SUMARIO
- En el mes de febrero ocurrieron 207 protestas que han seguido manifestándose en medio de la nueva política del Gran Terror (represión brutal e indiscriminada + promoción de éxodos masivos + destierro forzoso de activistas destacados). Dicha estrategia ha desnudado la indefensión legal ciudadana, deslegitimando así las expectativas sembradas por la nueva Constitución (2019).
- De las 207 protestas de febrero, las realizadas por motivos políticos y civiles sumaron 130 (63%). En su mayoría 73 estaban directamente relacionadas con los abusos, arbitrariedades judiciales y condenas a manifestantes pacíficos del 11 de julio, así como con las torturas y maltratos en las cárceles.
- Las protestas por motivos económicos y sociales fueron 77 (37%). Estas se concentraron en las consecuencias inflacionarias de la “tarea ordenamiento”, el desabastecimiento de productos básicos como leche, los abusos de derechos laborales, el rechazo a las tiendas de ventas en MLC (Moneda Libremente Convertible) y la inseguridad ciudadana.
- El número de protestas descendió un 25 % en comparación con el mes pasado en que ocurrieron 275 protestas. La disminución de protestas en febrero es atribuible a la profundización de la nueva estrategia represiva del Gran Terror (represión masiva y brutal + promoción de éxodos migratorios + destierro forzoso de activistas) y el periodo de tiempo que ella impone para reajustar exitosamente las tácticas y estrategias de la sociedad civil.
- Continúan en marcha nuevas tácticas de la sociedad civil. Las protestas se ejecutan en un estilo de guerrilla (individual o en grupos de dos o tres personas) no violenta. Eso incluye pintadas, distribución de volantes con fichas de represores distribuidas en parques y otros lugares públicos, denuncias de la represión en las redes sociales, huelga de brazos caídos de taxistas, distribución de materiales informativos por aplicaciones digitales y cartas de solidaridad suscritas con nombre y apellidos con Ucrania, separándose de la política del gobierno de Cuba.
MANIFESTACIONES PÚBLICAS DE PROTESTA | TOTAL | Por motivos económicos y sociales | Por motivos políticos y civiles |
2022 | |||
Febrero | 207 | 77 | 130 |
Enero | 275 | 100 | 175 |
2021 | |||
Diciembre | 246 | 76 | 170 |
Noviembre | 353 | 87 | 266 |
Octubre | 345 | 69 | 276 |
Septiembre | 312 | 141 | 171 |
Agosto | 297 | 175 | 122 |
Julio | 584 | 149 | 435 |
Junio | 249 | 133 | 116 |
Mayo | 231 | 86 | 145 |
Abril | 203 | 47 | 156 |
Marzo | 184 | 38 | 146 |
Febrero | 159 | 48 | 111 |
Enero | 137 | 58 | 79 |
2020 | |||
Diciembre | 122 | 26 | 96 |
Noviembre | 110 | 19 | 91 |
Octubre | 88 | 33 | 55 |
Septiembre | 42 | 16 | 26 |
El Gran Terror no resuelve las causas de conflictividad ni pone fin a la insumisión
Las protestas en Cuba: 207 protestas en febrero
Del total de protestas un total de 130 fueron por violaciones de derechos políticos y civiles (el 63 %) y 77 se originaron por violaciones de derechos económicos, sociales y culturales (representando el 37 %). Continúan, por lo tanto, prevaleciendo las protestas políticas por encima de las de carácter económico pese a la cada vez más grave situación de la vida cotidiana de la ciudadanía.
La insumisión no se reduce a un solo grupo o estamento social
Los barrios más pobres, con población eminentemente afrocubana, se han destacado entre los grupos sociales más contestatarios. Sin embargo, las protestas más recientes ofrecen una muestra más representativa de la población en general. Las de febrero, por ejemplo, contaron con una mayoría de jóvenes (menos de 30 años) y como segundo grupo a personas de menos de 55 años. El perfil de los protestantes es de distintos niveles educacionales, provienen de diferentes razas y forman parte de grupos sociales de ingresos medianos, bajos y pobres de la sociedad cubana. Con muy escasas excepciones, se trata de ciudadanos que hasta ahora no tenían ninguna relación con los grupos tradicionales de oposición política.
