Ya hundido en la quiebra financiera, el régimen de Raúl “el Cruel” ha anunciado que en 2024 gastará mucho más dinero del que el Estado va a ingresar, y aprobó un déficit fiscal equivalente al 18.5% del PIB, algo nunca visto en América Latina.

De entrada, eso significará un mayor endeudamiento público del país, que ya es astronómico y complica cada vez más la situación desastrosa que tendrá cualquier gobierno postcastrista. Por supuesto agravará la inflación y la carestía del dólar, que el 10 de febrero último rompió la barrera histórica de 300 pesos por cada uno.

Como era de esperar por su condición de proxeneta (“chulo”) internacional, el régimen para hacer frente a ese descomunal exceso de gastos por encima de los ingresos no piensa liberar la economía del estatismo estalinista y aumentar la oferta de alimentos, bienes y servicios, aino pedirles a los emigrados cubanos que, “por favor”, envíen más dólares a la isla.

Hibridación chantaje-descaro para sacar más dinero a emigrados

Pero demos un saltico atrás en el tiempo para evaluar mejor la desfachatez que emana de esta burda maniobra de la mafia de GAESA.

El Primero de mayo de 1980, hablando a toda la nación como Jefe Estado, Fidel Castro dijo: “Los que no tienen el coraje (…) no quieren adaptarse al esfuerzo, al heroísmo de la revolución, que se vayan, no los queremos, no los necesitamos”

Ese fue su “patriótico” mensaje a la nación, y en particular a los más de 10,000 cubanos que el 4 de abril habían entrado en la embajada de Perú, y a todos los que querían irse del país. Pulverizó el concepto martiano de que “cuando un pueblo emigra, sus gobernantes sobran”. Para el megalómano comandante era todo lo contrario, los que sobran y tienen que irse son quienes no estaban de acuerdo con él. Y así, además de abrir las cárceles facilitó que unos 125 emigraran hacia EE. UU por el puerto del Mariel, gracias a la flojera del presidente James Carter.

Simultáneamente en ese discurso mencionado el Jefe de Estado, por ley el máximo responsable de la paz y la concordia nacional, lo que hizo fue incitar a arreciar los “actos de repudio” típicamente fascistas contra quienes solicitaban emigrar,

Violencia fascista contra los “traidores” que hoy cortejan

Turbas enardecidas, convocadas por el PCC, lanzaban piedras, huevos podridos, rompían ventanas y puertas de las viviendas de quienes solicitaban emigrar. Las manchaban con asfalto y excremento de animales, destruían sus jardines, mientras gritaban obscenidades contra las familias encerradas en sus casas, con niños llorando llenos de pánico.

Pues bien, precisamente a aquellos “traidores” humillados, sus descendientes, o en general los 2.5 millones de cubanos que han emigrado desde 1959, es que implora ahora la dictadura para que donen más dólares a Cuba.

Es irritante que en esta operación la dictadura cuenta con el apoyo de su aliada estadounidense Western Union, que luego de la interrupción temporal del envío de remesas a Cuba por problemas técnicos informó a “14yMedio” el 9 de febrero: “estamos trabajando para reanudar las operaciones lo antes posible”

No liberar la economía, sino sacarle más “cash” a la diáspora

De manera que el castrismo quiere vivir más que nunca a costa de la plata de los “gusanos” que se van. Ya prorrogó el no cobro de aranceles en las aduanas cubanas por los enormes bultos que llevan a la isla los viajeros con los productos que están evitando que haya más hambre, o muertes por falta de medicamentos, o haya lo necesario para asearse, etc.

El rollizo primer ministro Manuel Marrero exhorta a “incentivar la recuperación de las remesas” para crear timbiriches y negocitos privados, incrementar las recargas de teléfonos móviles, las tarjetas de crédito (no estadounidenses), y potenciar el comercio electrónico y recibir pagos desde el exterior directamente en los bancos de GAESA.

No obstante, esta maniobra no va a tener el resultado que esperan GAESA y el resto de la oligarquía castrista. Pasaron ya los tiempos en que la diáspora enviaba a Cuba hasta $7,000 millones de dólares anuales entre remesas, paquetes, dinero llevado en el bolsillo por los cubanos que viajaban a la isla, y las “mulas”.

En Cuba las remesas caen, pero en Latinoamérica rompen récords

Hoy el “cash” de los emigrados hacia la isla disminuye en vez de aumentar. De unos $3,500 millones recibidos en 2018, la cifra en 2023 cayó a $1,972 millones. Y ello ocurre mientras el resto de América Latina registra nuevos récords.

Según Bloomberg, en 2023 la región recibió $156,000 millones de dólares en remesas, un nuevo récord. Impusieron nuevas marcas México, con $64,300 de dólares, Guatemala ($19,110 millones), Colombia ($10,202 millones), Republica Dominicana ($10,125 millones), El Salvador ($8,198 millones) y otros países.

Incluso Nicaragua, con un millón menos de emigrados que Cuba, en 2023 captó $4,660 millones de dólares en remesas, más del doble que Cuba, que recibió la misma cantidad que en 2010.

Hoy en vez de enviar dinero se prioriza que huyan del comunismo

A mi modo de ver hay cuatro factores que explican ese descenso en las remesas a Cuba: 1) en los últimos cuatro o cinco años han emigrado más de 650,000 cubanos que en su gran mayoría eran receptores de remesas y de visitantes cubanos, y “mulas”; 2) otros miles de cubanos siguen emigrando, solo en diciembre a EE.UU llegaron ilegalmente 25,060 cubanos, más de 17,000 de ellos por México; 3) los emigrados ahora en vez de enviar dinero a Cuba prefieren invertirlo en sacar a sus familiares del infierno castrista; y 4) muchos han reducido sus envíos de dinero por la inflación que los golpea, y por otros factores.

En fin, en Cuba hay cada vez menos familiares a quienes enviar remesas y paquetes, y menos también para recibir emigrados con abundantes dólares en sus billeteras.

Conclusión, si no se restablece la economía de mercado la ya muy crítica situación en Cuba va a empeorar tanto que puede conducir a una crisis humanitaria como no la hay desde los tiempos de la “Reconcentración” impuesta en La Habana por el gobernador español, y criminal de guerra Valeriano Weyler, en 1896.