La mayoría de los economistas de dentro y fuera de Cuba ya coinciden en que la crisis económica que padece hoy el país ha devenido estanflación. Este es un vocablo surgido hace unos 50 años y que significa la combinación de estancamiento económico con alta inflación.
Es el azote simultáneo de nulo crecimiento económico con una alta tasa de inflación, algo que según la teoría económica no debe ocurrir, porque cuando la economía no crece no debe haber inflación, y viceversa.
Normalmente el estancamiento económico genera desempleo, y desciende el consumo de bienes y servicios. También disminuyen las inversiones de capital y la demanda de equipamiento e insumos de las empresas industriales, comerciales, tecnológicas, de la construcción, y de servicios. O sea, la demanda se coloca por debajo de la oferta y los precios se desploman junto con las ganancias de las empresas.
Con la estanflación, sin embargo, la economía decrece, o no crece el Producto Interno Bruto (PIB) y los precios suben. Esto es difícil de combatir. Los gobiernos se inclinan a disminuir la inflación, pero al encarecer el costo del dinero y del crédito se agrava la inactividad económica. Si se prioriza impulsar la actividad económica y se abarata el dinero y el crédito entonces la inflación aumenta, disminuye el consumo, y se mantiene el estancamiento.
Los medios castristas y los círculos académicos oficiales se dieron banquete mostrando la “inferioridad del sistema capitalista” en los años 70, hasta 1981, cuando en EE.UU se presentaron síntomas de estanflación. También la hubo en México en los años 80 y en Japón en los 90.
Ahora no hay estanflación en ningún país capitalista, sino en Cuba, el único del mundo (si se exceptúa a la extraterrestre Corea del Norte) que mantiene vigente el contra natura modelo económico comunista. En otras palabras, esto que ahora ocurre en Cuba es responsabilidad exclusiva de la mafia gobernante.
Recesión y a la vez inflación de 500%, precios no dejan de subir
En la isla la actividad económica decrece, o no crece, y el desempleo aumenta. Pero los precios suben en vez de bajar. Los cubanos cada día tienen más dificultades para satisfacer sus necesidades. El peso pierde poder de compra y no alcanzan los salarios para pagar todos los precios en alza de alimentos, medicinas, productos de aseo, y todo en general.
Claro, la cúpula dictatorial y los economistas incrustados en la burocracia estatal no van a admitir que en Cuba hay estanflación, eso es cosa del “decadente capitalismo”. Pero el prestigioso Economist Intelligence Unit (EIU), de Londres, asegura que en Cuba hay muy claros síntomas de estanflación desde 2020.
Esa entidad británica recientemente informó que el estancamiento económico en Cuba es evidente, y que la inflación en la isla en 2021 habrá sido de un 500%, o más. Por eso el EIU pronostica un crecimiento del PIB cubano este año de apenas un 0.2%, a años luz de poder compensar la caída de -11% del PIB en 2020.
Precios se dispararon con terapia de choque del “Ordenamiento”
La inflación es cosa vieja en Cuba. Pero ahora se disparó como nunca con la reunificación monetaria y la terapia de choque llamada Tarea Ordenamiento. El propio EIU calculó en agosto de 2021 una tasa de inflación de un 300% en Cuba. Baste decir que un litro de aceite no baja de 350 pesos, el 17% de un salario mínimo. Y una libra de carne de res ronda los 400 pesos (16.66 dólares) probablemente un récord mundial.
Actualmente se estima que la inflación es de un 300%, y va a seguir subiendo. Eso ya engulló casi por completo el volumen de ahorro de los cubanos pudieron acumular antes de la reunificación monetaria, lo cual ha reducido aún más la capacidad de compra en el país. Y ni hablar de quienes no pudieron ahorrar, los millones de trabajadores con bajos salarios, desempleados, jubilados, ancianos desamparados, etc.
Solo liberando las fuerzas productivas no habrá estanflación
¿Y qué hace el gobierno para superar esta crisis doble de recesión e inflación descontrolada? Nada. Lo que hacen Díaz-Canel y su burocracia es insistir estúpidamente en los topes de precios, regulaciones absurdas que deprimen más la producción, agravan la escasez de todo y empeoran la recesión económica. O sea, agrandan la estanflación.
Conociendo la incapacidad de estos vividores castristas que se dan vida de millonarios mientras hambrean al pueblo, lo que puede que ocurra podría ser que ante el peligro explosivo que genera la no satisfacción de la población de sus necesidades el régimen decrete un nuevo aumento de salarios.
Ello sería una engañifa criminal. Con una inflación de un 500%, o más, todo aumento salarial sería devorado rápidamente, dada la imposibilidad de la economía comunista de producir bienes de consumo y de capital para aumentar la oferta de todo y hacer bajar los precios.
¿Cuál es la solución para acabar con la estanflación? liberar las fuerzas productivas, abrir la economía a la propiedad privada, acabar con el acogotamiento de los agricultores por parte del monopolio estalinista Acopio. En fin, desmantelar de raíz el comunismo.
Raúl Castro y su asistente Miguel Díaz-Canel no lo harán a menos que sean obligados a ello, quizás si por no hacer nada ahora se produce otro 11 de julio, esta vez definitivo.