El ministro de Economía del castrismo, Alejandro Gil, unos días antes de finalizar 2020 cumplió con el ritual impuesto por el Che Guevara en 1959 cuando como presidente del Banco Nacional de Cuba ordenó a sus economistas que inflaran la cifra del magro crecimiento de un 1% del Producto Interno Bruto (PIB) que le habían informado, para “no dar una mala imagen de la revolución”.
Gil, también vicepresidente del gobierno, 62 años después no infló el PIB, sino que lo desinfló y redujo la cifra de su caída en 2020, que reportó fue de -11%. Falso, el descenso fue mucho más pronunciado. Y encima dijo que la economía se recuperará en 2021 con un crecimiento entre 6% y 7%. Mintió no solo por ceñirse a la práctica guevarista mencionada, sino porque tiene orden de Raúl Castro de no dar malas noticias en tiempos en el que el horno social cubano “no está para galleticas”.
Solo con aumento de un 15% en el PIB habría recuperación en 2021
Lo cierto es que la economía cubana no se recuperará en 2021, sino que al crecer supuestamente en un 6% se va a disminuir en un 5% el gran derrumbe de -11% en 2020, que no es lo mismo. Por otra parte, ese +6% en 2021 significaría solo un incremento de + 4% en relación con 2019, cuando hubo un descenso económico oficial de -2%.
En otras palabras, para que de veras la economía castrista crezca en 2021 tendría que incrementarse el PIB no ya en un 12% para superar el -11% perdido el año pasado, sino probablemente en un 16%.
Porque el descenso económico de 2020 no fue de -11%. Esa fue la cifra manipulada según la práctica guevarista, reforzada ahora por la orden de Raúl Castro a sus burócratas de no dar malas noticias. Probablemente la caída del PIB en 2020 superó el 15%. Ya se sabe de las trampas del régimen para calcular el PIB, que no es otra cosa que la sumatoria de todos los nuevos valores creados en el año en producción y servicios cobrables.
Y la palabra cobrables aquí es clave, ya que el gobierno raulista incluye en el crecimiento del PIB los gastos estatales en Salud Pública y Educación como nuevos valores creados, pese a que no son cobrados. Se ofrecen gratuitamente y son gastos, no ingresos.
Es prácticamente imposible que si se no liberan las fuerzas productivas la economía cubana en 2021 pueda crecer ese 6%-7% pronosticado por el gobierno.
No habrá materias primas, combustible, ni insumos suficientes
El Estado está quebrado financieramente, carece de divisas suficientes para importar, y por su asombrosa improductividad socialista el país produce muy poco, por lo cual no genera divisas para suplir con importaciones lo que es incapaz de producir. Y no recibe créditos internacionales porque no paga ni los intereses del monto mínimo acordado con el Club de París cuando en 2015 le perdonó el 77% de la deuda total (de $11,100 millones la redujo a $2,600 millones). Nadie se arriesga a prestarle cash a Cuba.
Con tan pésimo panorama no es posible que la producción agropecuaria, industrial y los servicios aumenten mucho que digamos sus volúmenes productivos, sin fertilizantes, pesticidas, equipos, materias primas, combustible suficiente y demás insumos necesarios. Y sin poder importar tampoco frijoles, arroz, harina, leche, café, y tantos otros alimentos clave; ni medicinas, productos de aseo e higiene, etc.
El turismo no repuntará de veras hasta 2022
Las cuatro principales fuentes de divisas de Cuba son las remesas extranjeras, la explotación de médicos en el extranjero, el turismo y las exportaciones de bienes. Ninguna de ellas promete mucho en 2021.
La recuperación del turismo a nivel mundial no llegará hasta el tercer trimestre de 2021, según la Organización Mundial del Turismo. Y muchos de sus expertos creen que el repunte no llegará hasta 2022. Es decir, la recuperación del turismo va a demorar y difícilmente a Cuba lleguen los dos millones de visitantes que ha “planificado” el régimen.
Solo si se abre economía al sector privado habrá recuperación
A esta continuación de la crisis económica en 2021 se agrega el impacto brutal en la vida de los cubanos de a pie de la terapia de choque que ha significado la reunificación monetaria. Ha provocado un aumento exorbitante de los precios al consumo, pues de entrada el Estado multiplicó los precios oficiales por 7 y más, y no por 4.9 como hizo con los con los salarios.
En el mercado negro, el que “resuelve” en la isla, los precios son más altos aún debido a que se han disparado los costos de los cuentapropistas y comerciantes clandestinos. Y todo se agravará en los próximos meses.
Conclusión, o se abre la economía al sector privado y a las inversiones extranjeras sin restricciones estalinistas, o los cubanos en 2021 serán más pobres y estarán más desamparado que nunca antes.