Hoy en Cuba de cada diez medicamentos imprescindibles ¡faltan siete! Y no lo dice la “contrarrevolución”, sino el mismísimo ministro de Salud Pública de la “potencia médica”(¿se acuerdan?), José Portal Miranda. Informó en la Asamblea Nacional que el país carece del 70% de los medicamentos básicos que necesitan los pacientes
¿Faltarían en Cuba casi tres de cada cuatro medicamentos fundamentales si las farmacias fuesen privadas? ¿Existe algún otro país del mundo occidental con semejante crisis de salud pública?
El ministro dijo que el déficit de medicamentos “se concentra casi por entero en los productos que se despachan en las farmacias con tarjeta de control, que corresponde a un 80% del cuadro básico”, para pacientes con serias enfermedades crónicas. Esas tarjetas son en verdad cartillas de racionamiento de medicamentos, algo así como la “libreta” castrista de Salud Pública
Desde 2021 el déficit de medicinas oficialmente se ha triplicado
Y precisó que de los 651 medicamentos de ese “cuadro básico” que se venden en las farmacias, ¡faltan 359! Ah, y las otras 292 medicinas tampoco están disponibles todo el tiempo, sino con baches intermitentes cada vez más prolongados.
A mediados de 2021 eran 120 los medicamentos que faltaban en las farmacias, según informó entonces el monopolio estatal BioCubaFarma. O sea, en tres años el déficit de medicinas básicas oficialmente se ha triplicado. Lo que significa que posiblemente se ha cuadruplicado, pues las cifras castristas siempre son manipuladas por razones políticas.
Esto constituye una vergüenza nacional, y un crimen. ¿Cuántas personas fallecen o empeoran fatalmente de sus padecimientos en Cuba por falta de medicamentos?
Y pongo un hipotético ejemplo: Pedro, de 52 años, vive en Moa, Holguín, sin familiares en el extranjero, y padece de persistente hipertensión arterial, pero se le acabó el medicamento que necesita y en la farmacia en la que le corresponde adquirirlo con su “libreta” médica no se recibe hace dos meses. Entonces sufre un derrame cerebral y muere en su casa.
¿En qué otro país, salvo Norcorea, las farmacias son estatales?
¿Habría fallecido Pedro si las farmacias fuesen privadas? ¿En qué otro país del mundo, excepto la extraterrestre Corea del Norte, las farmacias son estatales?
Desde el surgimiento de las primeras farmacias primitivas en Mesopotamia, hace miles de años, han sido siempre privadas, o propiedad de cooperativas comunitarias privadas, de las cuales, por ejemplo, hay unas 22,200 en España.
En Cuba el Gobierno no solo es el dueño de las 3,000 farmacias de la nación, sino que encima está en la quiebra financiera y no tiene dinero suficiente para producir, ni para importar medicamentos.
Lo per aquí, y diría que canallesco, es que la cúpula dictatorial es consciente de la grave crisis que ha creado lo único que ha hecho es autorizar a los viajeros la entrada al país de medicinas sin pagar nada por ellas en las aduanas, y sin importar el exceso de peso del bulto importado.
“Farmacias particulares” clandestinas salvan vidas, y curan
Claro, con esa medida ha aumentado el comercio clandestino de medicamentos, que ya constituye lo que podríamos considerar el embrión de la futura red de farmacias privadas que habrá en el postcastrismo, y que, sorteando e represores e inspectores ya salva vidas y cura enfermos. Por todo el país hay lo que popularmente se conoce como “farmacias particulares”. Pero todas sumergidas en la “ilegalidad” socialista.
En tanto, el ¿general? Castro II, cual perro del hortelano ni suministra medicinas, ni permite que nadie más lo haga. Si muchos mueren, o sufren, allá ellos. La “revolución” hostiga, multa o encarcela, a los pequeños comerciantes farmacéuticos privados que salvan vidas, curan enfermos y alivian los padecimientos crónicos. Al proveer a la población los medicamentos que no hay en las farmacias, hospitales, y policlínicos.
Hay 2 fuentes reales de medicinas: las “mulas” y robos al Estado
Hoy la mayoría de las medicinas clave que llegan a la población en Cuba tienen dos fuentes: 1) las maletas y paquetes que llevan al país los cubanos que viajan de regreso a Cuba, las “mulas”, u otros viajeros; 2) las que se roban en los hospitales, farmacias, policlínicos, puertos, aeropuertos y en los almacenes.
Ah, y los trabajadores que roban medicamentos lo hacen sin remordimiento alguno, pues son testigos de lo que roban sus jefes, y los dirigentes políticos y gubernamentales. A ninguno de esos oligarcas comunistas, ni a sus familias y amistades más allegadas, les falta jamás una medicina, sobre todo las extranjeras y más sofisticadas, por caras que sean.
Por otra parte, si el régimen lograse acabar con el comercio privado de medicamentos no habría más cantidad de estos en farmacias y hospitales, y muchos más enfermos morirían o se agravarían de sus padecimientos. Y la oligarquía castrista-comunista tendría más medicamentos a su disposición.
Un precio más alto por el riesgo comunista de multas, o cárcel
Claro, los viajeros abastecedores de medicinas luego de satisfacer las necesidades de sus familiares y amistades venden el resto a precios a los que obviamente les cargan una prima extra por el riesgo que corren de ser castigados con multas exorbitantes, o de ir a prisión.
Al final es el paciente quien tiene que asumir ese costo adicional de sus medicamentos imprescindibles, un costo impuesto por la irracionalidad comunista, un costo extra que no lo habría si las farmacias fuesen privadas. Así de depredador es este “logro de la revolución”.