Es harto conocido que los hermanos Castro tienen un largo expediente de crímenes de lesa humanidad cometidos desde 1959. Más de 7,000 cubanos fusilados, o muertos de otras formas, causados por la “revolución” por motivos políticos son una trágica evidencia.

Pero son muy pocos quienes en Cuba saben que no solo se cometen crímenes de lesa humanidad cuando se masacra a la población civil, se tortura prisioneros o se violan mujeres masivamente.

Según el Estatuto de Roma, instrumento de la Corte Penal Internacional adoptado en 1998, entre los crímenes de lesa humanidad se incluye “un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”, y “la persecución de un grupo o colectividad con identidad propia por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género, o por otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables”.

Detengámonos en lo de “por otros motivos (…) inaceptables”. Ahí cae de lleno el crimen castrista de sumir a un pueblo conscientemente en la pobreza extrema, hacerlo pasar hambre, carencia de medicamentos vitales, y de todo, con tal de mantenerse en el poder.

Largas colas en Cuba para conseguir algo que comer

Campesinos no pueden vender productos que Acopio no recoge

Veamos una noticia reciente venida de la isla: a los campesinos cubanos se les pudren las cosechas porque Acopio (el Estado) no tiene camiones suficientes, ni combustible, para ir a recogerlas. Uno de ellos por su cuenta llenó de cebollas y fue a la ciudad a venderlas, pero fue interceptado por la policía, le confiscaron las cebollas, y lo multaron.

Lo del camión de cebollas confiscadas sucedió hace unos días cerca de San Diego de los Baños, Pinar del Río, según informó Esteban Ajete, presidente de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba, a periodistas independientes.

En tanto, desde San Antonio de los Baños, Artemisa, el agricultor privado Daniel Alfaro (usufructuario de tierras estatales) denunció que en esa región se han acumulado toneladas de tomates y otros productos agrícolas que se están pudriendo en los campos porque Acopio no los recoge y porque las autoridades locales prohíben que los campesinos los hagan llegar a la población.

Carretilleros: multas de 208 dólares por ir a recoger productos

Alfaro agregó que “Acopio no tiene combustible para recogerle a los campesinos las producciones que contrataron, y los carretilleros que se acercan al campo para comprar algunas de las producciones a los guajiros y llevarlas al pueblo están siendo multados hasta con 5.000 pesos ($208 dólares) en este momento, cuando más problemas tenemos con la alimentación”.

Lo mismo ocurre en toda la isla. Y se conoce porque lo reporta la prensa independiente, pues la TV nacional, ni Granma, ni ningún otro medio estatal se atreve a intentar justificar a estas alturas la pérdida de productos agrícolas en el campo por culpa de Acopio. Y tampoco pueden mencionar las confiscaciones de productos agrícolas a los carretilleros urbanos porque ahora los vecinos protestan a gritos contra los esbirros policiales y los inspectores.

¿Cuántas familias solo en San Diego de los Baños y en San Antonio de los Baños podrían haber aliviado el hambre al adquirir tomates, cebollas y otros productos? ¿No dejarían los cubanos de estar desnutridos y de pasar hambre si en Cuba el campo fuese libre y hubiese el mismo comercio agrícola normal que hay en todo país civilizado?

Monopolio comercial estatal agrícola, crimen de lesa humanidad

Es criminal que Raúl Castro y su mafia desde sus mansiones millonarias con chef particulares a su servicio que les sirven manjares deliciosos y nutritivos, insistan en mantener el monopolio del comercio agrícola (Acopio), que ya apenas tiene camiones ni combustible, por lo cual se pierden en los campos las cosechas de los agricultores. Y todo por no permitirles comercializarlos directamente.

Es definitivamente criminal porque el pueblo sufre una crisis alimentaria que ya a apunta a hambruna. Como dice una vieja frase de origen vasco, en Cuba ya la cosa “pasó de castaño a oscuro”.

Es crimen de lesa humanidad porque en medio del hambre el monopolio estatal Grupo Empresarial de Acopio (GEA), sin infraestructura para recoger las cosechas, sigue prohibiendo a los campesinos que ellos las comercialicen y los obliga a que les entreguen al Estado el 80% de sus cosechas. Además, dicta lo que tienen que sembrar y les paga precios tan bajos que muchas veces no cubren los costos de producción.

El colmo es que el Partido Comunista tendrá el mes próximo su VIII congreso y lleva como prioridad en su agenda analizar cómo mejorar la eficiencia del sector estatal, e insistirá en que la propiedad del Estado es superior a la privada. ¡Le zumba el mango!

En fin, se impone urgentemente acusar de crimen de lesa humanidad a Raúl Castro y los demás jerarcas máximos de la tiranía, incluyendo a Miguel Díaz Canel, José R. Machado Ventura, Manuel Marrero y Ramiro Valdés, entre otros.

Son ellos los responsables públicos de que los cubanos estén pasando hambre y necesidades de todo tipo. Y lo peor es que lo hacen ya de manera deliberada para mantener a la ciudadanía dependiente del Estado, y así aferrarse ellos al poder en momentos en que aumenta por día la temperatura de la caldera social y política.


En abril de 2020 la Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) exigió al gobierno 5 puntos  a fin de asegurar la comida de las familias cubanas y evitar que la crisis desemboque en hambruna.

“Sin Campo no hay País”, como se ha conocido esta campaña demanda:

  1. Libertad para la producción y distribución de nuestros productos.
  2. Libertad para fijar los precios de nuestros productos de acuerdo al mercado.
  3. Libertad para importar y exportar directamente, incluso de Estados Unidos, donde está comprobado que sus leyes no lo impiden, por nuestra condición de campesinos independientes.
  4. Eliminar por diez años todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos.
  5. Entregar títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.

La Liga de Campesinos independientes y la FLAMUR concluyen el documento con este llamado: “¡Evitemos una hambruna! ¡Levanten el bloqueo interno a la libre producción agrícola!”

El gobierno de Cuba será  responsable de la hambruna en Cuba, como lo fue Stalin de la hambruna en Ucrania.