Pocos días antes de la habitual puesta en escena de la “celebración del Primero de Mayo”, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) informó a los habaneros que este año no habrá desfile en la Plaza de la Revolución.

El horno no está para galleticas”. Con hambre masiva, escasez de todo, apagones medievales, y falta de combustible, la cúpula dictatorial no quiere echar más leña al descontento popular. Sería el colmo que encima de exportar parte de la gasolina que recibe del extranjero el régimen utilizara guaguas con la gasolina que no entrega ya ni para trasladar las cosechas del campo a las ciudades.

Claro, el Partido Comunista de todas formas hará su perfomance anual para la exportación. Ha ordenado a la CTC realizar desfiles en los municipios colindantes con el Malecón, y concentraciones locales en los restantes.

Pero hablando claro ¿qué pueden celebrar los trabajadores cubanos este Primero de Mayo de 2023? ¿Desfilar para qué? ¿Podrán reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo, más beneficios sociales y económicos como sus colegas del mundo entero?

¿Cuándo fue la última vez que se hizo eso en la isla, o hubo huelgas para exigir reivindicaciones sociales y laborales?  ¿No eran los comunistas los que siempre más gritaban contra la patronal y contra los gobiernos “burgueses” en demanda de mejoras de todo tipo?

¿Hay realmente sindicatos en Cuba? ¿Tienen los trabajadores una central sindical que los represente y combata los abusos de los patrones? ¿Estaban obligados los sindicatos antes de 1959 a convertirse en brigadas de esbirros y matones para reprimir en las calles a quienes se manifestaban contra la dictadura batistiana?

Estas interrogantes se las hacen muchos cuando la cúpula dictatorial nuevamente se apresta a utilizar la fecha para mostrar al mundo el “apoyo del pueblo a la revolución”.Sobre todo, con fotos tomadas desde ángulos que no abarquen grandes espacios y se vean más de cerca trabajadores agitando banderitas, luego de haber sido presionados o amenazados con el despido u otras desgracias laborales si se negaban a desfilar.

En Cuba los sindicatos son la negación de lo que es un sindicato

Las enciclopedias definen a un sindicato como “una asociación integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses laborales, ante el empleador”. Falso en Cuba: los sindicatos oficiales son paraestatales y propatronales.

Son la negación misma de lo que es un sindicato.  Tienen dos misiones, y ambas antiobreras: 1) que sean la “correa de transmisión” (fatal frasecita de Lenin) para imponer a los trabajadores las órdenes del Partido Comunista; y 2) organizarlos como propagandistas de la dictadura y el comunismo, y últimamente como brigadas de esbirros para apalear a quienes se expresan contra el régimen en las calles

La CTC tiene 18 sindicatos y más de 77,000 secciones sindicales con tres millones de afiliados. Tan pronto como el 22 de enero de 1959 Fidel Castro destituyó a los líderes sindicales “mujalistas” de la CTC y sus sindicatos, hasta la base misma, en todo el país.

¿No están la CTC castrista y su dirigencia vendidas a la patronal?

Las palabras mujalista y mujalismo se debían a Eusebio Mujal, un ex militante comunista y luego radical anticomunista, que desde 1947 era secretario general de CTC. La central sindical había sido fundada en 1939 con el nombre de Confederación de Trabajadores de Cuba (en 1961 fue cambió su nombre a Central de Trabadores de Cuba). En 1939 su secretario general fundador fue el comunista Lázaro Peña.

Mujal, amigo de Batista, se mantuvo como secretario general de la CTC hasta el 1 de enero de 1959. De él dice el sitio oficial castrista Ecured: “Líder sindical cubano, corrupto y vendido a los intereses de las patronales (…) sirvió fielmente a Fulgencio Batista hasta la huida de este”.

¿Y no están la CTC castrista y sus dirigentes ahora más vendidos que nunca antes a la patronal y al servicio de una dictadura abismalmente peor que la batistiana?

