Cuba padece actualmente una de las sequías más intensas de los últimos años. En los 12 primeros días de marzo de 2023 no cayó ni una gota de agua en 137 de los 169 municipios del país, informó “Granma”. A unos 500,000 cubanos se les ha empeorado la desgracia de la falta de agua en sus hogares, según el Instituto Nacional de Recursos Hidraúlicos (INRH).

Hasta mediados de febrero último (2023) los embalses del país habían perdido 156.3 millones de metros cúbicos de su capacidad de llenado (no se sabe de marzo). Las provincias con mayor escasez de agua son Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Camagüey, y La Habana.

Ya se han desertificado nada menos que 1.6 millones de hectáreas, o sea, un 14% del territorio nacional cubano. De las 88 represas que abastecen de agua a la población solo 46 tienen agua suficiente para su bombeo normal a los acueductos. Almacenan 815 millones de metros cúbicos menos de agua que el promedio en esta época. Y 18 represas tienen menos del 25% del agua necesaria

Represas no tienen agua suficiente y algunas apuntan a secarse

El INRH enfatizó que hay en Cuba 100 cuencas de aguas subterráneas, pero 13 de ellas no se pueden utilizar. Y de las 87 disponibles 11 no tienen ni el 25% del agua suficiente. Algunas “presentan una situación desfavorable, y una está en estado crítico”. No se aclaró qué significa “desfavorable”, y “estado crítico”.

A causa de la sequía han aumentado los incendios forestales, entre ellos el reciente en Pinares de Mayarí, Holguín, que arrasó con más de 5,300 hectáreas de bosques.

La pregunta que cae por gravedad es por qué se han agravado tanto las sequías en Cuba. Por razones políticas los funcionarios y expertos castristas se enfocan básicamente en los embates del cambio climático y otros factores naturales. Ninguno menciona la responsabilidad personal del extinto Fidel Castro.

Sería interminable citar el inventario de caprichos-barbaridades de Castro I. Al azar citemos el intento de desecar la Ciénaga de Zapata, cubrir de pangola toda la isla, las enfermizas vacas F-1 que ni leche ni carne daban, el trabajo voluntario y la emulación socialista, la Zafra de los Diez Millones, el Cordón de La Habana, el Cordón Lechero, el Triángulo de Ceba en Camagüey, la obsesión con Ubre Blanca, la Escuela en el Campo, el Plan Alimentario, la Opción Cero, el Plan Energético, etc.

Pero hay uno muy poco conocido, pese a ser fundamental en el agravamiento de las sequías: la deforestación de más de 215,000 hectáreas (16,021 caballerías) de bosques, árboles frutales, montes, y tierras cultivadas.

Deforestación catastrófica, y que costó $4,000 millones de hoy

En octubre de 1967 el caudillo tuvo una “genial” idea para acabar con el hambre y la libreta de racionamiento: inventó la llamada Brigada Invasora Che Guevara, a un costo de unos $500 millones de dólares de entonces, equivalentes a unos $4,000 millones de dólares de hoy. Con divisas se compraron en Francia e Italia 800 equipos pesados de movimiento de tierra, incluyendo buldóceres, motoniveladoras, barrenadoras verticales, y 700 camiones de volteo, etc.

El autor de este artículo fue testigo presencial del comienzo de aquella invasión. En la zona de Puente Guillén, actual provincia de Granma, se nos dijo a un grupo de periodistas y estudiantes de Periodismo allí presentes que “El Comandante en Jefe” había decidido desbrozar miles de caballerías de tierra para sembrar pastos y arroz para aumentar la producción de leche, carne y dicho cereal. Castro I incluso anunció en la TV que sobraría el arroz, la carne y la leche y que Cuba sería exportadora de alimentos.

Cientos de militares comenzaron allí la mayor deforestación desde los tiempos de la Conquista, manejando pesados equipos, algunos de los cuales arrastraban unas enormes bolas de hierro que parecían de ciencia ficción.

Cuarenta años después, en 2007,  A. Alvarez, R. Baños, y Lázara Otero, del Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes publicaron el estudio “Salinidad y uso de aguas salinas para la irrigación de cultivos y forrajes en Cuba”, que concluyó que “la tala indiscriminada de árboles y arbustos, y la pérdida de vegetación” (alusión a Fidel sin mencionarlo) fue una de las principales causas de la agudización de las sequías y la salinidad de los suelos, pues cambió el régimen de lluvias en gran parte del país.

Hoy cae menos agua de la que se evapora en gran parte de la isla

Claro, ninguno de los expertos se atrevió a dar detalles de la “tala indiscriminada” ordenada por el faraón. Estudios recientes han mostrado que en las regiones sur y norte de las provincias orientales y centrales de la isla cae hoy menos agua de la que se evapora. Los cactus, vegetación típica en zonas muy áridas o desérticas, ya pueden verse en abundancia en zonas de Guantánamo

Hay ya más de un millón de hectáreas de suelos salinizados y otro millón de tierras cultivables pueden salinizarse en el futuro. La deforestación disminuye o seca el caudal de ríos y arroyos, pues llueve menos. El ecologista cubano Eudel Cepero se escandalizó a fines de los años 60 con este titular del diario Granma: “Desbrozado totalmente el espeso monte de Dormitorio en la región del Cauto”.

Según constató el periodista cubano Rolando Cartaya, Cepero narró después que fue esa deforestación indiscriminada realizada por aquella brigada militar devastadora una de las principales causas de la actual catástrofe ecológica que existe en la cuenca del río Cauto. Hoy en algunas zonas el otrora más caudaloso río cubano parece apenas un arroyo.