Imaginémonos que en Chile, o en Costa Rica, hoy la población tuviese que evitar la hambruna y la desnutrición con latas de conservas de carne y vegetales donadas caritativamente desde el extranjero porque la agricultura chilena, o la tica, son incapaces de producirlos. O que en los años 50 en Cuba el régimen de Batista tenía que entregar jabas con alimentos para que la gente no pasase hambre.
Y son buenos estos ejemplos, porque Chile y Costa Rica en 1958 tenían un nivel de producción agropecuaria per cápita inferior al de Cuba, según las estadísticas de la FAO. Y hoy los pueblos de esas dos naciones son dos de los mejores alimentados y con más alto nivel de vida en América Latina.
Ni en la colonia los cubanos necesitaron limosnas en alimentos
En Cuba, ni cuando en la Guerra de Independencia cayó en los campos de Cuba la producción agrícola y pecuaria, ni durante la crisis alimentaria de los años 30 conocida como el “machadato”, los cubanos pasaron por la humillación de tener que alimentarse con limosnas de donaciones internacionales de alimentos porque la fértil isla tropical es incapaz de producirlos.
Y no por haber sufrido un cataclismo natural devastador, sino porque los bien alimentados vividores que usurpan el poder desde mediados del siglo XX se empecina en mantener vigente el sistema económico más improductivo conocido nunca en la historia humana, el comunista. Tan desastroso que fue echado a la basura por sus propios inventores soviéticos, e incluso por países aún gobernados por partidos comunistas, como China y Vietnam.
De ahí la vergüenza nacional de que próximamente la dictadura va a entregar a 3.8 millones de familias alimentos donados como limosnas, por pura lástima, por “países amigos” (léase aliados de la tiranía castrista) para paliar el hambre y la desnutrición que hace estragos en la isla, en medio de la expansión del Covid-19, también por culpa de Raúl Castro y su mafia.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, anunció que ahora en agosto, de manera gratuita, se entregará gradualmente por la libreta un “módulo” compuesto básicamente de arroz, granos, pastas alimenticias y azúcar. Increíble, pero cierto, ni azúcar suficiente produce Cuba, la otrora azucarera del planeta desde fines del siglo XVIII.
Claro, Betsy tenías sus instrucciones y las cumplió. Culpó a EEUU de la crisis alimentaria en la isla. Dijo textualmente a la prensa: “Esos alimentos que entran hoy por donaciones cuesta trabajo normalmente acceder a ellos debido al bloqueo“.
Por el miedo que tienen, esta vez no lucrarán con las donaciones
Y agregó: “Estamos muy motivados de que por esta vía podamos ir dándole un nivel de satisfacción a la población, cuando el imperialismo está tratando de crearle irritación y disgustos a nuestro pueblo y tiene una alta responsabilidad en lo que nos está pasando…”
No solo eso, la alta burócrata aseguró, sin sonrojarse, que es una infamia que las redes sociales y los “enemigos” digan que en Cuba las donaciones extranjeras de alimentos se venden en las tiendas en divisas en vez de entregarlas gratuitamente.
Fue más allá y afirmó “El gobierno cubano se respeta, toda donación recibida de otros países (…) se distribuye de manera gratuita, con transparencia y el donante lo puede comprobar”. Fue ese el colmo del descaro. La dictadura castrista nunca ha entregado gratuitamente las donaciones internacionales de alimentos.
Pero precisamente por cumplir tan al dedillo las instrucciones que tenía, la ministra castrista hizo un ridículo colosal y mundial dada la globalización instantánea de las noticias hoy en día. Los cubanos y ya también la comunidad internacional saben que esta repentina entrega gratuita de alimentos donados por la caridad pública foránea nada tiene de espontánea y compasiva por parte del genocida Raúl Castro. Se debe al miedo que tienen todos en la cúpula dictatorial luego de la monumental rebelión popular nacional del 11 de julio.
De no haberse lanzado la gente multitudinariamente a las calles gritando “Libertad”, “Abajo la dictadura”, “Abajo el comunismo” tales donaciones de alimentos habrían ido a parar, como siempre, a las shopping para venderlas a precios exorbitantes y engrosar así las cuentas bancarias personales de los militares raulistas en el extranjero.
No puede alimentarse un pueblo con agricultura estatal
Y está más claro todavía que el bochorno nacional cubano de depender de limosnas extranjeras de alimentos es responsabilidad exclusiva y criminal de la dictadura. La agricultura comunista es probadamente inviable, no funciona.
No puede producir alimentos suficientes ningún país en el que el Estado, y no los agricultores privados, se encarga de la agricultura. En Cuba, el Estado posee casi el 80% de las tierras, muchas ociosas y cubiertas de marabú. Y los campesinos son obligados a entregar el 80% de sus cosechas al Estado, que en buena medida se pudren en los campos porque el diabólico sistema estatal de Acopio no tiene ni camiones ni gasolina para ir a recogerlas.
La mafia se alimenta a todo dar y el pueblo que reviente
En fin, no es posible relatar en detalle todo el absurdo sistema de producción comunista, ni en los campos ni en las ciudades.
Pero el criminal de guerra Raúl Castro y sus compinches militares y civiles que lo mantienen en el poder, comen a todo dar, muy sano, muy bien balanceado en proteínas, valor energético, vitaminas, minerales, etc.
Por eso, y no por ninguna otra razón, es que los cubanos reciben limosnas alimentarias internacionales para no pasar hambre.