Han pasado ya casi 17 años desde que Raúl Castro en un “atrevido” discurso prometió al menos un vaso de leche para todos los cubanos y no solo para los niños menores de 7 años.

Hoy no solo sigue sin aparecer el vasito de leche para cada cubano, sino que ni siquiera la hay ya para las dietas médicas de personas enfermas. Y en buena medida tampoco para los niños menores de 7 años.

Actualmente en Cuba se produce menos leche que el 26 de julio de 2007, cuando Castro II se burló de todos con su “vasito de leche”. Y sí fue una burla porque antes de que su hermano y él asaltaran el poder a cada cubano le correspondía dos vasos grandes de leche fresca.

En 1958 las 940,000 vacas en ordeño que había en la isla produjeron casi 1,000 millones (960 millones) de litros de leche, equivalentes a 2.6 millones de litros diarios, casi medio litro —dos vasos grandes— de leche para cada uno de los 6.5 millones de habitantes que había en la nación.

Por entonces había en Cuba 6.7 millones de cabezas de ganado vacuno, más de una vaca por habitante, el triple del promedio mundial, que era de 0.32 bovino por habitante, según la FAO.

En tanto, a 66 años de haber sido Cuba “liberada del imperialismo”, se produce tan poca leche que ya el régimen ni informa qué cantidad se logra ordeñar, ni en un día, ni en un año. El último informe de carácter nacional lo dio bien enmascarado la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en octubre de 2023. Se limitó a decir que “en 2022, la producción nacional de leche fresca fue un 37% menor que la producida en 1993”, el peor año del “periodo especial”. Y punto.

Pero atando cabos sueltos, y por indiscreciones de burócratas, se estima que hoy la producción total de leche oscila entre 370 y 390 millones de litros anuales. Una vergüenza. Esa cifra es aproximadamente la tercera parte de lo producido cuando Cuba no había sido “liberada”.

Sobraba leche, se producía queso y mucha leche condensada

En 1958, no solo se cubría por completo el consumo nacional de leche fresca, sino que se producía queso en grandes cantidades, y adicionalmente 1.5 millones de cajas de leche condensada (48 latas en cada caja).

Tan tempranamente como en 1941 ya Cuba producía 1.2 millones de cajas de leche condensada, y como el consumo nacional era de unas 400,000 cajas, el país devino gran exportador de leche condensada.

En los años 50 había cuatro grandes fábricas de leche condensada, (dos en Sancti Spíritus, una en Bayamo, y otra en Camagüey), incluyendo marcas tan populares como “Guarina” y “Nela”. Esta última fábrica era considerada una de las mejores plantas del mundo en tratamiento de leche.

Pero “llegó el comandante y mandó a parar”. Y de qué manera. Hoy Cuba tiene 3.6 millones de vacunos, y flaquísimos por falta de comida, según con el Anuario Estadístico de 2022. Y solo hay unas 380,000 vacas en ordeño. Tan famélicas que dan lástima al verlas en las fotos.

Menos vacas que en 1918, dan el 20% de leche promedio mundial

Por estar tan flacas y subalimentadas, y sin suficiente agua para tomar, las pobres vacas cubanas se pasean entre las que menos leche producen en todo el planeta. Registran un asombrosamente bajo rendimiento de apenas 3.5 litros de leche por vaca.

Eso es ¡cinco veces menos! que el promedio mundial de hoy, que oscila entre 16 y 21 litros de leche diarios por vaca, según la FAO. En Argentina, digamos, el promedio es de 20 litros diarios de leche por vaca, pero muchas llegan a los 70 litros diarios. Cientos de millones de vacas en el mundo rinden entre 30 y 60 litros diarios.

En total, en la Cuba “revolucionaria” hay ahora menos cabezas de ganado vacuno que en 1918. Sí, hace 106 años había 3.9 millones de cabezas en los campos cubanos, todos de propiedad privada.

Sancti Spíritus, región ganadera, no cubre ni las dietas médicas

Volviendo a nuestros días, vale destacar que la provincia de Sancti Spíritus es la segunda mayor productora de leche del país, y hace meses ya no es capaz de alcanzar ni los 20,000 litros diarios que se necesitan para las personas enfermas con dieta médica, que solo en los municipios de Sancti Spíritus y Trinidad hay 44,542 de esas dietas médicas.

Desde fines de 2023 en la provincia espirituana incluso se suspendió la entrega (venta) de leche para dietas médicas. Según informó Alberto Cañizares, director de la Empresa Láctea Río Zaza, porque “no hay garantía para las dietas y la leche se repartirá cuando la haya”.

Marina, una espirituana de 61 años que recibe leche por dieta médica, dijo a “14ymedio”:“Yo debo recibir leche 10 días al mes, pero en lo que va de enero (2023) solo me ha tocado dos veces”. Y Marina ha tenido suerte, pues miles de personas con dieta médica no la han recibido ni una sola vez.

La crisis en la producción de leche es tal que el periódico oficial provincial, “Escambray”, publica reportajes al respecto, aunque tarados por la censura comunista, y agravados por el daño antropológico (cerebral) causado por la propaganda castrista.

Según ese órgano del Partido Comunista la culpa de que no se produzca leche suficiente en una región típicamente ganadera desde el siglo XVIII, la tienen “los directivos de las empresas Láctea y de Comercio”, sobre todo de Sancti Spíritus, que es donde suele manifestarse mayor descontrol”.

La solución es liberar al fin el campo cubano, sobrará la leche

Y se da la ironía, más bien la idiotez, de que “Escambray” reconoce que los campesinos no quieren vender a las empresas estatales el excedente en las producciones de leche porque Acopio les paga muy poco, solo 20 pesos por litro, cuando vendiendo por la “izquierda” lo pueden vender hasta en 150 pesos el litro. Sin embargo, la solución que da es “dar un mejor tratamiento a los campesinos, para que entreguen la leche al Estado y no la vendan en el mercado informal.”

O sea, luego de tres cuartos de siglo de comprobarse a diario descarnadamente el desastre que ocasionado al país el monopolio estatal comunista en la comercialización agropecuaria, la solución es más comunismo con ciertos retoques monetarios. ¡Le zumba el mango!

Se advierten dos cosas claramente: 1) nadie con daño profundo o fatal adormecimiento en sus neuronas es capaz de advertir que la solución no es “tratar mejor a los campesinos”, sino liberarlos por completo del acogotamiento estatal comunista que los asfixia; y 2) quienes saben cuál es la verdadera solución no lo pueden decir, y mucho menos publicarlo.

Si Sancti Spíritus siendo una ancestral región ganadera ya no produce leche ni para cubrir las dietas médicas no es difícil imaginarse la situación en el resto de la isla, y todo agravado porque la dictadura tampoco tiene ya divisas para importar suficiente leche en polvo.

En fin, no hay duda posible, estamos ante otro “logro de la revolución”.