Las desgracias y carencias que causa el comunismo en Cuba son tan aberrantes que a veces no parecen creíbles. Una de ellas es que los esclavos en la isla en los siglos XVIII y XIX se alimentaban mejor que los cubanos de hoy en pleno siglo XXI.

Tasajo con boniato era parte de la comida del esclavo cubano

Y así es. Manuel Moreno Fraginals en su monumental investigación-ensayo El Ingenio” mostró que los esclavos en Cuba consumían per cápita diariamente media libra de carne de res, tasajo (carne vacuna ahumada y seca), o bacalao (pescado salado), 500 gramos diarios de harina de maíz, además de boniato, yuca, calabaza o fufú de plátano.

También comían bolas y tostones de plátano, funche (guiso de maíz), frituras, guisos de quimbombó, viandas con mojos (malangas, plátanos, ñame), chilindrón de chivo, y congrí. Aquella dieta, precisa el autor, “satisfacía con creces las necesidades calóricas y proteínicas para cada jornada de trabajo.”

Y agrega dicho estudio que, a mediados del siglo XIX, con un millón de habitantes, Cuba importaba anualmente 8,000 toneladas de bacalao, 16,000 toneladas de tasajo, 700 toneladas de carne salada de vaca y puerco, 800 toneladas de jamón y 200 toneladas de tocino. Eso arrojaba un per cápita de 55.7 libras anuales de carne importada, o sea, 4.6 libras mensuales, a las que había que sumar las producidas nacionalmente.

O sea, aplicando aquel per cápita de hace 170 años a la población cubana actual el país tendría que importar hoy unas 200,000 toneladas de carne de res y de cerdo, y producir además nacionalmente 10 veces más carne ¿Lo hace la “revolución” que construye el socialismo?

Destacó Moreno Fraginals que el consumo de carne en Cuba fue “siempre muy elevado” y en los ingenios situados en las zonas de Sancti Spíritus y Puerto Príncipe (Camagüey), “daban a sus esclavos, exclusivamente, carne fresca, que resultaba más barata que el tasajo.”

Cada esclavo comía diariamente media libra de carne de res

En Las Villas, en el ingenio Las Coloradas, de la familia Valle Iznaga, con 260 esclavos, se sacrificaban 11 reses mensuales que proporcionaban media libra de carne fresca diaria para cada esclavo. Y los que en 1836 trabajaban en la construcción del ferrocarril Habana-Güines recibían media libra de tasajo, o carne fresca, media libra de plátanos machos y 18 onzas de harina de maíz.

La media libra de tasajo o carne fresca proporcionaba unos 70 gramos de proteína animal, 13 gramos de grasa y 382 calorías. A eso se añadían 15 gramos diarios de proteína de origen vegetal  (harina de maíz, plátano, frutas y azúcar).

En fin, aquellos esclavos comían mejor que hoy sus descendientes. Los nutricionistas aseguran que un adulto debe ingerir diariamente 0.8 gramos por kilogramo de peso corporal. Quien pesa 75 kilogramos (165 libras) debe consumir entre 55 y 60 gramos de proteína diarios. Y los alimentos más ricos en proteínas son los de origen animal. Solo que en Cuba hay ahora 100,000 reses menos que en 1918, con 4 veces más habitantes.

Los cubanos seguramente comen hoy menos carne que un etíope

¿Cuánta carne vacuna come hoy un cubano? Nadie lo sabe. Y tampoco sabe que en 1958 sus padres y abuelos consumían 6.7 libras mensuales per cápita de carne de res, según las estadísticas oficiales. Hoy, no son pocos los cubanos que no han probado la carne vacuna en los últimos dos o tres años.  Es más, los cubanos comen menos carne vacuna que los etíopes (1.3 libras mensuales) o los gambianos (1.2 libras), dos de los pueblos más pobres del mundo según la FAO.

Esto es grave. Lo que más afecta hoy a los cubanos es la falta de proteínas, y de acuerdo con los especialistas un solo bistec de res de media libra contiene 60 gramos de proteína, toda la que necesita un adulto diariamente, y el doble de los 36 gramos de un bistec de puerco de igual peso (y que incluye 40 gramos de grasa saturada), y un 30% más que los 42 gramos que proporciona media libra de pollo.

Y es una trampa el consuelo castrista de que los esclavos tenían que ser bien alimentados porque realizaban trabajos muy duros, Porque hoy quienes trabajan igualmente muy duro en los campos de Cuba no pueden, ni soñando, comer media libra diaria de carne de res, tasajo, bacalao, o chilindrón de chivo. Ni congrí abundante todo el mes, frituras o tostones (¿con qué aceite?) La agricultura no los produce suficientemente, y no hay divisas para importarlos.

Por lo demás ¿son libres hoy los cubanos, apaleados o encarcelados si critican al gobierno, no pueden expresarse libremente, ni eligen a sus gobernantes desde 1948, ni tener negocios sin límites, ni desarrollarse como profesionales independientes y prosperar en la vida?

los esclavizados tatarabuelos de muchos manifestantes que el 11 de julio gritaron en las calles cubanas “Libertad” tenían una dieta muy superior en su balance proteico y energético que la de sus tataranietos un siglo y medio después.

Los trabajadores hoy son esclavos del régimen comunista

Además, los trabajadores cubanos hoy son extremadamente explotados. Aplicando el propio anticapitalismo expuesto en “El Capital” por Karl Marx resulta que el Estado socialista no solo se apropia del plusvalor (plusvalía) creado por el obrero en el tiempo de “trabajo adicional” (de donde salen las ganancias del Estado como dueño de los medios de producción), sino de gran parte del valor creado por el trabajador en el “tiempo de trabajo socialmente necesario”, y que según Marx debe recibir íntegramente en forma de salario, para mantenerse él y su familia.

En la Cuba comunista el Estado no le paga a los trabajadores el salario que le corresponde, sino mucho menos. Es de ese robo salarial que sale la “gratuidad” socialista, y la “dolce vita” de que disfruta la cúpula castrista.

Conclusión:  los esclavizados tatarabuelos de muchos manifestantes que el 11 de julio gritaron en las calles cubanas “Libertad” tenían una dieta muy superior en su balance proteico y energético que la de sus tataranietos un siglo y medio después. ¡Gracias Fidel, Gracias Raúl!