No ha habido en la historia mundial –que se sepa– ningún otro país cuyo gobierno haya explotado en el extranjero a cientos de miles de médicos nacionales como si fueran esclavos propiedad del Estado para quitarles entre el 75% y el 85% de sus salarios allende los mares.

El único país que lo hace, y en pleno siglo XXI, lo gobierna una mafia castrense que se autodenomina “revolución cubana”, campeona de la justicia social, la ética, la defensa de los derechos humanos, de los países pobres y de los oprimidos del mundo.

Pero estamos ante un nada ético delito de “trata de personas” o “tráfico humano” que solo lo puede cometer un régimen comunista propietario absoluto de villas y haciendas de la nación. Solo que de los 35 países en que ha gobernado un Partido Comunista, solo el de Cuba lo ha cometido y comete.

En complicidad con el silencio de muchos gobiernos y la ONU

Y lo hace por la complicidad de más de 80 países, que contratan los médicos cubanos y felicitan a los neoesclavistas por enviárselos. Y porque no reciben sanciones de la ONU y el castrismo cuenta con el silencio de medio mundo, con la excepción de EE. UU, que tiene a Cuba en su “Lista Negra” de tráfico de personas.

La génesis de este “negocio negrero”, (así le llamaban en los siglos XVIII y XIX), tuvo lugar tan pronto Fidel Castro asaltó el poder y lanzó al mundo el más exitoso de sus mitos propagandísticos: que los cuantiosos gastos en el sistema de Salud Pública eran un “logro de la revolución”, y proclamó a Cuba “potencia médica”, mientras mentía asombrosamente sobre los “pésimos” servicios médicos antes de 1959.

La improductiva economía “revolucionaria” era incapaz de sufragar aquellos gastos y era el soviético tío Volodia quien lo financiaba todo con subsidios entre $2,000 y $3,000 millones de dólares anuales. Por eso al desaparecer la Unión Soviética voló en pedazos la vitrina “potencia médica” y hoy el sistema de salud pública de Cuba es un dramático desastre, agravado además porque casi un tercio de los médicos de la isla presta servicio en otros países.

Castro planeó graduar médicos para explotarlos en el extranjero

El verdadero propósito de Castro era el de legitimar su dictadura personal con la formidable fachada de “potencia médica”, e ir graduando miles de médicos para luego explotarlos en el extranjero y vivir a costa de ellos.

Luego de un primer ensayo con el envío de 29 médicos cubanos a Argelia en 1963, el negocio ya sistematizado comenzó a mediados de los años 70, luego de que el cirujano ortopédico cubano Rodrigo Álvarez Cambra operó exitosamente de la columna vertebral a Sadam Hussein. Se fue expandiendo sobre todo después del fallecimiento del “paganini” tío Volodia, y se disparó con los populistas Hugo Chávez en Venezuela y Lula da Silva y Dilma Roseau en Brasil, que contrataron a miles de galenos cubanos.

Por eso desde hace más de 20 años la expoliación de esclavos de bata blanca es la mayor fuente de divisas de Cuba. Hasta hace unos cuatro o cinco años estuvo aportando al castrismo entre $8,000 y a $9,000 millones de dólares anuales.

En 2022 reportó $4,883 millones de dólares, más del doble que las exportaciones de bienes ($2,170 millones), y las remesas ($2000 millones), y cinco veces los ingresos por el turismo ($920 millones).

Unos 416,000 “cooperantes” han sido explotados en 164 países

En total, los Castro posiblemente les han robado a los médicos comercializados unos 100,000 millones de dólares. Según el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) castrista unos 416,000 profesionales de la salud han trabajado en 164 países de los cinco continentes. En 2021, de los 92,000 médicos que tenía Cuba, 30,407 estaban en “misión internacionalista” en 66 países.

De esos 66 países las agencias noticiosas estatales Agencia Cubana de Noticias (ACN) y Prensa Latina (PL), y también la plataforma Dominio Cuba, hoy identifican a 47: Angola, Arabia Saudita, Argelia, Bahamas, Bahréin, Burkina Faso, Cabo Verde, Qatar, Chad, Congo, China, Dominica, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guatemala, Guinea Conakry, Guinea Ecuatorial, Guyana, Honduras, Jamaica, Kenia, Kiribati, Kuwait, Mauritania, México, Mongolia, Mozambique, Nauru, Nicaragua, Níger, Portugal, República Dominicana, Rusia, Suazilandia, Sudáfrica, Tanzania, Timor Leste, Trinidad y Tobago, Turquía, Uruguay, Vanuatu, Venezuela, Vietnam y Zimbabue.

