En una decisión que revela la ansiedad por captar dólares y a la vez el menosprecio que siente la mafia político-militar que manda en Cuba por sus compatriotas, ahora también los agricultores privados (que producen el grueso de los alimentos en la isla), tendrán que pagar en dólares los insumos y equipos que necesitan.
El general Raúl Castro y su equipo de gobierno el 12 de septiembre de 2020 decretaron la dolarización del monopolio estatal llamado Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura de Cuba (GELMA), el único suministrador mayorista de insumos, equipamiento, y de prestación de servicios técnicos especializados a todo el sector agropecuario, incluido el privado.
¿Cómo afecta esa medida a los cubanos de a pie? Pues mucho. Significa que habrá menos comida en la mesa familiar cubana. Si no se corrigen urgentemente ciertos aspectos, eso acerca la fecha en que puede empezar a azotar a los cubanos la hambruna, esa que ya se vislumbra como casi inevitable.
¿Cómo podrán los agricultores privados adquirir sus insumos?
Es una decisión fatal. Porque exceptuando la cañera, toda la producción agrícola y pecuaria en Cuba es para el mercado interno, motivo por el cual los productores privados cobran en pesos corrientes (CUP) al vender sus cosechas. Y ahora, si no pueden ya comprar con pesos cubanos, los CUC que les exigía GELMA para abastecerlos, ni se los aceptarán aunque los tuviesen ¿cómo podrán adquirir los insumos y equipos?
En las tiendas y demás dependencias en divisas, que ahora incluyen también a GELMA, no se puede pagar con dólares físicos. Hay que tener una cuenta bancaria con dinero de verdad enviado desde el extranjero y obtener una tarjeta magnética para poder pagar lo que sea.
Pero claro, todo eso va sometido a una coyunda de olor mafioso. Nadie en la isla puede extraer dólares de su propia cuenta, aunque el dinero recibido “de afuera” esté debidamente depositado en el banco, porque dichas cuentas son secuestradas por el gobierno. Créalo o, no, están vacías, no tienen dólares disponibles.
¿Cómo es eso posible? Muy fácil, la dictadura obliga a todos a pagar solo con tarjetas bancarias para apropiarse por adelantado de cada dólar que llega al país. O sea, el billete verde realmente no circula en Cuba. Los dólares depositados están cautivos en poder del gobierno per secula seculorum.
En otras palabras, las tarjetas magnéticas en la isla son en realidad una autorización oficial para comprar con cargo a un dinero que probablemente ya el gobierno gastó. De ahí la desesperación en captar “cash” verde como sea, y de quien sea.
Ni les sirve el CUC, ni tienen cómo obtener dólares
Lo cierto es que en lo adelante los 210,000 campesinos y los 247,000 usufructuarios de tierras que aportan el grueso de la producción agrícola y pecuaria nacional ya no podrán comprar CUC con pesos corrientes para poder adquirir los insumos necesarios al monopolio citado. Y en su mayoría tampoco reciben dólares del extranjero y no pueden obtener tarjetas bancarias para comprar nada. Por otra parte, el CUC está inmerso en un acelerado proceso de extinción.
Según el economista Pedro Monreal (residente en la isla) los campesinos y los usufructuarios de tierras en 2019 produjeron el 85% de los frijoles (144,500 toneladas), 85.8% del maíz (263,000 tm), y el 45.6% del arroz (172,368 tm). Todos esos alimentos fueron consumidos nacionalmente, y fueron cobrados por ellos en CUP.
De no dársele al sector privado agropecuario una vía para que, o bien puedan comprar con dólares al Estado y abrir cuentas y obtener las tarjetas bancarias necesarias, o bien canalizar alguna otra forma de pago que ellos puedan afrontar, habrá una agravación de la agobiante escasez de alimentos en Cuba.
Preferirán exportar a vender dentro de Cuba
Hay otro detalle a tener en cuenta. Como el régimen ha autorizado que los agricultores privados puedan exportar a través de empresas estatales, aunque el Estado les quite el 20% de sus ingresos ellos van a preferir exportar a seguir vendiendo sus productos en el mercado nacional, que les paga en CUP, una moneda que no vale nada.
Y nada valdrá el CUP por un buen rato con la economía casi colapsada. No hay condiciones mínimas en Cuba para dejar al peso cubano como única moneda. Por muy “suave” que fuese su tasa de cambio con el dólar no podría bajar de 20 CUP por 1 dólar. Eso dispararía la inflación y acabaría de hundir en el mar a la ya ruinosa economía socialista castrista.
En fin, si la cúpula dictatorial no facilita que el sector agrícola privado pueda comprar sus insumos en moneda nacional, o busca alguna otra solución, Raúl Castro y su administrador Díaz-Canel, estarán abriendo las puertas al hambre masiva.