“En mi caso, primero eliminaron todas las ventajas y, una vez que ya no dio más el dinero, empezaron a sacar gente”.
Así explicó hace unos días a “14yMedio” el espirituano Fernando, trabajador de una industria estatal, el avance incontenible de la desocupación en Cuba, y específicamente en su provincia. Agregó que todas las empresas están aplicando el mecanismo de reducción de plantilla.
Cierto, es tan abrumador el auge del desempleo que en mayo pasado la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reconoció que solo en los dos últimos años en Cuba se perdieron 231,000 empleos, y de ellos 194,689 en el sector privado, es decir, el 84% del total.
Aunque la ONEI no lo aclara, en esa cifra se engloban los cuentapropistas y sus empleados, cuyos negocios han quebrado, los que se han cansado de tanto abuso, y los que han emigrado.
Poco antes el régimen publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) de 2022. Y sin decirlo por lo claro revela que la fuga de trabajadores de las empresas estatales se debe a los bajos salarios que muchas veces no alcanzan a cubrir las necesidades básicas de las familias. Y que hay empresas con plazas disponibles de ingenieros y otros profesionales, pero no se cubren porque han emigrado.
La mitad de toda la fuerza laboral está formalmente desocupada
La ENE informa que hay en Cuba 9.363,826 personas mayores de 15 años, de las cuales 4.680,928 trabajan, a las que se agregan 84,700 personas que buscan trabajo, y ambas cifras sumadas arrojan una Población Económicamente Activa (PEA), de 4.765,628 de ciudadanos. Aunque la encuesta no lo menciona, queda claro que en la tercera década del siglo XXI hay en Cuba 4.6 millones de personas aptas para trabajar que no tienen un empleo formal.
No solo eso, la encuesta muestra que el 53% de los jóvenes entre 15 y 35 años no trabaja ni estudia, está desocupado, al menos oficialmente. La consigna de la UJC es “Estudio, Trabajo y Fusil”. Hoy suena a broma, huele a ridiculez.
¿Cómo no va a haber una devastadora crisis económica? Cuba es un país en el que la mitad de la población en edad laboral no trabaja, ni para el Estado, ni para el sector privado permitido, o las Mipymes.
Venden “por la izquierda” lo que pueden, negocian, o “resuelven”
Una parte del limbo laboral cubano lo conforman amas de casa, jubilados, estudiantes, ancianos abandonados a su suerte, o enfermos crónicos incapacitados. Eso es normal.
Lo que no es normal es que ese “Ejército Industrial de Reserva” (EIR), como despectivamente lo llama Marx en “El Capital”, lo conformen la mitad de toda fuerza laboral de la nación, obligados a “inventar” y comerciar “por la izquierda” para poder comer y sobrevivir. Venden lo que pueden, roban, o negocian con agricultores privados y empleados estatales. También forman parte quienes reciben remesas del extranjero, viajeros y “mulas” que nutren el mercado negro.
Resulta triste ver en las fotos e imágenes que llegan de Cuba cómo calles y parques están repletos de personas que conversan, hacen cuentos, juegan dominó en la acera, o en la calle, o retozan con el perro, bien flaco además. No trabajan. Claro, muchos pululan por las calles porque están en el necesario “bisne pa’resolver”. Es impensable ver algo parecido, no ya en Suiza, sino en ningún otro país de América Latina.
La cifra exacta del desempleo en Cuba no es posible conocerla. No hay cómo. La dictadura ofrece una reducida descaradamente por motivos políticos. Pero a juzgar por los datos sueltos que da el régimen, todo indica que actualmente la tasa de desempleo en Cuba no baja del 43%,o 45%, o más.
Más burócratas y empleados sociales que gente produciendo
Compárese con el 11.3% de Colombia, la tasa más alta de desempleo en América Latina en julio de 2023, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), o con el 3.3% que hay en México. En Brasil es de 8.2%, Chile (8.3%), Argentina (7.6%). En España (11.7%), Alemania (3.0%). En Estados Unidos en julio pasado (2023) fue de un 3.5%
Es más, el propio FMI precisa que la mayor tasa de desempleo conocida a nivel mundial en junio (2023) era la de Sudáfrica, con 35.6%. Es decir, hay en Cuba más desempleo que en el país campeón global en materia de desocupación.
La encuesta de ENE también permite constatar la perniciosa macrocefalia burocrática e improductiva típica del sistema comunista. Siendo Cuba un país pobre, agrícola y subdesarrollado, laboran en los campos unos 780,000 trabajadores, y en el descomunal aparato burocrático del Partido Comunista y del Estado, y en la gratuita Salud Pública y Educación, trabajan 1.4 millones de personas, cifra que duplica a la de quienes producen (o debieran producir) para proveer alimentos y de todo lo que consumen, o usan, sus coterráneos no vinculados a la producción material.
En fin, insistir en que la economía cubana marcha hacia un colapso no es ninguna exageración. No es cuestión ya de si va a ocurrir, o no, sino cuándo. Y ojalá que ya no hayan dejado también en la calle al espirituano Fernando.