Un sector creciente de personalidades de la cultura nacional que históricamente se identificaban con la “Revolución”, como el laureado cineasta Fernando Pérez, hoy desaprueba la ruptura del gobierno con la realidad del ciudadano común y la represión empleada contra la población para acallar sus protestas. De los casi 700,000 miembros del Partido Comunista de Cuba, el único partido legal en el país, 42.6% tienen más de 55 años, mientras que los jóvenes comunistas buscan excusas para no ingresar al partido. Esto es un indicador de la crisis de legitimidad política que hoy vive Cuba. Cada vez más el ciudadano identifica a GAESA y la oligarquía militar cleptocrática como el verdadero poder detrás del PCC.
El Gran Terror (represión brutal e indiscriminada + promoción de éxodos masivos + destierro forzoso de activistas destacados)
La nueva estrategia gubernamental para poner fin a las protestas ha sido desatar el Gran Terror (represión brutal e indiscriminada + promoción de éxodos masivos + destierro forzoso de activistas destacados). Dicha estrategia de represión integral concertada (policía, Seguridad del Estado -G2-, fiscalía, jueces, funcionarios de inmigración, de relaciones exteriores, medios oficiales, grupos paramilitares y de vigilancia) ha desnudado la indefensión legal ciudadana, deslegitimando así las expectativas de una mejor protección de los derechos humanos que habían sido sembradas por la nueva Constitución. Cuba sigue siendo un gigantesco estado policiaco en una isla-cárcel.
En Cuba desde 1959 hay más prisiones que universidades. En 1958 había 14 cárceles, hoy hay 293 centros penitenciarios. El Estado por cada universidad en la que ha invertido mantiene casi cinco prisiones. En su afán de camuflar el hostigamiento hacia el disenso, el gobierno cubano juzga a la mayoría de sus opositores bajo delitos comunes, así luego pueden declarar que no hay presos políticos. Pero esa falsedad ya no pueden ocultarla luego del 11 de julio.
En febrero se extendieron sentencias a decenas de acusados por los sucesos del 11J, incluidos menores de edad, con condenas de hasta 20 años de prisión bajo falsos delitos de desorden público, desacato, atentado, sedición, instigación a delinquir, propagación de epidemias, resistencia y sabotaje. Continuaron las torturas en las prisiones. Se mantuvo la impunidad de la policía por abusos del 11J y se aceleraron los procesos de adopción de nuevas regulaciones legales que endurecen el código penal y el poder del Estado ante los menores de edad (Código de Familia) para “normalizar” el retiro de la patria potestad a los disidentes con hijos menores de edad.
En Cuba las discusiones de proyectos constitucionales y de nuevas leyes siempre han sido usadas para crear expectativas de que los nuevos instrumentos legales pueden generar la protección de algunos derechos y así distraer la atención de las tensiones políticas y sociales. La actual “consulta” sobre la modificación al Código de Familia en este momento crítico tiene también ese propósito. Ya se sabe que la Constitución no protegió a nadie el 11J, del mismo modo que el Código de Familia no protegerá los derechos de la comunidad gay, porque en una sociedad totalitaria no hay garantías ciudadanas para ningún grupo social.
Setenta y tres protestas por la represión contra los participantes del 11 de julio
Setenta y tres protestas fueron provocadas en el mes de febrero por la represión, arbitrariedades judiciales y torturas en las cárceles de los protestantes pacíficos del 11 de julio. Familiares, amigos e incluso los mismos prisioneros políticos fueron los protagonistas de esas 73 protestas.
“Por cada preso político que tú encerraste en Cuba será una familia que se levanta en tu contra” expresó en una carta desde la prisión provincial de Holguín Yosvany García Caso, de 33 años, obrero y padre de tres hijos. “Dictador Díaz-Canel, sabemos que esas sanciones no son porque hayamos cometido delito alguno, sabemos que esas sanciones son para intentar aterrorizar al pueblo cubano y que no vuelva a ejercer su derecho a manifestarse”.
Videos, cartas de denuncia y huelgas de hambre
Andy García, preso político de Villa Clara, es trasladado a una celda de máxima seguridad por gritar “Patria y Vida” en el tribunal. Su padre recibe una puñalada tras una discusión por su hijo. Bárbaro de Céspedes, el Patriota de Camagüey, se declara en huelga de hambre desde su calabozo al igual que Cruz García Domínguez, quien fue sancionado por delito de sedición a 17 años de privación de libertad, la misma cantidad de años que tenía cuando participó en la guerra de Angola.
