Los médicos cubanos, encima de que son difamados y culpados por el primer ministro de la dictadura comunista, Manuel Marrero, de ser los responsables del agravamiento de la pandemia de Covid-19, han sufrido una sustancial reducción de sus salarios, lo que es ya el colmo.

Con la Tarea de Ordenamiento el costo de la canasta básica de subsistencia en Cuba aumentó en 4.5 veces, pero el salario de un médico especialista se incrementó en 3.2 veces, pasó de 1,740 a 5,560 pesos y el de un residente sin especializar a 5,060 pesos. O sea, los galenos ahora perciben un salario un tercio menor de que lo que debieran recibir por su valiosísimo trabajo. Y en medio de la peor crisis de salud de que se tenga memoria.

El arroz cuesta 16 veces más, el pan 20 veces, huevos, 6.6 veces

El costo de la canasta básica pasó de 1,067 pesos en diciembre de 2020, a 4,751 pesos en enero de 2021. Las 5 libras de arroz por persona subieron de 25 a 400 pesos, son 16 veces más caras. El precio del pan racionado fue multiplicado por 20 y pasó de 2.25 pesos a 45 pesos. El cartón de huevos cuesta 6.6 veces más, subió de 45 a 300 pesos. Dos litros de aceite costaban 100 pesos y ahora 700 pesos. Y los gastos de la energía eléctrica se quintuplicaron, de 180 a 900 pesos. Y así ha ocurrido con los demás productos servicios de esa mínima canasta oficial.

Hasta diciembre de 2020 los médicos una vez pagada esta canasta que no llega a ser siquiera de subsistencia, disponían de un 38% de su salario. Y ahora les queda solamente un 14% de su salario y para consumir menos pues la inflación se pasea por las nubes.

Y es que la autocracia comunista al reunificar las dos monedas y devaluar el peso, no tuvo en cuenta si el nuevo salario era suficiente para vivir decentemente, sino si cubría lo esencial para no morir de hambre, estar desnudo o sin electricidad.

Lo cierto es que ese 14% que ahora le queda a un galeno de su sueldo no le alcanza para pagar los productos y servicios imprescindibles, pero no incluidos en esa mini-canasta marxista-leninista. Estos incluyen los productos de aseo, medicinas, servicios, comunicación, ropa, ocio, o las pequeñas reparaciones en la casa, o sustituciones de electrodomésticos, algo común en un país con viviendas y equipos viejos y destartalados.

No fue un error de cálculo, sino una medida planificada

Si a la canasta básica se suman esos gastos personales y familiares no incluidos en la estreñida canasta pese a ser indispensables, se advierte que los médicos cubanos en vez de recibir un aumento de salario con la Tarea de Ordenamiento sufrieron una considerable reducción de sus salarios y de su nivel de vida en general.

Y no fue por un lamentable error de cálculo. No fue un “fallo” de la burocracia comunista al fijar los nuevos salarios. Fue perfectamente planificado y el régimen justificó con el argumento de que el sector de la Salud Pública antes de la reunificación monetaria ya había recibido aumentos salariales.

Pero lo que expresa con más nitidez el descenso del nivel de vida de los médicos, en pleno horror de la pandemia, no es la caída de su poder adquisitivo teniendo en cuenta solo los precios estatales, sino la inflación galopante de un 500% que campea en el mercado negro, que es el que de veras cuenta en Cuba, para todo.

En vez de ampliar conocimientos tienen que hacer largas colas

Además, con el injusto descenso del poder adquisitivo de los médicos van de la mano la tristeza y el estrés que ocasionan la escasez por sí misma en esos profesionales encargados de cuidar la salud de un pueblo, y la absurda situación de que lejos de poder descansar e investigar y ampliar sus conocimientos para ofrecer una mejor atención médica tienen que dedicarse a forrajear, localizar, madrugar, trasladarse y hacer colas interminables para conseguir algo que llevar a la mesa en sus hogares.

No hay duda de que el premier Marrero debe renunciar ya, o exigirle al administrador del régimen, Miguel Díaz-Canel, que lo sustituya. Y los dos juntos tienen que pedir disculpa pública a los médicos por la canallada de haberlos culpado de la crisis sanitaria que padece la nación por el Covid-19.

Yo en lo personal exijo una disculpa pública de su parte”

Decenas de médicos han protestado públicamente. El doctor Lixander Ramos Ávila, médico general integral en Holguín, en un mensaje dirigido directamente al primer ministro le dijo: “Cómo va a venir usted a culparnos de esta situación actual cuando la verdadera culpa la tiene la gestión ineficaz del gobierno actual. Yo en lo personal exijo una disculpa pública de su parte”.

Y el doctor Reinier Avalos, también de Holguín, declaró: “Denuncio enérgicamente el colapso sanitario que tiene la provincia de Holguín. Exigimos que se nos trate con respeto y se nos provean los medios de atención adecuados para poder trabajar”.

Y a esto agréguese la explotación realmente esclavista a la que son sometidos decenas de miles de médicos cubanos, que son despojados de sus salarios para mantener la “dolce vita” de la mafia gubernamental.

No importa que Marrero ni su jefe burocrático no pidan disculpas por ofender la dignidad de los galenos cubanos. Hay que seguir exigiéndolo enérgicamente a los cuatro vientos, y todos los días.