La reciente y nada sorpresiva decisión de Washington de sacar a Cuba de la lista de “Países que No Cooperan Plenamente con los Esfuerzos Antiterroristas de EE. UU.” es un primer paso de Joe Biden para quitar a la isla del grupo delincuencial de “Estados Patrocinadores del Terrorismo”, como exige el régimen comunista cubano.

Claro, eso no va a ocurrir antes de las elecciones de noviembre, pues podría enajenar el voto de cubanoamericanos. Pero sí en enero de 2025, días antes de Biden entregar la Presidencia si el ganador es Trump u otro republicano, Pero lo podría hacer antes de esa fecha si fuese Biden u otro demócrata el vencedor.

La Administración actual así cumpliría totalmente con su política de no hostigar al castrismo, sino hacerle concesiones. Es lo que iba a hacer pero se lo impidió la histórica rebelión nacional anticomunista del 11 de julio de 2021. Luego de un año de aquella gesta popular Biden comenzó a suavizar sanciones y a hacer nuevas concesiones a la mafia militar dictatorial, para que no sea tan “malita” con el pueblo cubano.

Una dictadura genéticamente terrorista no coopera contra el terrorismo

Como pregunta la congresista María Elvira Salazar:  “¿Cómo es posible que una dictadura que financia el terrorismo en América Latina apoya a Hamas y alberga terroristas internacionales en su territorio ahora esté cooperando con EEUU en materia de lucha contra el terrorismo?”.

O como dijo la única voz parlamentaria que desde Europa se ha alzado para rechazar esta decisión, el español eurodiputado de Vox, Herman Tertsch: “quitar a Cuba de la lista de países que fomentan el terrorismo, cuando es el mando único incuestionable de todo el terrorismo narcocomunista en América, es ridículo y perverso”.

Con esta decisión de Biden se envalentona la dictadura, pues la percibe como flojera de EE.UU. Ello se expresa en la arrogancia del canciller Bruno Rodríguez al declarar: “Estados Unidos acaba de admitir lo que todos saben, que Cuba colabora plenamente en los esfuerzos contra el terrorismo (…) y debe terminar nuestra inclusión arbitraria e injusta en la lista de países patrocinadores del terrorismo.”

Y es lo que va a hacer la Administración, gracias al enjambre de izquierdosos que pululan en la Casa Blanca, en el Departamento de Estado, y en todas las instancias del gobierno federal, incluyendo la CIA, que ahora afirma que lo del Síndrome de La Habana es un cuento, que no existió.

La lista de cinco países que no cooperan contra el terrorismo con la exclusión de Cuba se ha reducido a cuatro: Irán, Corea del Norte, Siria, y Venezuela.

El castrismo, aliado de Irán, Hamas, Hezbollah, y la Yihad Islámica

Es imposible que Washington no sepa que La Habana torpedea la lucha contra el terrorismo. El castrismo es genéticamente terrorista, siempre lo ha sido.

Es aliado de Irán, país campeón del terrorismo a nivel mundial, o bien financiándolo con cientos de millones de dólares, o realizando directamente actos terroristas. El 11 de abril de 2024 la Justicia de Argentina concluyó que los atentados contra la Embajada de Israel en 1992, y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, fueron ordenados por Irán y ejecutados por Hezbollah (Partido de Allah en árabe), grupo libanés islámico terrorista armado y financiado por Teherán, y viejo aliado del castrismo

Precisamente el castrismo es un viejo aliado de Hezbollah. También es fuerte aliado de Hamas, de la Yihad Islámica, de los rebeldes hutíes de Yemen, y de cuantos terroristas enemigos de EE.UU (que Irán califica de “Gran Satán),  y de Occidente hay en el planeta. Cuba sigue siendo refugio de criminales terroristas de todas partes del mundo.

 

El totalitarismo castrista es el rector de la política terrorista de la dictadura venezolana, y es el único aliado oficial en América del imperialismo ruso encabezado por el nuevo zar Vladimir I. No solo apoya la devastación terrorista en Ucrania, sino que ha enviado mercenarios cubanos a combatir contra los patriotas ucranianos.

¿Una maniobra de EE.UU relacionada con las elecciones en Venezuela?

Cualquier pretexto del gobierno de EE.UU para justificar esta concesión al autoritarismo comunista castrista es falso. Y aquí no se puede descartar que detrás de esto estén las elecciones en Venezuela.

Probablemente los “brillantes” asesores izquierdosos de Biden consideran que tal y como a Maduro no se le han reimpuesto con todo rigor las sanciones pertinentes luego de haberse burlado de los Acuerdo de Barbados, para darle margen para negociaciones y haya comicios democráticos en julio próximo, es oportuno aflojarle la mano al régimen de Raúl Castro para que presione a Maduro.

Parece absurdo, pero no me extrañaría que esa fuese la lógica para sacar a Cuba de la lista ya mencionada. El fanatismo ideológico que impera en la Casa Blanca puede perfectamente conducir a eso, lo cual revela la ignorancia de esos asesores de la realidad y los hilos que mueven la política en Latinoamérica.

Son incapaces de metabolizar que la narcodictadura de Maduro y sus socios en el gobierno no va a entregar buenamente el poder en proceso electoral alguno. Creo que eso solo sería posible si EE.UU, la comunidad internacional, y la Corte Internacional de Justicia de la ONU de La Haya, certificasen, y ellos aceptasen, que no van a ser juzgados por sus crímenes, y que no les expropiarán el dinero que le han robado al pueblo de Venezuela.

Puede que Maduro suspenda las elecciones, y punto

Eso no solo es poco probable, sino que el Poder Judicial de EE.UU da 15 millones de dólares por la captura de Maduro y eso la Casa Blanca no lo puede impedir. Encima, la dictadura castrista es la que más se opone a unas elecciones libres, que perdería Maduro sin remedio, que acabaría con el petróleo gratis y las divisas que le extrae Cuba a Venezuela de mil maneras.

Por otra parte, puede incluso que Maduro suspenda las elecciones esgrimiendo nuevamente la “legitimidad” de Venezuela para invadir el Esequibo, territorio de Guyana desde 1831, pero que Caracas reclama antes era venezolano. Y colocando tropas y armamento en la frontera, o incluso entrando en territorio guyanés, suspendería las elecciones. Y punto.

Volviendo a Cuba. Sea cual sea la razón para esta concesión de Biden a la dictadura castrista, se trata de un golpe muy sucio de EE.UU al sufrido pueblo cubano.