El 46% de la viviendas dañadas por Irma en Sancti Spiritus están sin reparar.
En total de las 1,917 viviendas que quedaron en el piso hace siete meses se han edificado hasta ahora 477, “mientras en los derrumbes parciales el por ciento de solución es del 28 y el 23, respectivamente”.
Luego de siete meses del paso del huracán Irma, por el norte de la provincia de Sancti Spíritus el 46 por ciento de las viviendas dañadas en ese territorio por el meteoro permanecen sin reparar.
La información está contenida en un elogioso artículo publicado este jueves por el diario Escambray, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba en esa provincia que elogia “la labor de los espirituanos en la recuperación de las viviendas dañadas” en el marco de una visita a Sancti Spíritus del General de Cuerpo de Ejército Joaquín Quintas Solá, Jefe de la Región Estratégica Central.
El huracán Irma que pasó por la costa norte de Sancti Spiritus como Categoría 5, causó destrucción total y daños parciales a 19,159 viviendas en esa provincia, de las cuales 10 432 han sido reparadas “a partir de la construcción de casas de tabla de palma y madera aserrada que hasta la fecha suman 257 destinadas a las familias que sufrieron la destrucción completa de sus casas, la mayoría en zonas del municipio de Yaguajay, el más dañado por el poderoso huracán”.
Según la información hasta el 31 de marzo se habían terminado 150 viviendas convencionales con paredes de bloques y cubiertas ligeras “para dar respuesta a los derrumbes totales”.
En total de las 1,917 viviendas que quedaron en el piso se han edificado hasta ahora 477, “mientras en los derrumbes parciales y viviendas de tipología I el por ciento de solución es del 28 y el 23, respectivamente”.
Escambray no recordó a sus lectores que en octubre de 2017 la Unión Europea donó a Cuba un millón 600 mil euros, de los cuales 700 mil estaban destinados al municipio espirituano de Yaguajay, el más afectado de la provincia, para la compra de materiales de construcción.
Esa ayuda, se agregó a dos y medio millones de dólares entregados a Cuba de los fondos de respuesta a emergencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU), días después del azote de Irma.