El sector del turismo en Cuba no acaba de levantar cabeza. Como era de esperar, los vacacionistas ya no están prefiriendo a la isla mayor del Caribe para disfrutar de sol, playas y entretenimiento tropicales. Cada vez menos turistas canadienses eligen a la isla, y proporcionalmente (porcentaje) van muchísimos más turistas en general a República Dominicana, Cancún y Costa Rica, que a Cuba.

Ello confirma el crimen cometido por la mafia encabezada por Raúl Castro que cuando con la pandemia de Covid-19 colapsó en la isla el sistema de salud pública y miles de cubanos morían sin atención médica en albergues improvisados a falta de hospitales y medicamentos siguió invirtiendo miles de millones de dólares en la construcción de hoteles y prácticamente nada en Salud Pública.

Baste saber que en 2015 el régimen invirtió $1,575 millones de dólares en la construcción de hoteles, y en 2020 en plena pandemia en vez de reducir esos gastos en favor de Salud Pública lo que hizo fue triplicar las inversiones turísticas hasta $4,139 millones, en lugar de mejorar la colapsada infraestructura sanitaria del país, comprar medicamentos y alimentos, etc.

O sea, Raúl Castro priorizó las ganancias de la mafia transnacional GAESA y no la salud y la vida de los cubanos. Y lo hizo pese a que los economistas afirmaban que esas inversiones eran absurdas, pues había en la isla mucha capacidad hotelera ociosa, y porque el flujo de turistas a Cuba no iba a recuperar su nivel pre-pandemia en mucho tiempo.

Y así ha sido. Hace unos días el Ministerio de Turismo castrista informó que en enero y febrero de 2022 Cuba recibió 185,749 turistas internacionales, y sus burócratas se vanagloriaron de que hubo un aumento de un 82% con respecto a igual período de 2021 cuando se recibieron solo 35,553 visitantes.

República Dominicana recibió cinco veces más turistas que Cuba

Pura propaganda, ridícula, además. República Dominicana, principal competidor turístico de Cuba en el Caribe, solo en enero último (2022) recibió 530,952 vacacionistas internacionales. Y se estima (no hay cifras oficiales aún) que en febrero arribaron a esa nación más de 600,000 visitantes. O sea, que en los dos primeros meses de 2022 Dominicana recibió 1.1 millones de turistas, ¡seis veces más! que su vecina Cuba. 

Y no se trata de un caso excepcional. La Secretaría de Turismo de México dio a conocer que ese país registró en enero de 2022, la llegada de un 1.5 millones de turistas internacionales solo por vía aérea, sobre todo por el aeropuerto de Cancún, la hermosa playa rival de Varadero. Ello significó un aumento de un 123% en comparación con enero de 2021. Solo faltó un 13.9% para alcanzar el 1.7 millones de turistas recibidos en enero de 2019, antes de la pandemia.

Los hoteles están vacíos, solo un 5% de ocupación hotelera

Otro competidor, Costa Rica, en 2021 (el peor año del Covid-19) recibió 1.3 millones de turistas internacionales, según el Instituto Costarricense de Turismo. Es decir, recibió más del doble de vacacionistas que Cuba, cuya cifra fue de 573,944. Y Costa Rica tiene menos de la mitad del tamaño de Cuba, y mucho menos playas.

Volviendo a la isla asfixiada por el castrismo, los economistas calculan que en enero y febrero de 2022 la ocupación hotelera en Cuba fue de solo un 5%. Algo insólito. Es decir, los hoteles cubanos estuvieron prácticamente vacíos, con el 95% de su capacidad ociosa. Si eso no es un récord mundial, debe estar muy cerca. Aun así, GAESA sigue construyendo hoteles.

Canadienses ya eligen otros países del Caribe para vacacionar

Otro detalle clave. En estos dos primeros meses Canadá volvió a ocupar la primera posición en visitantes, pero, ojo, solo viajaron a Cuba 40,821 canadienses pese a ser esta la temporada alta (diciembre-mayo).  No hay duda, los canadienses están eligiendo otros destinos del Caribe para sus vacaciones.

Y de ello se benefician las restantes islas del soleado “Mediterráneo” de América Latina. Ya República Dominicana en turismo está muy por encima de Cuba, país que más que duplica el área territorial del vecino competidor y que cuenta con muchas más playas.

De todo esto emanan ciertas conclusiones:

1) la industria turística no se ha desplomado únicamente por la pandemia, sino por su condición estatal, la crisis económica terminal del castrismo, la represión fascista desatada por la tiranía, todo agravado por el apoyo castrista a Putin en su genocida guerra de conquista en Ucrania;

2) del pozo en que ha caído el turismo en Cuba no podrá salir mientras siga en el poder la actual pandilla; y

3) las millonarias inversiones en turismo del dictador Castro y sus cómplices no son tan absurdas como parecen, sino probablemente dinero del narcotráfico que están lavando los mafiosos de GAESA en la construcción de hoteles y otros bienes inmobiliarios.