Ningún “amigo de Cuba” (de la dictadura) tiene al lado de su casa una montaña de basura nauseabunda, putrefacta, acumulada durante semanas, quincenas o meses.
Pero si eso ocurre en las calles de Cuba no hay problema, no los afecta a ellos (los apologistas del castrismo). Son los “antimperialistas” cubanos los que se tienen que tapar la nariz y sumergirse en el hedor importable de esos gigantescos basureros vecinales, entre moscas infectadas, mosquitos, cucarachas y ratas, cuando van a botar diariamente los desechos descompuestos de alimentos y toda la basura generada en sus hogares, que no se sabe cuándo será recogida.
Si algo expresa al instante las lindezas del comunismo castrista es el hedor extraterrestre que emana de los basureros callejeros, particularmente en La Habana, otrora una de las urbes más bellas, atractivas y limpias del mundo.
Hace unos días un periodista oficialista del Canal Caribe de la TV cubana afirmó que las toneladas de basura acumuladas en las calles de La Habana son un “dilema para las autoridades”. Pero nada dijo sobre las verdaderas causas de esa vergüenza pública.
Fuentes nauseabundas de enfermedades, y no hay medicinas
Esos gigantescos basureros urbanos son fuente de enfermedades de todo tipo, contaminadores de bacterias, virus y gérmenes infecciosos, que se expanden por la barriada, en un país prácticamente sin medicamentos y un sistema de salud pública de hecho ya colapsado.
Es tan insoportable ese azote público que el periódico del PCC en la capital, “Tribuna de La Habana” entrevistó a la gobernadora de La Habana, Yanet Hernández. Y, claro, por temor a perder su privilegiado cargo, Yanet lo que hizo fue culpar de todo al “elevado número de habitantes y población flotante, sumado a las 73 instalaciones hospitalarias, las 557 grandes industrias, así como los 87,991 trabajadores por cuenta propia y las 3,592 MIPYMES”. ¡Le zumba el mango!
Imaginémonos que la hoy alcaldesa de París (con igual número de habitantes que La Habana), Anne Hidalgo, dijese a la prensa que el problema es que en la ciudad hay mucha gente, industrias, hospitales y tiendas y pequeños negocios, y eso explica la existencia de gigantescos basureros apestosos hasta en los alrededores de la torre Eiffel. ¡Por favor!
Ayer el París regional, hoy con solo 69 camiones para recoger basura
La “compañera” Yanet siguió saltando por las ramas y dio cifras para ilustrar su explicación: “de los 440 equipos con que cuentan los servicios comunales (de La Habana), se mantienen trabajando 174, y el coeficiente de disponibilidad técnica está al 40% por falta de neumáticos, baterías, llantas…”, dijo la funcionaria con toda seriedad.
O sea, que en La Habana hay 69 camiones operando para recoger la basura que generan sus 2.1 millones de habitantes. ¿De cuántos camiones dispone la alcaldía de París? Seguramente de 12, o 15 veces más camiones recolectores de basura, y todos funcionando eficientemente.
Y cito a la capital francesa porque antes del cataclismo castrista en muchas películas de Hollywood y en revistas internacionales se mencionaba a La Habana como el “París de América Latina”. Lo decía incluso el parisino más famoso entonces, Christian Dior, quien escogió la tienda habanera de El Encanto para establecer una de las dos únicas filiales en el mundo fuera de Francia de su célebre Casa de Modas, conjuntamente con la de New York.
Ni Poncio Pilatos se justificaría mejor que el premier castrista
Pero en cuestión de basura ambiental quien botó la pelota fue el primer ministro, el rollizo coronel de inteligencia Manuel Marrero, quien culpó a la población de que haya montañas de basura y escombros en las calles: “la responsabilidad de la higienización de la ciudad es de todos”, afirmó. Ni Poncio Pilatos lo habría hecho mejor.
Otros burócratas provinciales y municipales para justificar a su jefa Yanet informaron que el volumen diario total de residuos sólidos generados en La Habana es de 23,814 metros cúbicos, de los cuales el 69% son desperdicios alimenticios y desechos de otro tipo, y el otro 31% son escombros.
¿Saben ellos cuantos miles de metros cúbicos de basura se genera en un día en París, Viena, Bucarest, Houston, o Quito, con igual cantidad de habitantes (en 2023) que La Habana? ¿Hay allí montañas de basura acumuladas en las calles?
Habaneros hurgan en hediondos basureros para poder subsistir
Lo más triste y dramático es que esos basureros hoy son imprescindibles para no pocos ancianos, jubilados, y los más pobres. El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) reveló que una anciana cubana de 74 años y su nieta adolescente sobreviven buscando plásticos y otros objetos en los basureros en Sancti Spíritus para venderlos en las tiendas de materias primas, obtener dinero y comprar sus alimentos.
El opositor Silverio Portal denunció el caso de una humilde abuela habanera que tiene que buscar ropa en los contenedores de basura venderla y poder subsistir
A ese panorama, que ni siquiera en la Edad Media era cosa común, se suma que ahora los cubanos llevan mal olor encima de ellos mismos por falta de desodorante y jabón, y la crisis de higiene que hay en todas partes, incluyendo los hospitales. Pero ese otro flagelo “revolucionario” lo examinaremos en una próxima columna.
Roberto Alvarez Quiñones
15 noviembre, 2023