El Gran Terror es una política cortoplacista, miope y contraproducente que lejos de controlarla, agrava la crisis de gobernabilidad
La mayor debilidad del Gran Terror es que se focaliza en erradicar a sangre y fuego las protestas públicas como el 11 de julio mientras se continúa haciendo caso omiso a las causas de la conflictividad social (inseguridad alimentaria, falta de medicinas, crisis de los servicios públicos, etc.) que emana de los problemas estructurales de la economía y de las totalitarias políticas en curso. Entre las causas de la conflictividad nacional están también la creciente violencia social y la inseguridad ciudadana.
Como advertencia del estado de ánimo crispado de la población vale la pena apuntar la reacción en el poblado Vega Larga ante el asesinato de Roldy Polo Pérez, de 45 años. El asesinato del músico por un policía ebrio provocó gritos de “¡Abajo el MININT!” entre los vecinos que asistieron a su funeral. Casi al cierre de este informe se dio otra protesta individual por un ciudadano que marchaba con una flor a la embajada ucraniana para solidarizarse con ese pueblo sometido a la agresión de Rusia con el apoyo explícito de la élite de poder cubana. Si se producen nuevas explosiones sociales ¿prevalecerán las flores o la violencia? El Gran Terror abona hoy el segundo camino.
El número de protestas descendió un 25 %
En comparación con el mes pasado en que ocurrieron 275 protestas, este mes disminuyeron un 25%. Para poner estos números en perspectiva: once días antes del 11J –la explosión ciudadana más grande de la historia de Cuba– habían acontecido 249 protestas. En julio llegaron a 584 con una masividad en participación. La disminución de protestas en febrero es atribuible a la extensión y profundización en el mes del Gran Terror y al imprescindible periodo de reformulación que requieren las tácticas y estrategias de la sociedad civil para poder enfrentarlo exitosamente.
Nuevas tácticas de la sociedad civil
Este mes continuaron emergiendo nuevas tácticas de la sociedad civil. Las protestas se ejecutan ahora en un estilo de guerrilla (individual o en grupos de dos o tres personas) no violenta. Eso incluye pintadas, distribución de volantes con fichas de los represores distribuidas en parques y otros lugares públicos, denuncias de la represión en las redes sociales, huelga de brazos caídos de taxistas, distribución de materiales por aplicaciones digitales y cartas de solidaridad con Ucrania suscritas con nombre y apellidos, separándose de la política del gobierno de Cuba.
El mes comenzó con una pintada “Abajo la Dictadura” bajo el puente de La Novia del Mediodía en La Habana y cierra con otro cartel “Patria y Vida” en un balcón de la villa de profesores “Los Almendros”, en el municipio capitalino de Playa.
El pasado miércoles 2 de febrero fue en la localidad de La Lisa, en La Habana, donde aparecieron tres carteles muy visibles con las frases “Patria y Vida” y “Abajo la dictadura”.
Una pintada con la frase “Abajo la Dictadura” apareció en una céntrica calle de Villa Clara. A tres días de que el régimen borrara expresiones de protesta en un muro de esa ciudad apareció en el mismo lugar una pintada por la libertad de los presos políticos en la isla.
Son cada vez más frecuentes la aparición de carteles críticos con la dictadura en diferentes muros y paredes del país, a veces, por los recursos que el gobierno moviliza de inmediato para desaparecerlos, algunos no llegan a ser fotografiados y por esa razón no llegan a ser vistos en las redes sociales. “Se ‘agradece’ el empeño de las Brigadas de Respuestas Rápidas de Pintura (BRRP) por sus esfuerzos para encubrir (sic) los carteles contra de la tiranía” dijo un internauta en Twitter.
Ante la imposibilidad de identificar a los autores de las pintadas y tomar represalias contra ellos, el régimen ha organizado ridículos “actos de repudio” delante de los muros sobre los que han aparecido los letreros con lo que han llamado aún más la atención de la población sobre esos incidentes.
Las campañas en las redes sociales es otro tipo de manifestación que ha proliferado este mes, por ejemplo: por la libertad de los presos políticos, por los niños presos, por el cierre de las tiendas MLC, no al Código Penal, y en los últimos días de febrero #CubaConUcrania con más de 1000 tweets al día.
Protestas sociales a golpe de conga callejera
Las tensiones causadas por el inmovilismo gubernamental y la represión se siguen acumulando en Cuba como en un volcán antes de la erupción. Las protestas en febrero han asumido ocasionalmente formas masivas y a cara descubierta bajo modalidades creativas, como fue la conga contra la escasez en las calles de Santiago de Cuba y la coreada en el estadio Nguyen Van Troi de Guantánamo contra la policía.
