Es una verdad como un templo, como se suele decir, que el principal recurso económico y patrimonial que tiene un país es su capital humano, la capacidad creadora de su gente. La fuerza de trabajo de un país es su gallina de los huevos de oro.
Así ha sido desde los primeros atisbos de civilización hace unos 8,000 años, pero no en los regímenes comunistas del siglo XX y en los que todavía a estas alturas no han dado sepultura al cadáver del “socialismo real”: la Cuba castrista y la dinastía Kim en Corea del Norte. Allí el capital humano es esclavo del Estado. No hay libertad para crear, producir ni comerciar libremente. Y si lo hace va a prisión por “enriquecimiento ilícito”.
En Cuba, a golpes de “continuidad revolucionaria”, se han perdido 231,564 trabajadores en los últimos 24 meses, lo cual significa una enorme reducción de su ya escasísima fuerza de trabajo, y la destrucción de casi igual número de empleos. Así lo revelan las cifras de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). O sea, en Cuba la fuerza de trabajo no crece como en el resto del mundo. Se achica cada vez más. La cifra oficial pasó de 4.912.492 trabajadores en 2020, a 4.680.928 al cierre de 2022.
El 84% de la pérdida de empleados golpeó al sector privado
El 84% de los empleos destruidos en esos dos años correspondió a los negocios privados, los únicos dinámicos y productivos que tiene el país. Con eso el total de trabajadores estatales subió al 72,3% de toda la fuerza de trabajo nacional, y el del sector privado descendió al 27.7%, apenas la cuarta parte de la masa laboral nacional, algo único en el mundo si nuevamente se excluye, a la cuasi extraterrestre Corea del Norte. En China el 80% de la fuerza de trabajo labora en el sector privado y genera dos tercios del Producto Interno Bruto.
En Cuba decenas de miles de dueños de negocios privados y de cuentapropistas individuales lo vendieron todo para pagar la complicada y muy costosa travesía hasta llegar ilegalmente a EE.UU o hacia otros países. Y lo siguen haciendo hoy.
La “revolución” no crea empleos, los destruye masivamente
Y algo muy importante, esta pérdida de fuerza de trabajo es a la vez destrucción de empleos. No hay sustitutos para esos trabajadores o dueños de pequeños negocios individuales que dejaron sus empleos, sobre todo para técnicos y trabajadores altamente calificados, graduados universitarios, etc. O sea, la nación pierden a la fuerca laboral que más “know how” acumula, de la poca que va quedando en Cuba.
Agreguemos a eso el ritmo récord del envejecimiento de la masa laboral. En Cuba casi la mitad de los trabajadores tienen entre 45 y 64 años, el 20% tiene más de 35 años y solo el 28.7% tiene menos de 35 años.
Casi podría asegurarse que las fuerzas de trabajo intelectuales y productivas indispensables y el “know how” para reconstruir y levantar de nuevo a Cuba en el postcastrismo prácticamente ya no existen. O son muy pocas.
Con dinero de la URSS la dictadura inflaba las plantillas estatales
Fidel Castro durante un tiempo engañar a los cubanos y al mundo entero con las “ventajas del socialismo”. Mantuvo buenos niveles de empleo gracias al dinero del Kremlin. En los centros de trabajo estatales y su “emulación socialista” sobraban trabajadores que poco, o nada, tenían que hacer. Siempre cabía uno más, aunque no hiciese falta, si era amigo o familia de alguien allí empleado.
Al sucumbir el tío soviético Boris y acabarse el dinero regalado todo se vino abajo. Entonces el tirano legalizó la circulación del dólar (hasta ese momento tener dólares costaba 4 años de prisión); abrió las puertas a la “gusanera”, ahora delicadamente llamada “comunidad cubana en el exterior” y sus viajes a la isla, las remesas, etc. Después recibió dinero del nuevo mecenas Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, hasta que en 2016 se derrumbó la economía de Venezuela.
¿A dónde va a parar Cuba en tales condiciones?
Por eso ahora el castrismo tiene que jugar al duro y sin guante. No hay mecenas que financie nada. Y la dictadura sobrevive con los dólares que envían los cubanos allende los mares, antes insultados como “escoria” “traidores”, “vendepatria”.
Al final hay aquí una pregunta cuya respuesta es la conclusión de todo esto: 1) ¿por qué emigran tantos trabajadores, en su abrumadora mayoría del sector privado, y se pierde tanta fuerza de trabajo y se destruyen tantos empleos?
Porque con el Estado mafioso castrista no tienen libertad para hacer negocios, para crear riquezas libremente para percibir salarios dignos, para no pasar hambre y miseria ¿De quién es entonces la culpa de esta catástrofe en Cuba, del “bloqueo”? Directamente de Raúl “el Cruel”, negado a restablecer en la isla el sentido común, es decir, la propiedad privada y la libre empresa capitalista. Es el faraón nonagenario el culpable de esta desgracia cubana. Y punto.
¿A dónde va a parar Cuba en tales condiciones? ¿Todavía confunden Castro II y sus apandillados a Rusia con la Unión Soviética y creen que Moscú les regalará divisas, petróleo, materias primas, maquinarias, y va a construir infraestructura y modernas industrias en la isla?
Hasta un morón se da cuenta de que los rusos no aflojarán un solo centavo en Cuba que no los beneficie ante todo a ellos mismos, y bien en grande. Esos rusos, los del zar Vladimir I, de “tovarichis sotsialist” no tienen un pelo.