Es muy sugerente la foto en la que se ve al presidente de Francia, Emmanuel Macron, sentado al lado de Miguel Díaz-Canel, lo mira fijamente mientras el ayudante principal de Raúl Castro ataca al capitalismo occidental y escenifica un remake de la campaña internacional que lanzó Fidel Castro en los años 80 para no pagar la deuda que acumulaban los países del Tercer Mundo con sus acreedores del Primer Mundo.

Ello ocurrió recientemente cuando Díaz-Canel habló como presidente pro tempore del Grupo de los 77 (son en verdad 134 países) en la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial, celebrada en París.

Por la forma de mirar al orador cubano el presidente galo parecía decirse a sí mismo: este tipo antes de hablar cáscara de la explotación del mundo desarrollado al subdesarrollado debiera explicar cómo los gobiernos de los países hoy deudores despilfarraron malgastaron, y se robaron el grueso del dinero prestado por los gobiernos e instituciones financieras del Norte y que según el Banco Mundial solo entre los 47 países de bajos ingresos per cápita (menores a $1,945 dólares anuales) alcanzó los $860,000 millones de dólares en 2020. Y si se agregan las naciones de medianos ingresos (hasta $12,000 dólares anuales per cápita), suman más de 8.3 billones (millones de millones) de dólares.

“Nuestros pueblos –dijo Díaz-Canel– son laboratorios de recetas coloniales y de renovadas formas de dominación que emplean la deuda, la arquitectura financiera internacional actual y las medidas coercitivas unilaterales, para perpetuar el subdesarrollo…”

Llamado de Fidel a no pagar deudas no la siguió ningún gobierno

Fue en verdad un deja vu. De lo ocurrido en La Habana en 1985 en una conferencia internacional convocada por Fidel Castro en el Palacio de las Convenciones con la participación de cientos de personas de decenas de países del Tercer Mundo, y a la cual asistió el autor de este artículo.

El faraón cubano dijo entonces: “Algo muy importante, no es cuestión de renegociar la deuda, reescalonar la deuda y ofrecer plazos de 10 años, 12 años, 14 años y dar 3 años, 4 años, 5 años de gracia para pagar el capital; la deuda puede ser renegociada y no resuelve nada en lo absoluto, es que no puede pagar los intereses, el punto clave: no pueden pagar los intereses.”

El mensaje más claro no pudo ser: a partir de ahora que nadie pague ni un centavo más a sus acreedores. Desde aquel mes de marzo hace 38 años Cuba dejó de pagar el principal y los intereses de la enorme deuda cubana que superaba los $51,000 millones de dólares.

Se percibió que Castro I quería destruir el sistema financiero

Lo peor fue que Fidel dijo: “No postulamos que quiebre el sistema financiero internacional, ni que los depositantes capitalistas industrializados pierdan su dinero, o que los contribuyentes tengan que pagar más impuestos.”

Obviamente el Club de París y todos los acreedores internacionales percibieron lo contrario, que Castro I quería destruir el sistema financiero internacional nacido en la Conferencia de Breton Woods (EE.UU) luego de la Segunda Guerra Mundial. Y borrón y cuenta nueva, nadie le debe nada a nadie.

Las consecuencias para Cuba fueron funestas, pues poco después desapareció el “paganini” soviético y el país se quedó colgado de la brocha. El Estado cubano no pudo ya tener acceso a préstamos ni créditos comerciales de las potencias acreedoras cuando más los necesitaba por el castrismo haberse sido destetado de su nodriza del Kremlin. Porque ¿quién le va a prestar dinero a alguien que te dice que no te va a pagar?

Al “infalible” le salió el tiro por la culata y zas, “período especial”

Entre 1986 y 1990 los subsidios soviéticos a Cuba promediaron unos 4,000 millones de dólares anuales y eso mantenía a flote la parasitaria economía cubana.  Pero Castro I, que se decía poseía un olfato infalible para detectar peligros y oportunidades, movido por su cultura de no pagar lo que le prestan (en la universidad le huían) no fue capaz de percibir que con la perestroika de Gorbachov a la URSS no le quedaba mucho de vida.

Recuerdo que en aquella muy publicitada conferencia en La Habana cientos de delegados izquierdosos aplaudían eufóricos al “gran Fidel”. Pero sus países respectivos continuaron negociando y pagando sus deudas en mejores condiciones.

Casi nadie hoy comercia con Cuba si no paga en “cash”

En cambio, Cuba se hundió en la peor crisis económico-social de su historia (“período especial”). De no haber aparecido otro “paganini” de apellido Chávez y haberse abierto la puerta a los dólares del “enemigo”, la sobrevivencia de la dictadura castrista habría sido muy improbable.

Y ahora, con la experiencia de lo que aquello costó a Cuba, el ¿general? Castro II hace lo mismo que su hermano (su héroe) hace casi 40 años,  cuando casi todos los países se niegan a exportar a Cuba si no se les paga en “cash”.  El dinero por delante, o no hay negocio.

Primer Mundo envió $626,000 millones al Tercer Mundo en 2022

Un detalle revelador del carácter político-ideológico de este nuevo ataque al Occidente capitalista es que en 2022, según el Banco Mundial, el total de las remesas enviadas desde los países del Norte industrializado al Sur subdesarrollado alcanzaron los $626,000 millones de dólares netos, sin costo alguno para los países receptores.

Ese tsunami de divisas obsequiadas generó nuevos negocios familiares, más empleos, mejoría o compra de viviendas, equipos de transporte, tractores mejor asistencia médica, educación y alimentación para millones de familias, tecnología para negocios pequeños o medianos, y otros muchos beneficios.

Y a propósito, el “mandatario” cubano antes de acusar a nadie debiera de explicar qué hizo el régimen castrista con los más de $140,000 millones de dólares que recibió de Occidente y de Moscú) durante más medio siglo sin devolver un centavo, ni siquiera cuando le perdonaron el 80% de lo adeudado. Y aclarar a dónde fueron a parar los $18,500 millones que aún deben, con el país en ruinas y la gente pasando hambre.

Basta ya de payasadas “antimperialistas” del siglo XX pasadas de moda hasta para los reciclados izquierdosos de hoy.