Hace 4,500 años (Edad de Bronce), el ser humano apenas vivía 31 o 32 años como promedio. En la Grecia clásica, entre 38 y 41 años, En Inglaterra hace 700 años vivía entre 40 y 43 años. En los siglos XIX y XX la expectativa de vida osciló desde 55 años en Africa a 71 años en el resto del planeta, y 78-79 años en las naciones más desarrolladas.
A medida que avanza la civilización los humanos viven más años y son más saludables. Los científicos aseguran que en un futuro los humanos podrán vivir hasta 120-130 años.
Ello se debe al descubrimiento constante de medicamentos que curan o controlan enfermedades, mejores sistemas públicos de salud, avances tecnológicos, más higiene personal y ambiental, control de epidemias y plagas, suplementos dietéticos naturales y vitamínicos, una mejor dieta, y otros factores clave.
La salud pública en Cuba quizás es ya la peor de América Latina
Pero en Cuba es al revés. El sistema de salud castrista es cada vez más deficiente. Empeora diariamente de la mano del hambre y la desnutrición en gran parte de la población, pésima higiene en todos los sentidos, deficientes o insuficientes servicios médicos y dentales, mala preparación de los profesionales de la salud, y sobre todo por una asombrosa falta de medicamentos indispensables.
De manera que luego de haber tenido la isla uno de los más eficientes servicios de salud pública de todo el mundo, desde antes de la independencia, y que fue mantenido en buena medida durante la sovietización castrista mientras ese sector fue financiado por Moscú, ahora la Cuba “revolucionaria” presenta quizás el peor sistema sanitario de todo el continente americano.
El Estado, en ruinas por el socialismo, es incapaz de proveer un adecuado servicio de salud, cierra hospitales y clínicas, envía miles de médicos al extranjero para confiscarles las divisas que ganan. Y lo peor de todo, los ciudadanos no tienen acceso a los medicamentos que necesitan. Encima el régimen se prohíbe la alternativa de servicios de salud privados como en el resto del mundo normal.
Para evaluar solo un aspecto de esta crisis sanitaria, la falta de medicinas, vale citar algunos testimonios recogidos por la prensa cubana independiente en La Habana.
Armando Iglesias padece de mal de Parkinson y esquizofrenia. Depende de un medicamento que incluye el Trihexifenidilo, pero hace tiempo está “en falta”” y su precio en el mercado negro es de 60 pesos cada tableta. “Es imposible – dijo Iglesias, de 56 años y visiblemente descompensado– pagar ese precio cuando por indicación médica debo tomar tres tabletas diarias”. O sea, su tratamiento cuesta 5,400 pesos (225 dólares) mensuales, el triple que toda su pensión mensual.
“No hay ningún tipo de antibióticos en las farmacias”
La hija de Arletis Castro, de 3 años, tiene amigdalitis aguda hace tres semanas y le recetaron un antibiótico: “No hay ningún tipo de antibióticos en las farmacias, ni hospitales (…) encontré en mi casa Cefalexina que tenía dos meses de vencida y me arriesgué (…) gracias a Dios la niña no hizo ninguna reacción adversa”, explicó Arletis.
La jubilada Fernanda León hace semanas va a la farmacia constantemente a ver “si llegaron” las dos medicinas que necesita para su agudo estreñimiento y otras dolencias, metocarbamol y picosulfato de sodio, pero siguen “en falta”. En la farmacia le dijeron que la pida a un familiar en el extranjero. “La familia que me queda vive toda en Cuba”, lamentó Fernanda. Luego de más de 30 años de trabajo ella con su pensión no puede costearse tampoco en el mercado negro sus medicinas, cuando las hay.
Familia cogió “tremenda sarna” y no tiene cómo curársela
Flores Agüero narró: “Mi sobrina, su hija y yo agarramos una sarna tremenda”. Añadió que en ninguna farmacia “encuentras ni un solo medicamento para este padecimiento que toda la vida se ha curado en una semana si tienes la medicina adecuada”.
En la exclusiva farmacia internacional del Hospital Cira García de Miramar, en La Habana, los botiquines con medicamentos de primeros auxilios ‒mercurio cromo, alcohol, gasas, esparadrapo, agua oxigenada y tijeras‒ tienen un precio de hasta 5,000 pesos ($208 dólares) según el tamaño de los frascos.
Susana, una estudiante universitaria y voluntaria de las “Brigadas contra el Covid-19″ aseguró que a los médicos les prohíben decirle a los pacientes que no hay medicamentos. “Se enfrentan a que sean expulsados, o procesados por los tribunales (…) están aterrados porque están entre la espada y la pared”, denunció la joven.
El Estado se desentiende: los cubanos van a vivir menos años
¿Qué hace el gobierno para enfrentar tan grave situación? El jerarca dictatorial Marino Murillo dio la solución recientemente. Toda la responsabilidad de garantizar la calidad de vida para quienes trabajaron toda la vida “no puede recaer solo en el Estado cubano“.
Y remató: “Tiene que haber también una responsabilidad de la familia. El que más y el que menos tiene un adulto en la familia”. Ese es el sistema social “superior” socialista que tanto cacarea la propaganda castrista
Conclusión: posiblemente la falta de medicinas está ya causando muertes evitables en Cuba. Si el castrismo no es desmantelado los cubanos van vivir menos años que hace un siglo, o dos. Y serán menos saludables que sus padres, abuelos y bisabuelos.