No hay nada ni nadie en este mundo que explote más a un trabajador que el comunismo, y específicamente el castrista, pues si bien el Estado “obrero y campesino” inventado por Marx y Lenin de oficio se queda con la mayor parte del salario de los trabajadores, el impuesto por los Castro y el argentino Guevara en Cuba va mucho más allá y se apropia del 80%, el 96% y hasta del 100% del sueldo. Y no en beneficio del presupuesto del Estado, sino de la casta de vividores que usurpan el poder político y militar.

Comencemos por los médicos en “misión internacionalista”. El 13 de septiembre pasado (2022), Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, denunció que los médicos cubanos que trabajaron en México durante la pandemia solo recibieron el 6% del salario que pagó el gobierno federal mexicano, y el restante 94% se lo quedó el régimen de la isla.

Es decir, la “revolución” comunista confisca entre $8.00 y $9.40 dólares de cada $10 dólares pagados a cada médico cubano en el extranjero. Es explotado como si fuera propiedad estatal. Eso ocurre hoy con los 23,792 médicos que la dictadura castrista expolia actualmente en 56 países, según las últimas cifras dadas a conocer hace unos días por la cancillería castrista. No hay nada en el planeta que se parezca siquiera a eso.

Son tratados como esclavos de bata blanca, propiedad del Estado

Pese al desenmascaramiento por algunos gobiernos liberales (ninguno de izquierda), y por la ONU, de la condición de esclavos modernos de los médicos cubanos enviados por el castrismo al extranjero, esa trata de “instrumentos parlantes” (como llamaba Marco Terencio Varrón a los esclavos en la Roma clásica) sigue vigente en pleno siglo XXI.

Luego de que el número de galenos cubanos allende los mares cayó desde los 50,000 que había en 2015, ahora con el regreso de la izquierda al poder en varios países de Latinoamérica, se advierte ya el aumento del número de médicos cubanos enviados a países con gobiernos de izquierda, o insensibles al sufrimiento del pueblo cubano.

Son exportados como mercancía estatal: tienen restringida la libertad de movimiento en el país receptor, viajan sin sus familias y les quitan sus pasaportes. Los obligan a hacer propaganda marxista y en favor de la “revolución cubana”. Quien más médicos cubanos está contratando ahora es el gobierno de México, presidido por el populista y procastrista Andrés Manuel López Obrador.

A cada médico $600 mensuales, y al régimen, $3,613

Durante el gobierno izquierdoso de Dilma Rousseff (2011-2016) el gobierno de Brasilia pagaba $4,433 dólares mensuales por cada médico cubano, según datos oficiales brasileños. A cada galeno cubano le daban $600 mensuales; otros $220 a la Organización Panamericana de la Salud, y los $3,613 restantes se los apropiaba la dictadura castrista. Por simple aritmética eso significa que la claque dictatorial castrista se apropiaba del 86% del salario de los doctores cubanos.

Lo mismo ocurre hoy, en mayor o menor cuantía, pero nunca por debajo del 80% del sueldo de cada esclavo de bata blanca destacado en decenas de países. De ese dinero robado a cada médico el régimen le deposita en Cuba $645 mensuales, pero básicamente para chantajearlo, pues lo pierde todo si decide no regresar a la isla, y durante ocho años no podrá viajar a Cuba a reunirse con su familia, que fue obligada a permanecer en la isla, precisamente para mantenerla como, rehén y poder chantajear al médico en cuestión.

Otra consecuencia nefasta de este sistema moderno de esclavitud es que la ausencia en Cuba de miles de esos médicos, incluyendo miles de especialistas, agrava la ya pésima atención médica en la isla. Se han cerrado más de 60 hospitales. Muchas intervenciones quirúrgicas no se realizan por falta de cirujanos. Y se ha cerrado la mayoría de los consultorios del médico de la familia.

De hecho, puede decirse que el sistema de salud pública de Cuba colapsó. Es asombroso el estado calamitoso de hospitales y clínicas. Ninguno de los 34 restantes regímenes comunistas en el siglo XX envió médicos al extranjero para expropiarle sus salarios en divisas. Este crimen es otro “logro de la revolución cubana”.

A empleados de firmas extranjeras les quitan 100% de los dólares

Algo parecido, o peor, sucede con los empleados que laboran en las empresas extranjeras en Cuba y en los hoteles y demás instalaciones del sector turístico castrista operado por compañías foráneas.

Precisamente hace unos días (3 de abril, 2023) el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, denunció a las compañías españolas que operan en Cuba en maridaje con el régimen comunista. Destacó que violan los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU, y muchos derechos laborables de carácter universal de los trabajadores, que en Cuba están indefensos “frente a quien es su real contraparte”.

Vale recordar que en 2017 el Parlamento Europeo aprobó un llamado a las empresas europeas que operan en Cuba, en especial a las que reciben créditos o cualquier ayuda financiera de origen público, para aplicar los mismos estándares laborales y éticos requeridos en sus países de origen”.

Pagan salarios en pesos y le dan al régimen los dólares

Además de que el régimen ha prohibido que los empleados cubanos en empresas extranjeras puedan cobrar, hagan lo que hagan, un mayor salario que quienes laboran en empresas estatales comunistas, es un abuso que esas compañías foráneas no paguen directamente a sus trabajadores, sino a través de una agencia comunista estatal que se queda hasta con todo el salario en dólares y les da a los cubanos contratados pesos cubanos que no valen nada.

En enero de 2021 al producirse la unificación monetaria y la supresión del CUC, había unos 40,000 trabajadores cubanos empleados por empresas extranjeras. Y absolutamente todos desde ese momento dejaron de recibir un plus mensual en dólares, un añadido que se había convertido en un imán para atraer empleados a las “firmas extranjeras”.

La dictadura envía espías del PCC a las firmas extranjeras

Ahora los empleados cubanos (no hay cifras disponibles sobra la cantidad actual) reciben solo “chavitos”, o sea, pesos cubanos, una moneda asombrosamente devaluada, con la cual no es posible cubrir ni la mitad de las necesidades más elementales de una familia, incluyendo la alimentación.

Es también inmoral que los empresarios españoles, mayoritarios en Cuba, y todos los demás acepten la coyunda del régimen castrista de que no pueden contratar directamente a sus trabajadores, y que sea el gobierno dictatorial el que se los envíe, casi todos miembros del Partido Comunista, y absolutamente todos ya filtrarlos políticamente por el MININT para poder utilizarlos como espías y chivatos de la dictadura en cada firma extranjera.

“O yo contrato a mis empleados, o me voy del país…”

Lo que deben hacer todos los aprovechados inversionistas y empresarios extranjeros afincados en Cuba es exigir: “O yo contrato a mis empleados, o  me voy del país, y no invierto aquí ni un centavo”.

Difícilmente el régimen ya en franca bancarrota podría negarse. La economía cubana está cada vez más cerca del colapso, sin divisas ni para importar alimentos y suplir el desastre agrícola e industrial.

Pero no, claro, los empresarios extranjeros en Cuba no quieren correr el más mínimo riesgo de tener que abandonar sus buenos negocios en la isla en maridaje con la mafia castrista, pues están explotando alegremente una de las más baratas mano de obra del mundo. La suerte del pueblo cubano les importa un pito, y punto.