La escasez perenne de arroz en la isla es quizás el mayor fracaso de la “revolución” castrista en materia alimentaria, junto con el de la ganadería. Y la actual falta de arroz puede llevar a una hambruna. La agricultura socialista es incapaz de producir suficiente arroz, hay que importar casi el 70% del que se consume, pero hay menos dinero para importarlo.
Del desastre arrocero del socialismo cubano hablan las cifras. En 1958 Cuba produjo 200,000 toneladas de arroz. Se estimaba que para 1965 la isla capitalista se autoabastecería de arroz. En 2019 se produjeron las mismas 200,000 toneladas, pero para el doble de habitantes.
Fidel Castro gastó $500 millones en un plan desastroso
En octubre de 1967 un grupo de periodistas y de estudiantes de esa carrera (entre ellos el autor de este artículo) asistimos a la puesta en marcha de la “Brigada Invasora Che Guevara” en la zona rural de Puente Guillén, a unos 37 kilómetros de Bayamo.
Se nos dijo allí que por orden de Fidel se desbrozarían miles de caballerías de tierras en el país para sembrar básicamente arroz, lograr el autoabastecimiento y exportar los excedentes. Castro gastó 500 millones de dólares en divisas en aquella brigada, incluyendo la compra en Francia e Italia de 700 camiones de volteo y 800 equipos pesados, como buldóceres, motoniveladoras, etc.
Vimos cómo cientos de militares comenzaron a arrasarlo todo con buldóceres y equipos que arrastraban unas enormes bolas de hierro macizo que parecían salidas de Hollywood. Y dinamitaban las palmeras y los arboles muy robustos. En solo dos años desaparecieron 15,275 caballerías (215,000 hectáreas) de frutales, bosques, y cultivos.
¿Resultado?
1) lejos de lograr el autoabastecimiento de arroz el país tuvo que aumentar las importaciones por baja producción;
2) la deforestación agravó las sequías; y
3) En 2019 (52 años después) se produjo solo el 25% de las casi 800,000 toneladas de arroz del consumo nacional.
Medio sueldo mensual por 15 libras de arroz, para dos semanas
Yolanda, residente en La Habana Vieja, dijo al diario independiente 14ymedio que las 15 libras de arroz para tres personas que le dan en la bodega “no alcanzan ni para las dos primeras semanas del mes“. Explicó que para completar el mes tiene que comprar arroz por la libre y está muy caro.
Cierto, en La Habana, la libra de arroz oscila entre 30 y 35 pesos (CUP). Las otras 15 libras pueden costarle a Yolanda 525 pesos, más de la mitad del sueldo promedio en Cuba, para comer arroz dos semanas.
Según reporta el medio citado, en las redes sociales los consumidores se disputan el producto como en una subasta. “Surtimos un saco de arroz”, dice el administrador de un hilo de WhatsApp de compraventa. “Lo compro en 60 CUC”, responden al instante. “75″, dice otro. “Yo pago 80″, reta uno más. Finalmente el saco se lo llevó un consumidor apodado Mandy88, por 90 CUC.
Mientras, el régimen sigue haciendo promesas fenomenales. El ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez, asegura que en 2023 se producirán 450,000 toneladas de arroz y que en 2030 se cubrirá el 86% del consumo nacional. Sabe que es imposible más que duplicar la producción arrocera en tres años, pero lo promete, es lo usual.
La historia de Puente Guillén se repite constantemente, aunque ya nadie crea en esas promesas-payasadas. Lo que todos sí creen es que si la producción de arroz no vuelve a manos privadas no podrán comer arroz a gusto como ya lo hacían sus antepasados antes de que Isaac Newton descubriera la Ley de Gravitación universal en el siglo XVII.