Durante un año y medio el régimen de Raúl Castro ha venido posponiendo con distintos pretextos la entrega del dossier con los resultados de las investigaciones clínicas y toda la documentación requerida para que la OMS evalúe la vacuna cubana Abdala contra el Covid-19. En los últimos cinco meses La Habana ha dado distintas fechas. Ahora dice que será en marzo próximo que lo entregará.

Se pueden pensar dos cosas: o los científicos y funcionarios cubanos temen que no sea aprobada, o la cúpula castrista está forzando una sofisticada manipulación de la realidad y eso lleva tiempo; o se propone exportarla y no le importa si la OMS la aprueba, o no.

Internacional de Bernie Sanders patrocina campaña castrista

Esto último, exportar la vacuna a como dé lugar es el centro de una campaña internacional que ha lanzado el régimen como promoción de la vacuna Abdala, y que tiene como patrocinadores a La Internacional Progresista, creada en mayo de 2020 por Bernie Sanders, el procastrista excandidato presidencial estadounidense, y por el ex ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, destacada figura del partido populista de izquierda griego Syriza-led Greek.

La Internacional Progresista (IP) reúne a organizaciones de izquierda radical populista, y marxistas. Fue creada con financiamiento de The Sanders Institute, y de la coalición europea Democracy in Europe Movement 2025 (DiEM25) “para movilizar transformar el orden global (…) organizar y movilizar a las fuerzas progresistas en un frente común para frenar el avance de la derecha”.

Líder izquierdista elogia en La Habana el “ejemplo de Cuba”

El DiEM25 quiere convertir a la Unión Europea en una Unión Internacional Socialista y poner fin al liberalismo económico, instaurar un ingreso básico universal socialista para cada ciudadano, abrir las fronteras nacionales y practicar el “internacionalismo fraternal entre los pueblos”.

Como dato “curioso” vale revelar que a fines de enero de 2022 estuvo en La Habana el Coordinador General de La Internacional Progresista, el estadounidense David Adler, un conocido “amigo de Cuba”, quien afirmó que Cuba es un “ejemplo que se debe reproducir”. Elogió el desarrollo científico de la isla, su inversión pública en salud, y la estrategia para hacer frente a la pandemia.

Cumbre para la “Internacionalización de las Vacunas”

Cuba tuvo una importante actividad en la “Cumbre de la Internacional Progresista por la Internacionalización de las Vacunas”, en junio de 2021 en la que participaron de los gobiernos de Argentina, México, Bolivia, Cuba y Venezuela, así como líderes izquierdistas de otros 22 países. La IP propugna distribuir vacunas anticovid sin el aval de la OMS.

Hace unos días la directora del Centro de Control Estatal de Medicamentos y Dispositivos Médicos de Cuba (CECMED), Olga Jacobo-Casanueva, afirmó que “a pesar del bloqueo de EEUU Cuba cuenta con financiación suficiente, incluida la del Banco Centroamericano de Integración Económica, para producir 200 millones de dosis de vacunas”.

Es decir, para eso el embargo de EEUU no existe. Reveló que Cuba negocia con otros 15 países para venderles millones de vacunas Abdala, y que ya las exportó a Nicaragua, México, Venezuela, Bolivia, Irán y Vietnam.

La funcionaria mencionada exigió ante la prensa extranjera que “las agencias regulatorias deben facilitar el acceso y eliminar barreras regulatorias innecesarias”. Agregó que Cuba ofrece “precios solidarios” para vender sus vacunas (no los precisó).

GAESA se dispone a ganar millones de dólares

Ileana Morales, directora de Innovación Científica y Tecnológica del MINSAP, reforzó la denuncia castrista: “Debe cesar –dijo Ileana– el enfoque excluyente que impone el neoliberalismo imperante sobre la producción y adquisición de vacunas”. Eso es exactamente lo que sostienen la Internacional Progresista y el DiEM25, que la OMS no “meta sus narices” y deje a GAESA ganar millones de dólares a manos llenas.

Lo que más indigna en esto es la crueldad en que se sustenta. Cuando se produjeron las primeras vacunas avaladas y ofrecidas por la OMS mediante el Programa COVAX, el dictador Raúl Castro no las aceptó, pese a que dicho programa las entregaba incluso gratuitamente a países pobres, como Cuba. En Latinoamérica se entregaron a El Salvador, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Ecuador, Haití, y Honduras.

Así, mientras en América Latina se aplicaban vacunas probadamente efectivas en Cuba nadie se podía vacunar. Muchos meses después fue que comenzaron a ser vacunados con Abdala. Antes, en abril de 2020, con la pandemia haciendo estragos mundialmente el régimen en vez de cerrar fronteras al turismo lanzó una campaña internacional para atraer turistas de todo el mundo. Suspendieron el turismo ya con el virus extendido por todo el país. Y poco después lo abrieron al turismo ruso, lo que disparó en Cuba los contagios con la nueva cepa Delta causante de miles de muertes, pues los cubanos no estaban vacunados.

Raúl Castro causó miles de muertes al no aceptar vacuna de la OMS

El régimen prefirió que murieran de Covid-10 más de 10,000 cubanos (entre ellos una prima hermana de este articulista, y su esposo, en junio de 2021) porque no habían podido vacunarse todavía), antes que aceptar las vacunas gratuitas de COVAX, para desarrollar, lentamente, una vacuna cubana con el propósito de lucrar en grande con ella internacionalmente.

Conclusión:  si la OMS en marzo al fin recibe de Cuba la información necesaria, ya será muy tarde. Miles de ciudadanos murieron porque personalmente el general Castro se negó a vacunarlos a tiempo. El dictador tenía la obligación de aceptar las vacunas gratuitas de la OMS mientras los científicos trabajaban en los candidatos de vacunas cubanas.

Pero un naranjo no puede dar guayabas. La crueldad del inepto General no tiene límites.