desabastecimiento de productos básicos como la harina, los huevos, el pollo, el aceite y algunas medicinas, lo que provocó colas y medidas para evitar el acaparamiento, incluida la venta controlada de productos deficitarios.

Cada cubano adulto recibe mensualmente a través de la “cartilla de racionamiento”, establecida desde el año 1962, unos tres kilos de arroz, 1,8 kilos de azúcar, medio litro de aceite de soja, un paquete de café mezclado, un paquete de pasta, 15 huevos, y medio kilo de pollo.

Con 11,2 millones de habitantes, Cuba importa entre 60% y 70 % de los alimentos que consume por un valor anual que se eleva a más de 2000 millones de dólares.

Las noticias de la escasez en Cuba recorren las publicaciones latinoamericanas y las redes sociales. En algunas se culpa al bloqueo y a las nuevas medidas de Trump, sin ahondar que la verdadera causa es la ineficiencia económica del sistema totalitario implantado en Cuba.