La pobreza en Cuba se duplicó en el primer semestre de 2020, y ya el 64% de la población, 7.2 millones de personas, desde junio último viven con menos de 1.11 dólares diarios, cifra muy por debajo de los 1.90 dólares que el Banco Mundial (BM) considera el límite de la pobreza extrema. Eso coloca a Cuba entre los países más pobres del mundo, pues el porcentaje de personas extremadamente pobres a nivel global es de un 31%.

Una encuesta entre 1,249 personas dentro de Cuba realizada entre julio y agosto de 2020 por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, mostró que al finalizar junio de 2020 el 21% de las familias cubanas vivía con menos de 67 centavos de dólar diarios, el doble del 11% registrado en enero de 2020. O sea, en 180 días se duplicó el porcentaje de quienes viven prácticamente en la miseria, algo asombroso para un país no afectado por una guerra o por catástrofes naturales.

Según encuesta la pobreza en Cuba duplica a la haitiana

El 64% de cubanos extremadamente pobres que reveló la encuesta duplica el de Haití, que según el BM oscila entre un 24% y un 31%. En Nicaragua es del 33%, Honduras (20%), y Bolivia (17%)

O sea, gracias a la “revolución” al parecer dos tercios de la población cubana es tan pobre, o más, que millones de latinoamericanos y también que millones de africanos al sur del Sahara. Ello es muy triste para un país que antes de que los hermanos Castro asaltaran el poder duplicaba el ingreso per cápita de España.

Si bien la pandemia del Covid-19 al derrumbar el turismo ha afectado la economía cubana, lo cierto es que la crisis actual la causaron la debacle en Venezuela, el carácter parasitario de la economía, incapaz de autosustentarse, y el sistema estatista-estalinista.

Grafico del informe “El estado de los derechos sociales en Cuba” publicado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, 2020

Periódico oficial admite efecto negativo por tope de precios

Y hablando de estalinismo, coincidiendo con la noticia del avance espectacular de la pobreza en Cuba se produjo el inusual reconocimiento del periódico Tribuna de La Habana, medio oficial del PCC en La Habana,  de que el tope de precios recién impuesto en la capital  deja “fuera del juego a parte considerable de la población y sobre todo a quien vive del salario y los de menores ingresos, entre ellos los pensionados, cuando no se ha producido la reforma salarial”. Y agregó: “La solución, una mayor producción, no está a la mano”.

O sea, que habrá cada vez menos alimentos. Claro para no “traicionar” al PCC el periódico destacó que los precios topes son límites máximos y no el precio en sí mismo. Una excusa tonta. Tan pronto se pusieron en vigor los nuevos precios máximos se dispararon hasta ese tope autorizado.

La prensa independiente reporta que la libra de tomate se montó en 50 pesos y en 60 pesos la de ají, 30 pesos la de cebollas, en el agro de Calzada y 8 en el Vedado, La Habana. En otros mercados el precio de la libra de boniato subió a 3.00 pesos; la de yuca, 4.00; malanga, 8.00. La carne de carnero está a 55 pesos la libra, y la de puerco entre 35 y 50 pesos. Pero el salario promedio sigue siendo de 879 pesos (35 dólares), el mínimo es 400 pesos (16 dólares) y la pensión de los jubilados no pasa de 14 dólares mensuales.

Sin urgentes cambios profundos la economía colapsará

Si la cúpula dictatorial encabezada por Raúl Castro no da pasos urgentes para la liberación de las constreñidas fuerzas productivas, sobre todo las del campo, y no reinstaura la propiedad privada en general en el país, la economía cubana sencillamente va a colapsar por completo.

Dada su perenne  improductividad, sin subsidios y petróleo regalado, sin turismo y el volumen de remesas disminuido por la pandemia,  el país ya no puede alcanzar las divisas que necesita para importar ni el mínimo indispensable ,en un país que depende de las importaciones porque produce muy poco.

Que restauren la libertad económica, o se vayan

Las importaciones cubanas, que en 2015 ascendieron a 8,385 millones de dólares, en 2019 cayeron a unos 6,900 millones, y  en 2020 es probable que no superen los $4,000 millones.

¿Qué hacen el dictador y su equipo de incapaces y misántropos para revertir semejante desastre? Nada, y cuando hacen es para empeorarlo todo.

Por eso se impone exigirles enérgicamente, y presionar al máximo en las redes sociales, en las colas, y en todas las formas posibles, la apertura de la economía al sector privado. Es esa la única solución. Basta ya de jueguitos tipo  “Reordenamiento”,  para bobos, ni ninguna otra maniobra inmovilista.

De no hacerse lo que hay que hacer habrá hambruna o quizás hasta una crisis humanitaria. Solo restaurando la libertad económica cercenada en 1960 es que se puede evitar esa desgracia. O lo hacen, ya, o que se vayan de una vez.