Cuba recibirá en mayo próximo (2023) una nueva limosna de 5,000 toneladas de arroz vietnamita blanco y quebrado en un 15% (ese es el estándar en esa nación) para aliviar la grave escasez de dicho cereal en un país en el que el arroz es el alimento básico en la dieta nacional. Si en la mesa cubana no hay arroz la familia pasa hambre. Es así de simple, y dramático. 

Pues bien, hoy las amas de casa cubanas llevan cada vez menos arroz a la mesa. Resulta que en 2022 se produjeron unas 200,000 toneladas para un consumo de cerca de 700,000 toneladas, y no hay dinero para importarlo. Se sembraron 68,000 hectáreas de arroz, en vez de las 140,000 hectáreas “planificadas”, con un rendimiento de 3.3 toneladas de arroz por hectárea, con mucho el más bajo de América.

Eso explica la dádiva arrocera de Hanoi. Hace cinco años (2018), Nguyen Phu Trong, líder del Partido Comunista y número uno en Vietnam, en su visita a Cuba le dijo sin disimulo a Raúl Castro: “para construir con éxito el socialismo es necesario desarrollar la economía de mercado de manera adecuada y correcta”.

Solo con propiedad privada Vietnam pasó a ser potencia arrocera

Phu Trong, asombrado por la idiotez y cobardía del dictador cubano, no se pudo contener. En Vietnam antes de la guerra con EE.UU todas las tierras habían sido colectivizadas. Estaba prohibida la propiedad privada en el campo. La guerra duró 20 años. Murieron tres millones de vietnamitas, muchos de ellos de hambre. Y al terminar el conflicto en 1975 el hambre siguió matando gente. La agricultura comunista era incapaz de alimentar al país.

En diciembre de 1986 (al compás de la perestroika de Gorbachov), en Hanoi los líderes de la vieja guardia estalinista fueron obligados a renunciar y se lanzó el “Doi Moi” (reforma económica capitalista). Se restableció la propiedad privada, se permitió que los vietnamitas creasen capital y lo invirtiesen libremente, en la agricultura, la industria y el comercio. Desaparecieron las empresas estatales agrícolas, se entregaron las tierras a quienes las querían trabajar, sin regulaciones. Los campesinos empezaron a producir lo que querían, fijar sus propios precios y a vender libremente sus cosechas. Y a importar y exportar, obtener créditos de fuentes estatales o privadas, nacionales o extranjeras. 

¿Resultado? Se acabó el hambre y Vietnam devino potencia mundial exportadora de arroz y de café, al punto de que superó a Colombia y es hoy el segundo exportador mundial cafetero luego de Brasil. Hoy de las 500,000 empresas que hay en Vietnam el 96,7% son privadas y generan casi el 70% del PIB.

El grandioso “plan arrocero” de Castro I hundió la producción

Además de que el castrismo hambrea conscientemente a los cubanos, se burla de ellos con promesas constantes de que la producción arrocera será enorme y se exportarán los excedentes.

Hace 55 años, este articulista fue testigo presencial del inicio de uno de los mayores desastres en los campos cubanos. En una zona llamada Puente Guillén, en la hoy provincia de Granma, a un grupo de periodistas y estudiantes de Periodismo se nos dijo que el Comandante en Jefe habla ordenado desbrozar miles de caballerías para sembrar pastos, caña, y sobre todo arroz. Días después el caudillo anunció en la TV que sobraría el arroz, que Cuba sería gran exportadora.

Cientos de militares, a bordo de buldóceres y equipos con bolas de hierro macizo de demolición gigantes que parecían salidas de una película de Hollywood, comenzaron la mayor deforestación jamás conocida en la isla caribeña. Recuerdo que las palmas reales y los árboles maderables más robustos eran dinamitados por zapadores militares, y volaban antes de caer derrotados, al grito de los sargentos: “¡Fuego a la carga!”.

Se gastaron 4,000 millones de dólares hoy, y hay menos arroz

Para crear lo que se llamó “Brigada Invasora Che Guevara”, el tirano gastó nada menos que unos $4,000 millones de dólares de hoy ($500 millones de dólares de 1967). En dos años desaparecieron 215,000 hectáreas de frutales, frondosos bosques, montes y también tierras ya en cultivo. Y dos generaciones de cubanos apenas han visto en su vida un níspero, una guanábana, un caimito, una chirimoya o un anón.

En 1958 Cuba producía el 60% del consumo, hoy no llega al 25%

¿Resultado? Luego de la invasión guevarista motorizada Cuba no produjo más arroz, sino menos. Pasó de cuarto productor latinoamericano que era en 1958, a la cola de los países arroceros del continente. En 1958 Cuba produjo 260,000 toneladas de arroz que cubrieron el 60% del consumo. y se reafirmó como el tercer productor arrocero en Latinoamérica. Se estimaba que para 1965 la isla se autoabastecería de arroz. Pero llegó el comandante, y ya sabemos el resto

Hoy Cuba produce apenas la cuarta parte del arroz necesario y con el doble de habitantes. La isla produce menos arroz que a mediados del siglo XX, y pide limosnas internacionales de arroz. No hay dinero tiene para suplir con importaciones el fabuloso déficit de arroz para el consumo doméstico. Y que ya se anunció que para 2023 se espera una producción aún más baja, Claro, ningún burócrata se ha atrevido a hacer un pronóstico.

Esta es la “continuidad de la revolución”. Esto es otro capítulo en el abultado expediente de crímenes de lesa humanidad de Raúl “El Cruel” y su mafia acompañante.