Dos preguntas “atrevidas” a José R. Machado Ventura:
¿Por qué en 1958 en Cuba se produjeron casi 1,000 millones de litros (960 millones) de leche y 61 años después produce la mitad de esa cifra con casi el doble de habitantes? ¿Qué hecatombe causó en el campo cubano esa caída espectacular en el abastecimiento de un alimento tan importante?
Son estas dos interrogantes que debiera responder el “número dos” de Cuba, quien en una reciente reunión anunció que ya no habrá más importaciones de leche en polvo, ni de otros alimentos, y que la entrega de leche por la “libreta” para los niños menores de 7 años dependerá únicamente de la producción nacional.
Machado a sus 90 años (los cumple en agosto) como segundo secretario del PCC es el vicedictador cubano y jefe del “presidente” Díaz Canel. Y dijo a rajatabla que con la pandemia del Covid-19 la leche y demás alimentos se encarecerán en el mercado mundial y para Cuba “será casi imposible importarlos“.
Soltó esa noticia en un encuentro con los jefes provinciales de la agricultura de Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey. Acudiendo a la socorrida propaganda política el comandante histórico “Machadito” exclamó que hay que “desarrollar una política integral para el sector agropecuario que permita alcanzar el verdadero potencial productivo de los campos”.
Como decía Albert Einstein, repetir lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes es un claro síntoma de locura. La solución a la crisis alimentaria crónica en Cuba, ahora agravada, no es trazar ninguna “política integral”. Hay que restaurar la agricultura privada, y punto. Eso lo saben de sobra todos los asistentes a la reunión citada. Pero todos ellos callan por pura conveniencia personal.
Cuba exportaba leche condensada
Como un contraste que hoy parece asombroso es oportuno recordar que en 1958 en Cuba había 6.7 millones de cabezas de ganado vacuno para 6.5 millones de habitantes. A cada cubano le correspondía una vaca, el triple del promedio mundial de 0.32 bovino por habitante según la FAO.
Había entonces 940,000 vacas en ordeño que además de leche fresca permitían producir 1.5 millones de cajas de leche condensada (de 48 latas). Ya en 1941 Cuba produjo 1.2 millones de cajas de leche condensada, y como el consumo nacional era de unas 400,000, el país devino exportador de leche condensada. En los años 50 había cuatro grandes fábricas de leche condensada, (en Bayamo, dos en Sancti Spíritus, y en Camagüey) , incluyendo marcas tan populares como “Guarina” y “Nela”, esta última una de las mejores plantas del mundo en tratamiento de leche.
¿Y la “obra de la “revolución”? En 2020, de acuerdo con el Anuario Estadístico, Cuba tiene 3.6 millones de vacunos flaquísimos por falta de comida, para 11.2 millones de habitantes, tres por cada vaca. Y peor aún, hay ahora menos vacas que hace 101 años, en 1918, cuando había 3.9 millones de cabezas de ganado bovino, según datos oficiales.
Probable desnutrición infantil
La no importación de leche en polvo por la quiebra financiera del castrismo significa que los niños cubanos apenas tomarán leche y comenzarán a parecerse a los niños norcoreanos menores de 7 años, que por millones sufren de desnutrición, según reportes internacionales. En Cuba se produce leche en polvo en tres fábricas ubicadas en La Habana, Camagüey, y Bayamo, pero en poca cantidad por falta de leche fresca.
Ahora en las “shopping” también habrá muy poca leche en polvo, o ninguna, y vale aclarar que cada bolsa de un kilogramo de leche cuesta a 5.20 CUC (130 pesos), casi la mitad de la pensión de un jubilado, o un tercio del salario mínimo actual de16.6 dólares (en Haití es de 65 dólares). Habrá también muy poca en el mercado negro, que por la ley de la oferta y la demanda subirá los precios. Hasta ahora la bolsa de 1 kg costaba 100 pesos y sin la pureza del producto garantizada. .
Esta crisis de los lácteos se suma a la de otros alimentos clave. Se ha llegado al extremo de que hay al mismo tiempo aguda escasez de arroz, frijoles, pan, leche, carne de res y de cerdo, viandas, vegetales, huevos, frutas y café.
Los históricos estalinistas, la élite militar más joven y la burocracia partidista y gubernamental tienen que entender que no tienen más opción que liberar las fuerzas productivas y abrir el sector privado. Si no lo hacen habrá niños cubanos, y adultos subalimentados y su deuda con la historia y con el pueblo cubano será aún más espantosa.