En su gran mayoría se trata de dictaduras y regímenes autoritarios. Venezuela es el líder con unos 17,000 médicos y técnicos de la salud, en 670 brigadas.

Son contratados para enviarlos a zonas peligrosas en extremo

Ah, un detalle clave, los médicos cubanos son contratados básicamente para ubicarlos en zonas peligrosas a las que los médicos nacionales no quieren ir, pues hay mucha violencia, guerrilleros terroristas y narcotraficantes. Un informe de Cuban Prisoners Defenders (CPD), con sede en España, denunció que los médicos cubanos están sujetos a un toque de queda militar y “son enviados a lugares extremadamente peligrosos”. Hace cuatro años dos médicos cubanos en Kenia fueron secuestrados y nada se ha sabido de ellos.

La doctora cubana Dayli Coro, entrevistada por “BBC News Mundo”, narró que en Venezuela fue enviada a “una zona de guerra”, y se acostumbró a que le apuntaran con un arma. “Traían un paciente con 12 o 15 balas en el cuerpo, te apuntaban con sus armas y te decían que tenías que salvarlo, y si él moría, tú también (…) ese tipo de cosas sucedían a diario, era rutinario Dayli fue expulsada del sistema de salud cubano por alzar su voz crítica.

Otro estudio de CPD con 1,111 testimonios reveló que un 75% del total de médicos que son enviados en estas “misiones”  lo hace en contra de su voluntad, o porque se sintió “obligado a hacerlo”. Y un 70% afirmó que ni siquiera firmó un contrato, y si llegaban a firmar desconocían el contenido del documento. El 41% dijo que le quitaron su pasaporte al llegar al país designado.

Son vigilados y presionados para que delaten a sus compañeros

Otro informe del CPD en 2019, con entrevistas a 110 doctores cubanos con experiencia al respecto, arrojó que el 91% de ellos dijo que había sido “vigilado por agentes de seguridad cubanos en su misión” y que fueron presionados para que “transmitieran información sobre sus colegas” a los agentes encubiertos del MININT, o sea los presionaron para que fueran chivatones de la dictadura.

En Brasil, mediante el “Mais Médicos”, el gobierno brasileño pagaba por cada médico cubano $4,276 dólares mensuales, pero solamente les entregaban $550 de los cuales $50 dólares eran enviados a Cuba como ayuda para su familia en la isla. Los otros $3,726 volaban directamente a las arcas de GAESA en La Habana. Era un robo colosal del 87% de su sueldo a cada médico.

En México a cada galeno la dictadura le roba $6,693 mensuales

Y en México la cosa es peor. Hace unos días la congresista mexicana Mariana Gómez del Campo aseguró en un artículo que “lo que López Obrador no les ha dicho a los mexicanos, es que estos supuestos médicos, no son personas libres contratadas bajo condiciones laborales justas y de manera voluntaria”.

La también presidenta de la Organización Democrática Cristiana de América (OCDA) añadió que el salario es de $7,058 dólares por cada médico cubano, “monto del cual únicamente reciben $365 dólares”. O sea, la dictadura le roba $6,693 dólares a cada uno de los 500 galenos cubanos. Eso suma $3.3 millones de dólares mensuales, y casi $40 millones anuales para la satrapía gobernante cubana Y aquí el principal culpable es el populista y mentiroso presidente López Obrador.

Por otra parte, según Prisoners Defenders hay actualmente más 5,000 médicos cubanos en decenas de países que no pueden ver a sus hijos, esposas o padres en Cuba porque no regresaron a la isla de inmediato tras terminar su contrato.

Sin embargo, cuando en 2017 por fin visitó Cuba la Relatora Especial de la ONU sobre el Tráfico de Personas, María Gianmarinaro, aceptó sin chistar las explicaciones que le dieron sus anfitriones, todos discípulos de Goebbels, de que “Cuba combate mejor que nadie la trata de personas”. ¡Le zumba el mango!