“Maltratos, éxodo masivo y un salario de esclavos…pérdida de profesionales de alto nivel… nadie quiere ser clínico, pediatra y menos aún ginecólogo (…) hace dos meses 12 jóvenes residentes de Pediatría comenzaron a trabajar en el hospital William Soler y al cabo de varias semanas ocho de ellos desertaron, no aguantaron la presión (…) en otro hospital de La Habana acaban de cerrar el servicio de Terapia Intensiva porque, sencillamente, no hay personal…”
Son estas algunas de las frases con la que comienza un reportaje de “14ymedio” publicado el 23 de junio de 2023 sobre la devastadora crisis del sistema de salud pública en Cuba, la “potencia médica” la vitrina insignia de la propaganda castrista durante décadas.
El diario independiente cubano conversó en La Habana con un médico del hospital pediátrico William Soler (no dio su nombre), quien consideró que dentro de poco “habrá que cerrar hospitales ginecológicos y pediátricos, pues no se están formando pediatras ni ginecólogos en las proporciones necesarias.”
Cirujanos graduados, pero que no saben operar
El pediatra entrevistado se mostró alarmado porque en los salones de operación hay residentes en cirugía (haciendo la especialidad) que no han recibido la formación necesaria, y se pregunta a sí mismo “¡cómo vas a graduar a un cirujano clínico que no sabe operar!”.
En Santiago de Cuba, en marzo pasado (2023) el paciente Eldris González estuvo hospitalizado en la sala de Cardiología del hospital provincial Saturnino Lora. Y entrevistado luego por Radio Martí dijo: “no hay medicamentos, no hay sueros, no hay bisturí, no hay esparadrapo y no hay comida. Solo funcionaba un solo inodoro y había un solo lavabo, y tupido, para toda la sala.
Podrían llenarse cientos de páginas sobre la crisis dramática de la salud pública en Cuba, donde ya han rebrotado graves enfermedades infecciosas, algunas de las cuales se consideraban extinguidas en Occidente, como la viruela. Hay también malaria, lepra, sífilis, tuberculosis, leptospirosis Covid-19, dengue, SIDA, gonorrea, sarna, piojos, y otros azotes.
Regalos a los médicos para ser atendidos; desertan masivamente
En los últimos 12 años se han cerrado decenas de hospitales urbanos y rurales, y miles de consultorios del médico de la familia. Hoy no hay hospitales ni clínicas suficientes, y las existentes están en condiciones deplorables. Las personas hacen regalos a médicos y dentistas para ser atendidos. Muchas intervenciones quirúrgicas no se realizan por falta de cirujanos o de lo necesario para operar. A veces no tienen ni gasa para contener la sangre, ni lo que hace falta para hacer suturas.
Faltan medicamentos, instrumental médico. Muchos doctores están emigrando masivamente, otros cuelgan la bata blanca y se dedican a “inventar” en el mercado negro, o como choferes, pues así ganan más que los 4,150 pesos mensuales (34 dólares) que como promedio perciben como médicos, o los 5,400 pesos (45 dólares) que ganan si son especialistas.
Por falta de ambulancias muchas personas mueren en sus casas
Por falta de higiene proliferan las bacterias hasta en los quirófanos. Pululan las cucarachas, roedores, mosquitos. Los baños despiden hedores nauseabundos, ni agua tienen la mayor parte del tiempo. No hay desinfectantes ni para limpiar las salas de cuidados intensivos.
Recordemos que en enero de 2023 murieron 10 bebés recién nacidos en el habanero hospital de maternidad de Diez de Octubre a causa de infecciones y bacterias que contrajeron por la falta de higiene en la sala de los recién nacidos prematuramente. Un mes después murieron 13 ancianos en el Hospital Psiquiátrico de Holguín por “por desnutrición, anemia y bronconeumonía, en resumen, por mala atención”, como reveló un médico del hospital (no dio su nombre). Otro galeno agregó que los famélicos ancianos estaban llenos de piojos y algunos tenían sarna.
La prensa independiente ha denunciado que por la falta de ambulancias para trasladar pacientes graves muchos de ellos han muerto.
El régimen invierte 15 veces más en turismo que en Salud Pública
¿Y qué dice el régimen de todo esto? Culpa al “bloqueo”. El 8 de mayo pasado (2023) se efectuó en el Palacio de la Revolución la llamada Asamblea de Balance del Ministerio de Salud Pública en 2002, y el ministro del ramo, José Angel Portal, dijo que el año 2022 fue “complejo y desafiante” debido al “recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos”, que “impidió a Cuba adquirir medicamentos, equipos e insumos imprescindibles y provocó un impacto negativo en el desarrollo del sector”.
Mintió doblemente: 1) EE.UU desde hace 23 años es uno de los mayores suministradores de medicamentos y equipos médicos a Cuba. No solo eso, sin los medicamentos que envían los cubanos desde EE.UU a sus familiares en la isla miles de ellos habrían muerto; y 2) los responsables del desastre sanitario son Raúl Castro y sus cúmbilas, que invierten 15 veces más en el sector turístico que en Salud Pública. En 2022 se invirtieron 23,359 millones de pesos en la industria turística, y solo 1,510 millones de pesos en el sistema de Salud Pública.
Encima, con el sistema de salud casi colapsado, la dictadura mantiene miles de médicos (sobre todo especialistas) en el extranjero. Y no precisamente por altruismo, sino para expropiarles el 85% de las divisas que ganan. Importan más los dólares al dictador y sus cómplices que la salud del pueblo. Bueno, para eso se hizo una “revolución”, ¿No?