La crisis económica se agudiza
En febrero la legitimidad nacional e internacional del gobierno se agravó mientras que la crisis económica se agudizó. La credibilidad del gobierno cubano sufrió otra caída, nacional e internacional, con la política de terror interna y con el apoyo externo a Rusia en su agresión contra Ucrania. Pero el contexto de agravamiento de la crisis económica potencia aún más esos factores como elementos de conflictividad generadores de ingobernabilidad.
La “continuidad” que impone el gobierno frente al reclamo generalizado de cambios raya en la irracionalidad al pretender repetir errores catastróficos del pasado (como la siembra de café en el llamado “Cordón de La Habana”) y endurecer mecanismos económicos que no funcionan (como el Acopio para la producción agrícola). Acopio debe más de 100 millones a los campesinos, pero sigue confiscando sus siembras mientras que el Estado ha dejado de pagar salarios a no pocos empleados en zonas urbanas. Las tiendas dolarizadas están desabastecidas y el mercado negro también por la asfixia de la producción campesina y de los emprendedores privados. La inflación en el mercado informal rebasa el 6,000%. (En enero, Bloomberg calificó al peso cubano como la moneda más depreciada del mundo). El horno está caliente y la culpa no es de la CIA ni del embargo. Es del bloqueo interno a las fuerzas productivas que impone el régimen de gobernanza vigente y de la represión de derechos y libertades básicas que ejerce la élite de poder. La crisis de desabastecimiento azota desde mucho antes de la pandemia, producto del manejo de la economía en beneficio de una élite militar: falta desde leche y café hasta frazadas de piso.
Repercusión internacional de la política del Gran Terror. El boicot al San Remo Music Award Cuba
El Gran Terror no solo es inútil para resolver la crisis de conflictividad social y económica, sino que, en las actuales circunstancias, contribuye a su agravamiento por el enorme costo político, nacional e internacional, que ella implica.
Mientras toda la prensa internacional, desde Argentina hasta Suecia, publicó titulares con las condenas de 20 años a participantes de las protestas del julio 11, una campaña internacional Free the Children ha reunido miles de firmas exigiendo la liberación de los menores sentenciados por haber participado en las manifestaciones del 11J.
Por otro lado, el San Remo Music Award Cuba con el que el gobierno intentaba darse un baño de normalidad para promover el turismo naufragó por el boicot de músicos extranjeros y cubanos que habían sido invitados. Otra forma de protesta ha sido una inundación de memes burlescos, en especial con Lis Cuesta Peraza, esposa de Miguel Díaz-Canel, quien estaba a cargo del evento.
#CubaConUcrania
Cientos de cartas al Embajador de Ucrania en Cuba en expresión de solidaridad, los masones cubanos calificando la invasión rusa como un acto de prepotencia y una campaña en Twitter con la etiqueta #CubaConUcrania con más de 1000 tweets diarios expresan el rechazo a la posición vergonzosa del gobierno cubano ante la invasión a ese país.
“El Kremlin es tan cómplice de la represión contra los presos políticos cubanos, como el PCC, de la sangre derramada en Ucrania” afirmó un activista cubano en Facebook.
El apoyo a la aventura bélica rusa en Ucrania ha consolidado en países claves europeos el criterio de que fue un sinsentido el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (PDCA) con La Habana para financiar al régimen cubano con los euros de los contribuyentes de esa región. Ese acuerdo ahora no tiene prácticamente ninguna posibilidad de ser revivido.
El mayor déficit del gobierno cubano es la crisis de ideas
El mayor déficit que sufre la élite de poder cubana no es financiero ni de legitimidad. Es una crisis de ideas. Erradicar las voces contestarías sea por medio de la cárcel o el destierro y convertir a los inconformes en emigrados proveedores de remesas a GAESA –el oligopolio de la nueva oligarquía autocrática y cleptómana que tiene el poder– es un falso recurso de solución a la crisis de gobernabilidad. La oligarquía cubana es un estamento social profundamente mediocre al mando de un sistema de gobernanza disfuncional.
CONCLUSIONES
- Parafraseando a Antoine Lavoisier, el padre de la Química, podría decirse que en Cuba las protestas “ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman”.
