La actual arremetida en Cuba contra los periodistas independientes revela claramente el nerviosismo de Raúl Castro y su claque ante el agravamiento del “Período Especial II” derivado de la crisis en Venezuela y la inviabilidad del comunismo.
Cuando Fidel Castro llegó a tiros al poder, luego de haber irrumpido también a tiros en el escenario político como gángster en los años 40 y principio de los 50, y luego como “revolucionario” en el cuartel Moncada, lo primero que hizo fue apoderarse de los medios. Los estatizó, en el país que ocupaba el primer lugar en América Latina en periódicos, revistas y aparatos de TV per cápita, según la ONU. Y todos privados.
Castro I hizo un uso político de la TV —ya propiedad suya— nunca antes visto: la utilizó para hipnotizar y lavarle el cerebro a las “masas” y afianzarse en el poder. Por TV destituyó al presidente Manuel Urrutia, creó los CDR, suprimió los 57,280 negocios privados que todavía había en Cuba en 1968.
Prohibido el periodismo independiente: monopolio de los medios
Por casi cuatro décadas el castrismo tuvo el monopolio de los medios, y no bajo el principio martiano de que “la palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla”, sino con la divisa de “solo es verdad lo que me es útil” del filósofo estadounidense William James.
Pero ese monopolio fue roto a fines de los 80 y principio de los 90. Con pioneros como Ricardo Bofill, Raúl Rivero, Tania Quintero, Tania Díaz Castro, Reinaldo Escobar, Adolfo Rivero Caro, Reinaldo Bragado, Iván García, Rolando Cartaya, Luis Cino, y muchos otros talentosos y valerosos periodistas independientes, renació la prensa privada y libre. Antes de que llegaran a Cuba los teléfonos móviles, internet, las computadoras, twitter y Facebook
Hoy más de 200 periodistas independientes publican en blogs, webs y periódicos de todo el mundo, que gracias a ellos conoce las entrañas de la dictadura. Por eso el régimen los hostiga, apalea, encarcela, amenaza hasta de muerte, les monta actos de repudio de estilo nazi. Les prohíbe viajar al extranjero, les confisca sus medios de trabajo, los califica de “mercenarios al servicio de una potencia extranjera”.
Sin embargo, sus notas periodísticas no cesan de recorrer los 5 continentes. No vivimos en los tiempos de Stalin, Mao, el Che y el propio Fidel. Las nuevas tecnologías se escabullen del ojo veedor del “Gran Hermano” comunista. Con un teléfono móvil hoy se deja constancia de cómo esbirros en La Habana arrastran por el suelo a una Dama de Blanco. Y se enteran hasta en el Polo Norte.
La espada de Damocles de los periodistas independientes: “propaganda enemiga”
Han proliferado los blogs y medios digitales independientes. Uno de ellos, “Generación Y”, creado en 2007 por Yoani Sánchez, en 2009 fue elegido por la revista Time y la cadena CNN entre los 25 mejores blogs del mundo. Hoy, Yoani y su esposo, el también periodista independiente Reinaldo Escobar, editan “14yMedio” el primer diario (online) independiente hecho en Cuba desde 1960.
Pero decir la verdad en Cuba es “Propaganda enemiga”, un delito. Muchos periodistas han cumplido largas penas de prisión, desde Bofill y Tania Díaz Castro en el siglo pasado, y Raúl Rivero, Jorge Olivera, Alejandro González Raga, Roberto de Jesús Guerra, Manuel Guerra, Lisbey Lora y muchos otros en la presente centuria.
¿Cuál fue el delito del periodista independiente Quiñones Haces? Hacer su trabajo y cubrir el juicio contra un matrimonio religioso que se negaba a enviar sus hijos a la escuela atea estatal y los educaba en el propio hogar.
Al ser arrestado fue golpeado fuertemente, pero en el juicio no aceptaron las evidencias de la golpiza. Y luego fue rechazada la apelación que él mismo hizo como abogado.
Ahora su nombre forma parte del Gulag castrista. Es necesario denunciar en los foros de derechos humanos este atropello y exigir su inmediata liberación. Quiñones Haces es un prisionero de conciencia, condenado por su honestidad, patriotismo, y su condición de martiano al 100%.