Salario de obreros cubanos 1958, el octavo más alto del mundo

Además, una cosa es que Mujal y muchos dirigentes sindicales estaban al servicio de Batista, y otra que todos los sindicatos estuvieran vendidos a la patronal. Nada de eso, En los años 50 tuvo lugar la mayor expansión económica y sindical de Cuba en toda su historia. Los sindicatos y sus afiliados obtuvieron de sus patronos beneficios y constantes aumentos de salarios, y jugosos.

Prueba de ello es que en 1958 los trabajadores industriales cubanos ganaban 6 dólares diarios por jornada de 8 horas. Y ese era el octavo salario más alto del mundo, detrás de EE.UU ($16.80), Canadá ($11.73), Suecia ($8.10), Suiza ($8.00), Nueva Zelanda ($6.72), Dinamarca ($6.46), y Noruega ($6.10). Y un obrero agrícola ganaba 3 dólares diarios. Así está registrado en las testarudas estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU.

Y ojo, un dólar de 1958 equivalía a 10.47 dólares de 2023, según los expertos del sitio web “dineroeneltiempo.com”. O sea, el salario promedio de un obrero cubano industrial era de $130 dólares mensuales (resultado de multiplicar $30 semanales por 52 y luego dividir entre los 12 meses). El del obrero agrícola era de $65 mensuales. Y vale recordar que el peso cubano estaba a la par con el dólar, a 1×1, convertible al instante.

El abuelo ganaba $1,361 dólares mensuales de hoy, el nieto $17.5

En 1958 el abuelo obrero “explotado” por los capitalistas y el “mujalismo” ganaba $1,361 dólares mensuales de hoy, en 2023. Y 65 años después su nieto cubano obrero tiene un salario mínimo de $17.5 dólares mensuales (2,100 pesos divididos entre 120 pesos por cada dólar). Y su sindicato le prohíbe que exija aumento de salario, pese a que ya no le cubre ni la mitad del costo de la canasta básica familiar.

Pero lo peor aquí que los sindicatos exigen por escrito a los trabajadores que sean esbirros callejeros cuando el gobierno lo ordene. En eso consiste el “papel movilizador” que mencionan los dirigentes sindicales, en movilizar a los trabajadores como represores en la vía pública.

Ninguna dictadura convirtió a sindicatos en brigadas de esbirros

Desde 2010 el PCC impuso a la CTC el “Plan contra alteraciones del orden y disturbios contrarrevolucionarios” (PAODC). Por eso en julio de 2021 la dictadura entregó palos, y hasta fusiles a trabajadores sindicalizados, para que golpearan en las calles a manifestantes pacíficos. Y los volvió a lanzar a las calles para apalear a quienes se manifestaran el 15 de noviembre de 2021.

Nunca antes se vio eso en Cuba, Ni Batista, ni Machado, ni tampoco Pinochet y demás dictadores latinoamericanos lo hicieron. Y los esbirros fascistas “Camisas Pardas” de Hitler y las “Camisas Negras” de Mussolini vestían uniformes, y eran voluntarias e incluían a delincuentes y oportunistas en busca de beneficios personales. Pero no eran obreros sindicalizados obligados por el régimen fascista.

Stalin tampoco lo hizo. Mao Tse Tung no obligó a los sindicatos a ser “guardias rojos”asesinos y torturadores durante la “revolución cultural”. Eran jóvenes maoístas fanáticos, enajenados ideológicamente, fuesen voluntarios o no, y todos con uniformes militares.

CTC castrista, vergüenza nacional, un “logro de la revolución

En fin, la CTC castrista es muchísimo peor que la mujalista y que todas las anteriores en la historia de Cuba, y probablemente peor que cualquiera otra central sindical en la historia mundial.

Conclusión: No importa lo que diga la propaganda castrista y la maqueta “obrera” que monte el PCC este Primero de Mayo de 2023, los trabajadores cubanos nuevamente volverán a lamentarse de que la CTC y sus sindicatos castristas son una vergüenza nacional. Y que es hora de ponerle fin.