El arroz es el cereal más importante en la alimentación humana porque contribuye de forma muy efectiva al valor energético de la dieta actual. Aporta una quinta parte de las calorías consumidas por los humanos en el mundo, y proporciona más proteínas que el trigo y el maíz. Así lo certifican los científicos y expertos nutricionistas.
En Cuba poco después de ser llevado a la isla por los colonizadores españoles ese cereal devino el alimento mágico de la dieta cubana, el indispensable que acompaña a los demás. El arroz es fácilmente el más socorrido alimento de los habitantes de la isla desde el siglo XVIII. Tanto, que no poder servir arroz cotidianamente a la mesa es sinónimo de hambre.
Fueron los colonialistas españoles quienes inventaron el “arroz congrí”, que ellos llamaron “moros y cristianos” por el color oscuro de los frijoles (moros invasores) y blanco del arroz (españoles), que luego devino un símbolo de la cultura culinaria en la isla.
Hoy, Cuba produce el 46% del arroz que obtenía hace 66 años
En 1958, era Cuba el tercer mayor productor de arroz de América Latina. Ese año la isla produjo 260,000 toneladas de arroz equivalentes a 92.4 libras per cápita que cubrieron el 60% del consumo nacional, de 433,000 toneladas. El otro 40% se cubrió con importaciones. El consumo per cápita fue de 12.2 libras mensuales, casi media libra diaria. Ah, y se daba por seguro que para 1965 la isla se autoabastecería totalmente de arroz.
Pero en eso llegó Fidel y mandó a parar. Hoy, luego de 65 años de “revolución”, Cuba produce la mitad del arroz que se lograba a mediados del siglo XX. Y para el doble de habitantes. Produce tan poco arroz que el gobierno que coordina (no lo dirige) Miguel Díaz-Canel, que evita dar malas noticias para no “calentar más la calle” no ha dado cifras sobre la producción arrocera de 2023, ni de la siembra en 2024.
Lo último que se supo oficialmente fue que en 2022 se produjeron unas 120,000 toneladas de arroz, el 19% del consumo nacional de 700,000 toneladas para 11 millones de habitantes, y que en 2023 se produjo menos arroz (sin revelar la cantidad), y lo peor, que en 2024 se producirá menos arroz aún, pues se sembraron menos hectáreas y, encima, los rendimientos de campo se pasean entre los más bajos del planeta.
Por otra parte, no hay divisas para importar las 580, 000 toneladas, o más, de arroz que se necesitarían para cubrir el consumo nacional. Sin duda se ha importado muy poco, pues ni la distribución racionada por la “libreta” se está cumpliendo. En la mayoría de las bodegas del país pasa hasta un mes y medio sin entregar a la población ni una onza de su cuota mensual de arroz.
Vietnam ha reducido exportación de arroz a Cuba, porque no paga
Y volviendo a las importaciones, la crisis del arroz se agrava también porque la paciencia de los vietnamitas ya se agotó. Vietnam, el mayor exportador mundial de arroz, y también de Cuba, desde 2018 ha venido reduciendo sus exportaciones de arroz a la isla, pues La Habana no paga a tiempo los embarques, ni tampoco los que ya debía con anterioridad. Lo que hace Hanoi es donar de vez en cuando pequeñas cantidades de arroz a Cuba, siempre bajo la bandera política de la “amistad entre ambos pueblos hermanos”, etc.
En fin, el resultado de todo esto hasta aquí examinado es que los cubanos, precisamente cuando más necesitan del arroz para no desnutrirse en extremo por la falta de los demás alimentos, es cuando menos lo pueden comer.
Como consecuencia del desastre comunista hoy en Cuba la inflación es una de las siete más altas del mundo, al igual que la devaluación del peso cubano, que hoy se cambia a 365 pesos por dólar, con lo cual el salario mínimo es de $5.75 dólares mensuales, posiblemente el más bajo del mundoun récord mundial.
La crisis alimentaria que padece hoy el pueblo cubano sin duda es la peor más generalizada desde que obtuvo la independencia en 1902. El hambre y la malnutrición aumentan dramáticamente. Y en ello incide fuertemente la escasez insólita de arroz. Baste decir que una libra del principal alimento cubano no baja de 200 pesos en el mercado informal, y cuando “aparece”
O sea, para una familia de cuatro personas, incluyendo niños y ancianos que no trabajan, poder comer una libra diaria, es decir, menos de un cuarto de libra cada uno, habría que gastar casi un salario promedio completo, de 4,500 pesos, o dos salarios mínimos, solo para comer un poquito de arroz diariamente y no morir de inanición.
Ya los cubanos no pueden escapar del “estrago” en el estómago
Por supuesto, no solo el precio del arroz se pasea por la estratósfera. La carne de cerdo no baja de 600 pesos la libra, por ejemplo, y un cartón de huevo cuesta más que un salario mínimo completo, etc etc.
Pero es que el colmo de los colmos es que ni arroz tienen ya los cubanos. Y esto es particularmente serio, por algo fundamental a tener en cuenta: con independencia de su valor calórico y nutritivo, como ya vimos, el arroz tiene la ventaja adicional de que “llena la barriga”, como se dice popularmente.
Es decir, quien come arroz deja de sentir “el estrago” en el estómago que tiene todo hambriento. Y eso es al menos un alivio en medio de la desgracia actual, el poder “engañar” al estómago.
Ya ni arroz pueden comer las hambreadas familias cubanas de a pie, gracias a los embates de este nuevo “logro de la revolución”.