La zafra 2021-2022 finalizó a fines de mayo con solo 473,000 toneladas de azúcar producidas, la cifra más baja de toda la historia republicana de Cuba, e inferior incluso a las 502,000 toneladas producidas en 1864, cuatro años antes de que Carlos Manuel de Céspedes se alzara en armas en la Demajagua contra el colonialismo español.

Es más, en plena Guerra de los Diez Años (1868-1878) la isla produjo entre 720,250 y 553,364 toneladas de azúcar anuales. Y un año después del Pacto del Zanjón, en 1879, produjo 608,364 toneladas, según refiere el historiador Julio Le Riverend en su acuciosa obra “Historia Económica de Cuba”.

Y en 1894, un año antes de desembarcar en Oriente José Martí y Máximo para comenzar la segunda y definitiva Guerra de Independencia, la zafra fue de 1.1 millones de toneladas, más del doble de lo logrado hoy. Este de 2022 ha sido el mayor desastre azucarero que ha tenido nunca Cuba, pues en un solo año la producción cayó de 816,000 toneladas en 2021, a prácticamente a la mitad. Se incumplió el plan azucarero en un 48%.

Solo cumplieron el plan 3 de los 35 centrales que molieron caña

Y pensar que Cuba fue la mayor potencia productora y exportadora mundial de azúcar durante 160 años, hasta que los hermanos Castro y el aventurero argentino Ernesto Guevara asaltaron el poder.

El funcionario designado para dar la cara a la prensa, Dionis Pérez, alto burócrata del monopolio AZCUBA, en declaraciones a Granma informó que únicamente tres de los 35 centrales que molieron caña en esta zafra cumplieron el plan:  el “Melanio Hernández”, de Sancti Spíritus; el “14 de Julio”, de Cienfuegos, y el “Boris Luis Santa Coloma”, de Mayabeque.

El plan nacional era de 911,000 toneladas de azúcar para destinar 500,000 toneladas ™ al consumo nacional y 411,000 tm a la exportación, de las cuales enviar 400,000 tm a China para cumplir un acuerdo permanente con Pekín.

Con un consumo nacional de aproximadamente 700,000 tm está claro que Cuba no podrá exportar azúcar y tendrá que importarla para cubrir el consumo doméstico y cumplir con China. Si a algún cubano en los años 50 le hubiesen dicho que Cuba tendría que importar de azúcar se habría reído de buena gana con la broma.

Además de la baja productividad de caña por hectárea, en Cuba varios centrales azucareros que han sido clausurados

Con el derrumbe del azúcar caerán las exportaciones de ron

Además, este desplome azucarero no se debe a que el gobierno ha reducido la producción de azúcar para dedicar las tierras cañeras a producir más alimentos para los cubanos. No, el azúcar sigue siendo uno de los tres principales bienes exportables del país, junto con el tabaco, el níquel y el ron.

Y hablando de ron, su producción y exportación va a caer también porque esa bebida alcohólica se obtiene del jugo de la caña, ya sea por fermentación o por destilación.

Agréguese a eso que según el monopolio Tabacuba en 2022 la cosecha de tabaco será inferior a 30,000 toneladas, la peor de los últimos 41 años (en el año 2000 se produjeron 53,396 toneladas de tabaco) y las siembras de tabaco cayeron en un 10% en la nación. Para colmo Cuba no puede aprovechar los altos precios del níquel porque es incapaz de aumentar la producción.

Para cumplir con China y la “libreta”, importar 627,000 toneladas

Para proteger su puesto, Dionis afirmó que “está garantizado el azúcar crudo de la canasta familiar normada (…) los cubanos pueden estar tranquilos, porque el producto no faltará en las bodegas.”

Pero olvidó decir a qué brujo o mago van a contratar para que haga eso posible, pues se produjeron 473,000 toneladas de azúcar, 227,000 toneladas menos de las que consume la nación.

Solo para cubrir las cuotas de la bodega se necesitan unas 250,000 toneladas, según datos oficiales. Súmese el consumo de hoteles, restaurantes, hospitales, escuelas, centros de trabajo, etc. Y luego las 400,000 toneladas para China.

La cuenta no cuadra y el Estado está en la quiebra financiera

En fin, la cuenta no cuadra. Imposible cumplir a la vez con China, con la “libreta”, y cubrir el resto del consumo nacional. El Estado está en la quiebra financiera y no tiene ni la décima parte de los $2,700 millones de dólares que costaría la importación de las 627,000 toneladas de azúcar para satisfacer toda la demanda interna, suponiendo un precio de $432 la tonelada como el registrado el 27 de mayo en el mercado de New York.

Para cumplir con Pekín y todo el consumo cubano se requieren 1.1 millones de toneladas. Por eso, o el régimen deja plantado a su socio chino e importa 227,000 toneladas para cubrir todo el consumo nacional; o no importa ese tonelaje, cumple en parte con China, garantiza la “libreta”, pero reduce drásticamente el resto del consumo del país (¿y el turismo?).

En ningún caso se llegará a las 700,000 tm del consumo nacional

Puede haber otras alternativas, pero en cualquier caso habría que importar mucha azúcar. Definitivamente el gobierno no tendrá las 650,000 o 700,000 toneladas del consumo doméstico sin afectar a Pekín. Ni cubrirá la “libreta” sin afectar al resto del consumo nacional.

Por supuesto, Dionis culpó del desastre al “bloqueo de EE.UU, que “impidió adquirir recursos para la reparación y mantenimiento de la maquinaria, el transporte y la industria”. De las causas reales no dijo nada.

Solo de pasada mencionó que en la mitad de las plantaciones cañeras del país la productividad agrícola fue de 30 toneladas por hectárea. Algo insólito. Según la FAO, Perú logra hasta 128 toneladas por hectárea de caña, Guatemala, 95 tm, y la vecina República Dominicana, 80 toneladas. Y muchas naciones africanas muy pobres también superan con mucho a Cuba: Senegal obtiene 117 toneladas de caña por hectárea; Malawi, 107; Zambia, 104; Chad, 102; Burkina Faso, 101; y Etiopía, 99.

A no dudarlo, todos estos son grandes “logros de la revolución