Una clara expresión del carácter mafioso de la cúpula militar castrista es el regocijo con el que anuncia su “éxito” en la exportación de carbón vegetal producido con marabú, la plaga que cubre las tierras agrícolas estatales ociosas, causa principal del hambre que se pasa en la isla.

La empresa Coratur S.A., una de las tantas que tiene el engendro capitalista de Estado de los militares, informó recientemente que exportará a China café, miel y carbón vegetal.

Los cubanos de a pie ya ni café pueden tomar por lo escaso que está, y pasan hambre porque las tierras estatales están infestadas de marabú, pero el gobierno se jacta de sus marabuzales para producir carbón vegetal, del cual exporta entre 60,000 y 80,000 toneladas anuales, principalmente a Alemania, Gran Bretaña, Grecia, España, Portugal, y también a Arabia Saudí, Siria, Turquía, Israel, e incluso a Estados Unidos.

El marabú es una plaga infernal, no un cultivo

Para empezar, según la botánica y los científicos el marabú es una plaga terrible, no un cultivo. No forma parte de la agricultura, por el contrario, la bloquea, la impide. Dicho arbusto, de hasta 8 metros de altura, no se come ni hay animal que le meta el diente. Su nombre es por sí mismo una desgracia, sinónimo de hambre. Los campos infestados con esa plaga dejan de ser cultivables.

El sabio botánico Juan Tomás Roig explicó que esa plaga llegó a Cuba desde América del Sur. Finalizada la Guerra de Independencia se importaron vacas y toros desde esa región y traían semillas en su interior por haber comido pastos cercanos a marabuzales y las diseminaron por toda la isla. Es un arbusto invasivo muy agresivo, lleno de espinas que hieren las manos al tocarlo. Se expande por las áreas no cultivadas, a las que inutiliza. Y es muy difícil y costoso de eliminar.

Pues bien, en la fértil isla tropical cubana el 30% de las tierras aptas para el cultivo están ociosas y son grandes marabuzales que no producen ni una malanga, ni un litro de leche. Porque Cuba es el único país de Occidente en que el Estado es agricultor, y es propietario del 77% de las 6.2 millones de hectáreas aptas para la agricultura en la isla. O sea, dispone de 4.8 millones de hectáreas, de las cuales 2.7 millones de hectáreas son empresas estatales (copia de los sovjoses soviéticos y las comunas de Mao se Tung), y 2.1 millones de hectáreas han sido arrendadas a usufructuarios privados.

El restante 23% de las tierras cubanas, 1.4 millones de hectáreas, son propiedad privada, de campesinos individuales o agrupados en cooperativas, en las que por supuesto no hay marabú pues cultivan hasta la última pulgada de tierra.

Erradicar los marabuzales es un trabajo tan duro que es propio de esclavos. Son pocos los trabajadores que voluntariamente aceptan hacerlo para producir carbón vegetal.

En tierras ociosas los marabuzales crecen como la espuma

De las tierras estatales, entre granjas estatales y en usufructo, más de un millón de hectáreas están ociosas, infestadas de marabú. A muchos usufructuarios les ha sido imposible eliminar todo el marabú. Las empresas estatales ya ni lo intentan y se dedican a hacer carbón vegetal y exportarlo.

Y es que erradicar los marabuzales es un trabajo tan duro que es propio de esclavos. Son pocos los trabajadores que voluntariamente aceptan hacerlo para producir carbón vegetal. Por eso el régimen emplea para esa peligrosa labor a presos comunes y políticos, que no pueden negarse, lo cual ha sido denunciado por la prensa independiente y por los propios presos, que sufren heridas y quemaduras por el implacable sol caribeño, a campo abierto.

Son obligados a dormir en los propios campos de marabú, bajo carpas improvisadas y un lecho de ramas secas. Y a veces son obligados a dormir “casi a la intemperie en medio del lodo y los mosquitos”, según denunció el Movimiento Cubano Reflexión y Reconciliación (MCRR). En todos los casos los campamentos están a muchos kilómetros de distancia. Todos trabajan bajo coacción.

Ciego de Ávila, de producir alimentos, a exportar marabú

Muestra del desastre agropecuario absurdo que impera en Cuba, a propósito de los marabuzales, es la provincia de Ciego de Ávila. Otrora una de las regiones de mayor producción agrícola y pecuaria de Cuba, por sus tierras rojas fertilísimas y agua subterránea abundante, ahora bajo el comunismo se destaca, no por producir alimentos, sino por ser la mayor exportadora de carbón vegetal del país. En 2019 vendió a Europa 21,951 toneladas de carbón vegetal, por valor de 6.9 millones de dólares, según informó el gobierno.

Es de imaginarse lo “contentos” que deben estar los avileños al saber que su territorio exporta marabú quemado a Europa, en vez de producir la leche, el queso, la carne, piña, naranjas, plátanos, mangos, nísperos y las otras ricas frutas tropicales que ellos tanto necesitan, y que tan buena fama dieron a esa región central de la isla antes de la pesadilla castrista.


Nota del editor:  Desde abril del 2020 la Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) dieron a conocer  exigieron al gobierno cubano 5 medidas conocidas como “Sin Campo no hay País”, a fin de asegurar la comida de las familias cubanas y evitar que la crisis desemboque en hambruna. El gobierno cubano no ha contestado todavía a esas demandas.