En los últimos días en La Habana coincidieron tres noticias que revelaron claramente que la crisis económica cubana se desliza sin nada que la pare remedio hacia su colapso total, y que la burocracia gubernamental de vividores castristas habita en un universo paralelo que nada tiene que ver con la realidad cubana.

Las nuevas fueron:
1) en la zafra 2022-2023 molerán caña solo 23 centrales y se producirán 455,198 toneladas de azúcar;
2) Cuba ya no clasifica como destino turístico en las listas de promoción de Meliá y Tripadvisor;
3) el ministro de Economía, Alejandro Gil, aseguró a los representantes de empresas extranjeras en la isla que la economía cubana está en un “proceso gradual de recuperación”.

Molerán 23 centrales que producirán tanta azúcar como en 1845

Así lo dijo en el Hotel Nacional un encuentro formalmente organizado por el gobierno. Comencemos por el azúcar, el “sueldo” de Cuba desde fines del siglo XVIII cuando se convirtió en la azucarera mundial, hasta la llegada de los Castro.

Cuando el inevitable Gil soltó eso en la capital cubana también se informaba que en la zafra 2022-2023 se producirá menos azúcar que en los años 40 del siglo XIX. Para ser exactos, 4,802 toneladas menos que las que se producían como promedio entre 1845 y 1849, poco antes del desembarco en Cuba de Narciso López (1851) con la bella bandera que es hoy la enseña nacional cubana. Y son datos de los historiadores Lavalle, Naranjo y Santamaría, tal y como aparecen en el libro “América” (2002, página 163)

En 1859 había en Cuba 1,358 ingenios azucareros, 409 de ellos aún movidos por bueyes y los restantes con máquinas de vapor, que en la zafra 1859-1860 produjeron 450,000 toneladas de azúcar, según el Censo de Carlos Rebello. Y es altamente probable que en la campaña “revolucionaria” de 2022-2023 no se llegue a esa cifra de hace 163 años.

Pero, no obstante,  la economía cubana va muy bien, dice Gil. Por cierto, Julio Andrés García, director de Azcuba, hizo el ridículo al pronosticar cual oráculo cibernético moderno, una cifra exacta hasta las últimas ocho toneladas (455,198 toneladas) de la zafra completa. ¡Por favor!

En la zafra última 2021-2022 molieron caña 36 centrales y no solo no se cumplió el plan de 911,000 toneladas (TM), sino que no se cubrió siquiera el consumo nacional, que no baja de 600,000 TM. Y fue la más baja producción azucarera desde 1864, cuatro años antes de estallar la Guerra de los Diez Años, cuando se produjeron 502,000 TM. De paso recordemos que en 1894, un año antes de comenzar la Guerra de Independencia, Cuba produjo ya 1.1 millones de toneladas de azúcar

Ahora, gracias al empuje de la “revolución socialista” y su “continuidad”, se espera “con el mismo entusiasmo…”, como se decía como muletilla en la prehistórica emulación guevarista años ha, superar la producción de azúcar de hace ¡177 años!

Una zafra “más eficiente” con la industria a punto de desaparecer

Claro, el señor García por mandato de “arriba” tenía que matizar la pésima noticia y lo que se le ocurrió fue decir que la zafra será pequeña pero más eficiente”. O sea, que para él todos los cubanos son morones. ¿De qué eficiencia puede hablarse al constatarse con cifras espeluznantes que estamos prácticamente ante el colapso de la industria azucarera?

Con los centrales depreciados tecnológicamente al máximo y ya casi soltando los pedazos, con menos caña disponible que en el año anterior, sin fertilizantes ni herbicidas, ni camiones, ni maquinaria agrícola, ni combustible suficientes, con un rendimiento de campo que oscila entre 30 y 37 toneladas de caña por hectárea, el más bajo del mundo, cuando en Perú se logran hasta 128 TM, en Guatemala, 95 TM en Brasil (87), República Dominicana (80) , y en varios países pobres de Africa el promedio supera las 100 TM/ha.

La zafra de 2022-2023 podría ser similar a la de hace 215 años

Encima, el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia anunció que ya “no habrá más subsidios por pérdidas en el sector” y que si los planes no se cumplen los trabajadores ganarán menos, no importa las causas del incumplimiento.

A esos truenos y amenazas agréguese el factor más grave de todos: la desmotivación y el poco interés que tienen los trabajadores de esa agroindustria para esforzarse al máximo en los campos o en los centrales a cambio de salarios miserables, hambre, apagones y pobreza sin fin.

Lo que probablemente va a suceder es que la zafra 2022-2023 será incluso la más chica desde los inicios del siglo XIX en los tiempos de Napoleón Bonaparte.

Las noticias (pésimas) sobre el turismo en Cuba y el “proceso gradual de recuperación” serán analizadas en otro artículo.