Para no pocos cubanos China y Rusia son buenos amigos de Cuba y de los cubanos porque alivian la escasez y hace menos penosa su vida cotidiana, porque son los zdos países que más apoyan a la economía cubana, colaboran e invierten capital en la isla y envían materias primas y artículos de consumo a precios asequibles, etc.
Falso. No son amigos de Cuba, ni de los cubanos. Se trata de una errónea percepción de la realidad originada por la dramática cotidianidad en la isla. Por el contrario, ambas autocracias precisamente son hoy los peores enemigos del pueblo cubano, y de Cuba como nación.
Claro, decir que China y Rusia son grandes enemigos de Cuba parece un disparate. No lo es. La crisis que azota a la nación cubana es de carácter sistémico y estructural. El apoyo de Pekín y Moscú no puede solucionar esa crisis terminal que abate a la sociedad cubana, ya existencial. Lo que hacen ambas autocracias es fortalecer al verdugo que hace sufrir al pueblo. China y Rusia apoyan al victimario, no a la víctima.
La “revolución” no es Cuba, ni representa a los cubanos
La dictadura comunista instalada por los hermanos Castro y el argentino Ernesto Guevara, no es Cuba, tal y como quiso sembrar Fidel Castro en la conciencia nacional durante décadas. La revolución tampoco es Cuba, como el Partido Demócrata no es Estados Unidos, ni el partido MORENA de López Obrador es México.
Cuba es de todos los cubanos, lo mismo si son comunistas que si son anticomunistas y opositores anticastristas. Como lo expuso José Martí en su célebre discurso en Tampa, en noviembre de 1891: “Con todos y para el bien de todos”.
La táctica totalitaria de identificar a la nación con un mesiánico, infalible e endiosado líder y un movimiento fundado por él, es cosa fascista. Recordemos a Mussolini y Hitler. El culto a la personalidad de Stalin en la Unión Soviética, o de Tito en Yugoslavia, fue impuesto, no emanó de la exacerbación de un nacionalismo chovinista y fanático a ultranza, como el endiosamiento del ”Fuhrer” germano y el “ Duce” italiano.
China y Rusia apoyan al castrismo, que no es Cuba, y mucho menos su pueblo. Los cubanos debieran elegir libremente en las urnas a sus gobernantes entre líderes de fuerzas políticas representativas de toda la sociedad, con proyectos de consenso nacional.
Eso está prohibido en la isla por la propia Constitución. Es “pluriporquería burguesa”, según llamaba Castro I al pluripartidismo de la democracia moderna occidental. Ya antes había preguntado públicamente: “¿Elecciones para qué?”
Ayuda de Pekín y Moscú solo prolongan el sufrimiento en Cuba
La ayuda económica y las inversiones chinas y rusas en Cuba no van a solucionar la crisis socioeconómica cubana generalizada, ya claramente terminal. Constituyen un alivio puntual e insuficiente para evitar el agravamiento de la crisis en algunas áreas productivas específicas. Pero es suficiente para retrasar el colapso final de la dictadura. Alarga la vida del castrismo y prolonga el sufrimiento de los cubanos.
En 2011 Pekín le perdonó a los Castro la deuda completa de $6,000 millones de dólares. Y Rusia en 2014 le perdonó el 90% de los $35,000 de la deuda total. Putin, consciente de que nunca la iba cobrar la redujo a 3,500 millones de dólares a ver si al menos cobraba algo. Pero no ha cobrado ni un centavo.
Ahora, con el apoyo político, diplomático y propagandístico del gobierno castrista al genocidio de Putin en Ucrania, Moscú no habla de ese remanente de la deuda no pagado. Y siente que debe darle algo en agradecimiento a la dictadura cubana. Es así que se han revitalizado los lazos “fraternales” de antaño y la asistencia de Rusia, con acuerdos de inversión en la isla. Incluso Moscú se ha comprometido a ayudar al MININT a reprimir cualquier protesta pública en la isla.
China encabeza el apoyo al régimen, agrava dolor de los cubanos
No obstante, el plato fuerte en apoyo al régimen lo está sirviendo China. Por ejemplo, el 10 de marzo último (2023) se anunció en La Habana que la industria cubana del calzado se beneficiará con una inyección de capital procedente de China. Y la empresa de calzado Combell, de Santiago de Cuba, será una de las primeras en beneficiarse del dinero chino.
El gigante asiático está invirtiendo en la industria de la Isla. Además, con los $100 millones de dólares regalado a Díaz-Canel en su reciente visita de pedigüeño a Pekín, se garantizó la entrega de 1.274.000 uniformes escolares uniformes escolares para el presente curso. Claro, no se pudieron producir los otros 2.1 millones de uniformes que se necesitaban.
China envía a Cuba locomotoras, autobuses (11,000 ómnibus Yutong), productos textiles, calzado, productos agrícolas, teléfonos móviles. Y está invirtiendo para que Yutong exporte desde Cuba sus vehículos a toda América. También invierte en la agricultura, industria ligera (calzado y confecciones) las telecomunicaciones, turismo, industria farmacéutica y biotecnología. Y en otras ramas.
Alivio económico a Cuba es darle aspirina a enfermo grave
Pero todo alivio económico a la crisis cubana equivale a darle una aspirina a un enfermo de extrema gravedad, en vez de suministrarle los medicamentos necesarios para curarlo.
Y esto ocurre mientras Estados Unidos en vez de presionar y cercar políticamente a la dictadura comunista, que es hoy más débil y vulnerable que nunca, mantiene una postura de complacencia que a veces raya en la complicidad, de hecho, con La Habana. Tampoco ayuda al hambreado pueblo cubano la Unión Europea, lidereada por España con respecto a Latinoamérica y Cuba, con un gobierno integrado por los socialistas del PSOE y los comunistas de Podemos.
Pero esto último debe ser abordado en otro artículo.