¿Es posible concebir, incluso en la literatura del absurdo o de la de ciencia ficción, que el 28% de las empresas en un país dejen pérdidas en vez de ganancias y sigan funcionando como si nada? ¿Pudieron imaginárselo Julio Verne, Franz Kafka, o Ray Bradbury?
En el mundo normal eso es un absurdo, algo imposible. Pero en la Cuba socialista castrista ocurre, y cada vez es peor. Hay en la isla 1,909 empresas (todas estatales) según el último registro nacional realizado en 2018, de las cuales 541 operan con pérdidas millonarias. No generan nuevo valor alguno, sino que gastan lo que otros producen. Así lo evidenció un informe de Alejandro Gil, ministro de Economía, ante la Asamblea Nacional castrista.
Si faltasen evidencias para mostrar el carácter inviable del estatismo comunista bastaría este anuncio del ministro citado, de que en Cuba casi una de cada tres empresas en vez de crear riquezas lo que hace es dar pérdidas que tienen que ser sufragadas por el Estado, que a su vez obtiene el dinero para ello de lo que le roba en sus salarios a los trabajadores.
Esos manganzones estatales irrentables desperdician trabajo humano, materia prima, servicios, divisas, moneda nacional, y agravan la pobreza crónica, el hambre y el atraso social. Y fueron uno de los detonantes que hicieron estallar el sistema económico comunista. Fue echado a la basura en 33 de los 35 países en los que fue impuesto por la fuerza (nunca en las urnas mediante el sufragio universal). Y no es casual que Corea del Norte, y Cuba, los únicos dos países que hoy lo mantienen vigente, se ubican entre los más atrasados de Asia y América Latina, asolados por la pobreza, el hambre y el subdesarrollo.
Y eso es lo que ofrece a los cubanos la mafia militar castrista a quienes exhorta a defender el socialismo y obliga a salir con palos y fusiles a la calle el 15 de noviembre para apalear a sus compatriotas pacíficos que aboguen porque termine al fin la dictadura comunista y haya cientos de miles de empresas privadas como en todo país normal, que satisfagan la demanda insatisfecha de los cubanos desde mediados del siglo XX.
Menos exportaciones cuando más se necesitan
Esas empresas parásitas explican por qué estando el país en la quiebra financiera, cuando más necesita exportar bienes para obtener divisas e importar casi todo, produce cada vez menos.
El ministro Gil también informó que se incumplieron los planes de exportación de tabaco y ron, y que del níquel solo se cumplió en los ingresos por el aumento del precio mundial, pues se produjo menos níquel de lo planeado.
Por cierto, sin socialismo con la exportación de níquel Cuba podría recibir hasta 16,200 millones de dólares anuales. Indonesia desde 1960 multiplicó por 28 su producción de níquel y hoy produce 11 veces más que Cuba, que desde 1958 solo ha multiplicado por 2.8 su producción pese a ser el cuarto país del mundo en reservas comprobadas de níquel.
Cuba este año produjo menos azúcar que en 1894
¿Y del azúcar qué? Obviamente el ministro no dijo ni una palabra sobre las exportaciones de azúcar. Con la caldera social en ebullición no es prudente admitir que en 2020-2021 se produjeron solo 825,000 toneladas de azúcar, 275,000 toneladas menos que hace 127 años, en 1894, antes de la Guerra de Independencia, cuando se lograron 1.1 millones de toneladas.
Y el plan era de 1.2 millones de toneladas de azúcar, así que solo se cumplió en un 68%. La otrora azucarera mundial, durante 160 años, ahora importa azúcar para cumplir el compromiso con China y cubrir el consumo nacional.
En fin, luego de 62 años de dictadura Cuba no solo sigue siendo un país exportador de cuatro productos básicos sin apenas valor agregado (azúcar, tabaco, ron, y níquel), sino que exporta cada vez menos.
Qué contraste con el precastrismo. En 1958 Cuba fue el quinto mayor exportador de América Latina, con $732 millones, sólo cuatro millones de dólares menos que las exportaciones totales de México, que ocupó el cuarto lugar luego de Brasil, Argentina, y Venezuela, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional.
Menos producción agropecuaria, más escasez y hambre
También en el dizque Parlamento de zombies castristas (se aprueba por unanimidad todo lo ordenado por la mafia gobernante) se informó que se incumplieron los planes de producción de arroz, maíz, frijoles, carne de cerdo y de res, huevos y leche. O sea, no hay divisas para importar alimentos y el país produce cada vez menos.
Un detalle curioso y anticomunista. Todo esto sucede en Cuba 250 años después de que la Revolución Industrial inglesa, y la mágica consigna francesa de “laissez faire” (“dejar hacer” sin la intervención del Estado), vía libre empresa, libre mercado y propiedad privada, edificó el mundo moderno que hoy conocemos y que ha puesto a caminar por la Luna a los terrícolas, y envía artefactos a Marte.
Conclusión: si faltaran motivos, solo este “logro de la revolución” justifica que multitudes de cubanos salgan a las calles a gritar “Libertad”, “Abajo la dictadura”, “Abajo el comunismo”.