Cuando los seres humanos descubrieron la agricultura hace unos 10,000 años en Mesopotamia dejaron de ser torpes manadas que se trasladaban de lugar para poder sobrevivir, surgieron los primeros asentamientos humanos permanentes, y pronto “inventaron” las ciudades y la civilización.

Desde entonces los pueblos, convertidos ya en países, solo han crecido, pese a las pandemias, desastres naturales, plagas o guerras. Según estudios de la ONU, hace 1.6 millones de años la población mundial estaba entre 2 y 5 millones de humanos. En el año 35,000 antes de Cristo, había entre 10 y 15 millones de habitantes. En 1650, siglo XVII después de Cristo, 500 millones; en 1900, ya eran 2,000 millones; en 1960 se llegó a los 3,000 millones.

Actualmente hay 8,000 millones. En 2100 habrá 10,400 millones, Y se calcula que en el año 2500 se alcanzará el tope de 14,000 millones de terrícolas y la población global se estabilizará hasta empezar a disminuir. Esto muestra que los seres humanos se multiplican rápidamente, a mayor o menor velocidad. Pero en Cuba, a golpe de comunismo, sucede lo contrario.

Mueren más que los que nacen; total de habitantes cae sin cesar

Según estadísticas oficiales castristas publicadas por la entidad Datosmacro.com, en 2015 Cuba tenía 11.339,894 habitantes, y ahora, a mediados de 2023, tiene 10.6 millones de acuerdo con datos oficiales y no oficiales, tiene unos 10.6 millones. En estos 8 años la población total de Cuba ha descendido en 739,894 habitantes.

Veremos ahora las causas de esta seria crisis demográfica cubana. Una de las más preocupantes es que en Cuba mueren más personas que las que nacen. Hace uno días la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) del régimen reveló que en 2022 en la isla hubo 95,403 nacimientos y 120,098 muertes. Fallecieron 24,695 más cubanos que los que nacieron.

En 2020, en plena pandemia, en Cuba hubo 112,439 defunciones y 105,038 nacimientos. Es decir, la diferencia entre más muertes que nacimientos, pese al Covid-19, fue menor: 7,401 personas. En 2022 la población total del país disminuyó en 23,704 habitantes. El total de habitantes bajó de 11.113,215 al finalizar 2021, a 11.089,511 de habitantes el 31 de diciembre de 2022.

El régimen no cuenta en sus cifras el éxodo récord de emigrantes

Y, ojo, se trata de cifras falsas, manipuladas. El régimen no contabiliza el número de emigrantes hasta que pasan dos años. Es decir, a la cifra oficial de 2022 hay que restarle al menos los 400,000 cubanos que emigraron ese año y los primeros meses de 2023. Es por eso que si las matemáticas no fallan, la población de Cuba en estos momentos no pasa de 10.6 millones de habitantes.

En general la tasa demográfica en Cuba es peligrosamente negativa. En 2022 fue de -2.1 por cada 1,000 habitantes. Eso es fatal en uno de los países más pobres del hemisferio occidental, y que irónicamente antes del comunismo era uno de los tres más avanzados de América Latina y un imán para atraer inmigrantes de todo el mundo.

Otra de las principales causas de este alarmante decrecimiento demográfico en Cuba es la muy baja la tasa de fecundidad. Según los demógrafos cada mujer fértil debe tener como mínimo de 2.1 hijos para que la población se reemplace a sí misma y no decrezca. Pero en Cuba no pasa de 1.6 hijos. Por ejemplo, en Bolivia es de 2.9, en Guatemala (3.0), México (2.2), Honduras (2.5), Panamá (2.5), Argentina (2.3), Perú (2.4), y en República Dominicana, 2.4 hijos por mujer.

Las mujeres cubanas no quieren tener hijos y que pasen hambre

Y es quye las féminas cubanas no quieren tener hijos para que pasen hambre y necesidades de todo tipo. Así, entre emigración masiva y el no reemplazo de la población, Cuba está perdiendo aceleradamente el poco know how que le queda, y mucho capital humano. Se achica la población económicamente activa (PEA), la palanca que mueve al mundo.

Por otra parte es falso el argumento propagandístico de que una baja tasa de fecundidad es sinónimo de desarrollo. Efectivamente, en las naciones desarrolladas las mujeres tienen menos hijos que en el resto del planeta, pero esas naciones avanzadas disponen de una PEA amplia, muy productiva y pertrechadas de alta tecnología, todo lo cual posibilita que se generen recursos de sobra para sostener a quienes ya no trabajan, para tener en el país un alto o al menos aceptable nivel de vida, y para exportar en grande.

Crisis hoy, y para después: hay más viejos y menos trabajadores

Al emigrar tantos jóvenes se acelera el envejecimiento de la población cubana y se reduce la PEA. Hoy Cuba es el pueblo que más rápidamente envejece en América Latina.

Ello genera una lesiva ecuación de relación inversamente proporcional: en un país cada vez más pobre y la gente pasando hambre aumenta la cantidad de ancianos mientras a la vez disminuye la cantidad de personas que trabajan para mantener a los ancianos y producir los bienes y servicios que necesita el país.

Al reducirse la fuerza laboral Cuba necesariamente será cada vez más pobre. Eso es grave hoy, y para el futuro. No se podrá contar con el capital humano necesario para la futura reconstrucción del país en el postcastrismo. Además, con menos gente trabajando, el Estado tiene menos recursos financieros y abandona todavía más a los jubilados y ancianos.

En fin, la tiranía castrista está acabando con Cuba, y con su pueblo. Es una vergüenza que la Unión Europea y la Administración Biden no solo miren hacia otro lado, sino que sigan haciendo concesiones a la mafia que usurpa el poder en la desdichada isla.