Quienes creyeron que eran creadas por la CIA y soñaron con hacerlas desaparecer a base de represión están despertando a la realidad de que aquellas no se desvanecerán si no se erradican sus causas estructurales. El reto no es hacer desaparecer las protestas sino los conflictos (por violaciones de derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales) que las generan. No es un asunto policial, sino estructural. La mediocridad intelectual y arrogancia de la élite de poder no le permite comprender esa verdad.
- El Gran Terror, el inmovilismo y la alianza con Putin han debilitado aún más en febrero la credibilidad y gobernabilidad del sistema. Le han enajenado amplios sectores de población e incrementado el aislamiento de Cuba de fuentes crediticias e inversionistas –y de cualquier eventual mejoramiento de sus relaciones bilaterales con Europa y los Estados Unidos.
- La conflictividad del país sigue agravándose y generando mayores índices de ingobernabilidad aunque el número de protestas pueda oscilar de un mes a otro.
La misión del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) es medir la conflictividad nacional y el modo en que su agravamiento incide en la gobernabilidad del país. El número de protestas es uno de los indicadores que contabilizamos, pero no el único que tenemos en cuenta en nuestro diagnóstico. Las 207 sucedidas en este mes de febrero son prácticamente equivalentes a las 203 que se produjeron en abril de 2021, tres meses antes del 11J. En junio del pasado año fueron 249 y once días más tarde, el 11J, saltaron a 584.
El OCC evalúa un conjunto de factores que nos indican el índice de estabilidad de la sociedad en su conjunto como son el grado de insatisfacción o violación de derechos no solo políticos y civiles sino económicos, sociales y culturales (de vivienda, alimentación, salud, servicios públicos, y muchos otros). Por esa razón, para aquellos que han preguntado al respecto, no cuantificamos las protestas que se producen exclusivamente en el exterior. No obstante, consideramos que la población cubana en la isla interactúa cada vez más con su diáspora por lo que puede describirse al pueblo cubano como “transnacional”.
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METODOLOGÍA DEL OCC
Los informes del Observatorio Cubano de Conflictos consideran como “protestas” a todas aquellas acciones que expresan de forma pública, sea de manera individual o colectiva, el rechazo ciudadano a disposiciones oficiales, instituciones o autoridades.
En cuanto a las causas o razones de la manifestación pública de protesta, estas pueden obedecer a temas políticos y de derechos ciudadanos o vincularse de forma directa a demandas populares en cuestiones sociales, económicas y culturales como son los problemas de vivienda, agua, alimentación, transporte y censura artística o intelectual que las personas dirigen contra las instituciones y las políticas estatales o paraestatales.
Dichas manifestaciones pueden tomar múltiples formas tal y como han sido recogidos en la amplia bibliografía de los científicos sociales y los propios activistas que han estudiado estos temas durante décadas. Ellas incluyen protestas callejeras, pintadas de muros, colgar carteles, corear consignas, negarse en público a cumplir órdenes policiales o administrativas, realizar una marcha, procesión, sentada, rezo o misa pública no autorizada, distribuir volantes, repartir publicaciones impresas o digitales prohibidas, distribuir memes y chistes satíricos de las políticas gubernamentales y muchos otros más en los que los ciudadanos manifiestan de manera pública sus agravios.
El OCC no contabiliza las protestas realizadas exclusivamente por ciudadanos cubanos en el exterior –aunque considera que el pueblo cubano constituye hoy una entidad transnacional- porque alteraría nuestra capacidad de medir con rigurosidad la gobernabilidad interna de Cuba, que es nuestro principal propósito.
El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) recopila información de fuentes abiertas y privadas, cuenta con su propia red de casi dos centenares de observadores repartidos por todas las provincias dentro de Cuba y sólo reconoce aquellas informaciones que se originen en fuentes reconocidamente confiables o que puedan ser verificables por nuestro equipo. Por ese motivo es posible que en alguna ocasión el número total de manifestaciones públicas de protesta que hayan tenido lugar sea en realidad ligeramente superior -nunca inferior- a la cifra que reportamos basados en nuestra metodología, fuentes y verificaciones. Pero esa rigurosidad nos permite asegurar que cada una de nuestras informaciones resulta confiable.
El OCC agradece la importante valoración de esta metodología que, a nuestra solicitud, fuera realizada a fines de 2021 por un grupo internacional de expertos, cientistas sociales y activistas de diferentes nacionalidades en América Latina y Europa.
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