La exportación de azúcar fue básicamente el sueldo de Cuba durante unos 160 años. Y era un sueldo ganado legítimamente, generado con trabajo realizado en la isla.
Hoy, considerando que la explotación decenas de médicos en el extranjero como esclavos modernos es un delito de “trata de personas”, y las remesas de divisas son un regalo, y no recursos monetarios y financieros producidos nacionalmente, el único sueldo legítimo que tiene Cuba es el turismo internacional.
Y resulta que ese único “salario bien ganado” está en franco declive, Y también está en baja la otra vía lícita de ingresos, las remesas de dinero enviadas por la diáspora cubana, que han caído a menos de la mitad en los últimos dos años.
Si bien las remesas son un dinero regalado y no “sudado” en la isla, constituyen la segunda fuente de divisas de Cuba (luego de la explotación de los médicos). Y van a seguir disminuyendo a medida que más cubanos huyan de la “isla medieval” y haya menos familias a las que enviarles remesas y paquetes.
El turismo es la única gran fuente de divisas generadas en a isla
Pero enfoquémonos en el turismo, que es en verdad la única gran fuente de ingresos de divisas lícitamente generadas en la isla.
A fines de 2022 el ministro de Economía (que no es economista graduado), Alejandro Gil, dijo ante la Asamblea Nacional que en 2023 se recibirían 3.5 millones de turistas.
Pues bien, resulta que en los primeros ocho meses de 2023 vacacionaron en Cuba 1.6 millones de turistas, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Esa cifra que no llegó ni a la mitad de la “meta planificada” (tonta frasecita comunista) de 3.5 millones de visitantes, y está a años luz de los 5.0 millones de turistas que tenía planeada la mafia dictatorial antes de la pandemia.
Lo peor es que este desplome turístico no es coyuntural. Es sistémico y no tiene cura mientras haya castrismo en Cuba. Es una tendencia a la baja que abarca a todos los emisores de turistas a Cuba, excepto Rusia, que, por cierto, es el que menos divisas per cápita deja en la isla.
Se desploma llegada de turistas de Canadá, EEUU y Europa
Basta comparar las estadísticas de enero a agosto de 2019 y de 2023. En los primeros ocho meses de 2019 desde Canadá, el principal “cliente” cubano, viajaron a la isla 828,119 vacacionistas, y en igual período de tiempo en 2023 la visitaron 675,975 canadienses. O sea, el primer emisor se contrajo muy bruscamente.
Lo mismo ocurrió con los emigrados cubanos, el segundo motor del turismo en la isla. En enero-agosto de 2019 viajaron a su suelo natal 424,936 criollos, y en 2023 solo 241,065. Fue un derrumbe de 58% y muy serio, pues son precisamente los “gusanos” emigrados los que más dinero dejan en el país durante su estancia de vacaciones en el país.
Y ojo, no tiene recuperación posible porque con el éxodo asombroso de cubanos que emigran, habrá cada vez menos familiares en la isla a los cuales visitar y llevarles dinero, o enviarles remesas.
La tercera fuente de turistas a Cuba, estadounidenses no cubanos (¿y el bloqueo?) aportó 423,670 visitantes en enero-agosto de 2019 y solo 111,062 este año 2023, para una caída de un 74% del segmento vacaciones que más dinero deja en la isla después de los cubanos.
En tanto, desde Europa la caída es igualmente muy significativa. En el período enero-agosto de 2023 viajaron a la isla solo 45,318 alemanes, en vez de los 100,656 de 2019. Y de España viajaron 40,000 turistas menos. Y son los dos mayores emisores europeos de turistas a Cuba.
Por eso varias aerolíneas internacionales han dejado de volar a Cuba, y otras han reducido drásticamente sus viajes a la isla ante la caída tan pronunciada de la demanda.
En pocas palabras, la más importante industria cubana, la turística, se desinfla sin remedio, arrastrada por la crisis multisistémica y final del castrismo. Y es prácticamente imposible que haya la recuperación que la mafia dictatorial ansía y promueve, precisamente mientras sea esa pandilla de abusadores y vividores la que usurpe el poder en Cuba.
El gobierno de Canadá alerta sobre el peligro de viajar a Cuba
Y si no, veamos este dato tan elocuente. Hace unos días el gobierno de Canadá emitió un muy inusual comunicado en el que de hecho sugirió no viajar a Cuba. El texto oficial exhortó a “extremar las precauciones” si viajan a Cuba, “debido al aumento de delitos y la crisis de desabastecimiento de alimentos y medicinas.”
Y no es para menos. Hoy la inseguridad ciudadana en las calles cubanas es la peor que se recuerde en toda la historia republicana. Se han disparado los crímenes hasta de niños, robos y asaltos a mano armada. Empeoran por día la escasez de alimentos y de bienes de consumo, los apagones, la falta de combustible y la agobiante inflación. La pobreza extrema ya abarca al 88% de la población total. Y constantes derrumbes en La Habana causan muertes de niños y adultos.
Con plenas libertades Cuba será otra vez líder turístico caribeño
Por algo tantas personas que vacacionaban en Cuba ahora van a República Dominicana, que tiene un clima y una geografía muy similar. En 2022 ese país caribeño vecino, pese a tener la mitad del territorio y mucho menos playas que Cuba, recibió 8.5 millones de turistas, y registró una tasa ocupacional hotelera de un 71%, casi cinco veces superior que en la mayor de las Antillas
Conclusión: solo con la restauración de la economía de mercado y del sentido común, con libertades plenas, Cuba podrá ser otra vez el mayor polo turístico del Mar Caribe. Lo era antes de caerle encima la plaga castro-guevarista.