Escandaloso. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet no mencionó a la dictadura castrista de Cuba entre los gobiernos que violan los derechos humanos en su informe global presentado hace unos días
El pueblo de Cuba sufre precisamente ahora la más masiva y cruel represión desde los tiempos coloniales, luego del estallido social del 11 de julio, necesita más que nunca el apoyo internacional, y la Bachelet por razones ideológicas lo silencia. Ni una palabra sobre la criminalidad castrista, lo que en la práctica equivale a complicidad con la tiranía.
Y ese silencio se debe a que son líderes políticos izquierdistas socialistas y comunistas quienes ocupan la mayoría de los puestos claves del sistema de Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, es socialista y fue Primer Ministro de Portugal (1995-2002). Y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (de hecho, el cargo más importante en la ONU luego del Secretario General) es la militante socialista Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, una admiradora confesa de Fidel Castro, el Che Guevara y de la dictadura comunista de La Habana.
Socialistas influyen mucho en las decisiones de la ONU
Ni Guterres ni la Bachelet consideran que en Cuba hay una dictadura y no la han criticado nunca, no importa lo que haga. Y son también izquierdistas, o “amigos de Cuba” (procastristas) muchos de los principales funcionarios de la FAO, la UNESCO, la OMS, CEPAL, la OIT, la OPS.
Ocurre lo mismo en la Unión Europea, cuyo jefe de Relaciones Exteriores, el catalán Josep Borrell, es un socialista procastrista. Y antes lo fue la comunista italiana Federica Mogherini, quien declaró que “en Cuba hay una democracia de partido único”.
En el caso de la ONU todo esto revela que los máximos cargos no deben ser ocupados por personas ubicadas muy a la izquierda, o muy a la derecha del espectro político, sino en el centro, sin estar afincado en ninguno de los dos extremos del péndulo geopolítico planetario. Porque si la Bachelet no considera que en Cuba hay una dictadura que viola los derechos humanos es por su izquierdismo militante. No hay otra excusa que valga.
En la ONU no debiera haber funcionarios fanáticos de izquierda
Por no existir centrismo o neutralidad racional en la estructura burocrática y política de la ONU como se exige a jueces y tribunales, digamos, se ha producido el hecho inaudito de que la dictadura de Raúl Castro es actualmente uno de los 47 gobiernos integrantes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y también los regímenes de Rusia, China, Venezuela, Camerún y varios otros.
O sea, los zorros cuidando el gallinero. Tropas élites de corte fascista, y esbirros policiales y vestidos de civil siembran el terror en Cuba. Miles de personas, incluyendo líderes opositores han sido arrestadas, casi todas a golpes. Ha habido dos muertos, muchos heridos seriamente y torturados. Son llevados a juicios con cargos inventados por los fiscales del régimen, y condenados a prisión. Otros están desaparecidos pues huyeron de sus casas para no ser apaleados y apresados.
No importa la represión, para la Bachelet la ideología está primero
Los artistas del Movimiento San Isidro, los autores de ‘Patria y Vida’, han sido detenidos, entre ellos Otero Alcántara, ahora incluso ahora enfermo con el Covid-19. Están presos y aislados líderes opositores como José Daniel Ferrer, Frank Navarro, y muchos otros. También hay presos menores de edad. Y todo por haber marchado pacíficamente por las calles a expresarse libremente. Por otra parte, el régimen explota como esclavos modernos a cerca de 30,000 médicos y técnicos de la salud en decenas de países. Y ha causado miles de muertes por el Covid-19 por negarse a recibir ayuda internacional.
Sin embargo, el informe global sobre derechos humanos ni menciona a Cuba. Y encima la socialista chilena afirma que la crisis económica que exacerba los ánimos en Cuba se debe al embargo de EEUU. Para la Alta Comisionada la “revolución cubana” es una maravilla.
En fin, el informe habla de Venezuela (sin mencionar la intervención de Cuba), Afganistán, Bielorrusia, Camboya, República Democrática del Congo, Georgia, Myanmar, Nicaragua, el Territorio Palestino Ocupado, Filipinas, Sudán del Sur y Ucrania entre otros.
Fuerza izquierdista en la ONU le da impunidad a Bachelet
¿Por qué Bachelet se niega a condenar las violaciones de los derechos humanos en Cuba que el mundo entero ha podido ver en videos? Porque se siente impune. Sabe que el sistema de Naciones Unidas, sobre todo en el tema de los derechos humanos, está muy influenciado por personas de su mismo club ideológico, y por regímenes autoritarios de Asia, América Latina, África, y los gobiernos socialistas de Europa.
Esa posición político-ideológica de la más alta autoridad del mundo en materia de derechos humanos es inmoral, una vergüenza. Es incompatible con su importantísimo cargo. Eso debe ser denunciado y exigirle que diga la verdad sobre Cuba, o renuncie. Es indudable que no está en condiciones de ejercer cabalmente su responsabilidad humanística mundial. Y vale destacar que ella ocupa ese cargo porque la escogió personalmente su colega de militancia política socialista, el secretario general Guterres.
Conclusión: así las cosas, poco puede esperarse de Naciones Unidas.