En plena reapertura del turismo internacional, al gobierno tampoco le convienen las imágenes de cubanos golpeando a otros cubanos en las calles. Ya nadie se cree el cuento de los “mercenarios”, a pesar de que los medios oficiales repiten día y noche el mismo guion apelando a lo que queda de nacionalismo en un país donde sin MLC no comes. Apelan, también, a ese lado burdo y cainita del cubano, a esa suerte de carnaval despótico con pan, circo y porra, que lleva a unas empleadas de una empresa ferroviaria a ataviarse con pulóveres que dicen “Ordene” y enseñar los toletes con que, supuestamente, le “ponen corazón” a Cuba.

Semejante pornografía política no es un hecho aislado. Nunca faltará el llamado gubernamental a la violencia. Y siempre habrá quien se preste para bajezas semejantes. Desde hace mucho existen en Cuba brigadas de respuesta rápida dedicadas a reprimir, viejos chivatones, militares sin escrúpulos. Varios de ellos salieron a las calles el 11 de julio pasado; no se esperaban, eso sí, una respuesta. Dos o tres recibieron cucharadas de su misma sopa y salieron luego, quejosos, en la prensa oficial con las cabezas rotas. Del otro lado, hubo un muerto, tiroteado por la espalda. Si hay una lección de ese día, una que el gobierno de Díaz-Canel insiste en desconocer, es que este tipo de enfrentamiento cuerpo a cuerpo en las calles es el primer anuncio de una absoluta falta de legitimidad.

Las amenazantes imágenes de cubanos con palos y fusiles tienen lugar tras varias arengas de Miguel Díaz-Canel en las que ha exhortado a los “revolucionarios” a enfrentar violentamente a los miembros de la sociedad civil que exigen cambios democráticos en Cuba.

“¡La decisión es de lucha y victoria! ¡A cerrar filas, a luchar por nuestros problemas, a luchar con creatividad, es parte del combate! Aquí hay suficientes revolucionarios para enfrentar con inteligencia, con respeto y en defensa de nuestra Constitución, pero también con energía y valor, cualquier tipo de manifestación que pretenda destruir a la Revolución”, afirmó el gobernante este domingo.

Sobre las palabras de Díaz-Canel, el dramaturgo cubano Yunior García, promotor de la marcha del 15N, dijo en Twitter que en la Isla se necesitan “urnas y no órdenes de combate”.