El colmo, las familias cubanas en 2022 no solo van a llevar a la mesa menos viandas, frijoles, carnes, leche, huevos, vegetales y frutas, sino también menos arroz, el alimento imprescindible de la dieta nacional prácticamente desde que en el siglo XVI los colonizadores españoles lo llevaron a la isla.

Este año el régimen de Raúl Castro espera cosechar 180,000 toneladas de arroz; el 25,7 % del total requerido para cubrir el consumo nacional de unas 700,000 toneladas (1,718 millones de libras) según un reportaje publicado recientemente en el diario Granma, que es como decir un informe oficial del gobierno y el Partido Comunista.

Consumo real de arroz en Cuba no baja de un millón de toneladas

Y en esto del consumo nacional es necesario aclarar que la demanda de arroz en Cuba no es de 700,000 toneladas, sino muy superior. Si a fines de los años 50 era de unas 500,000 toneladas de arroz con la mitad de la población de hoy, en la actualidad la demanda de los 11.3 millones de cubanos no puede bajar de un millón de toneladas de arroz anuales.

La noticia de la caída en la producción se suma a la del impuesto abusivo de un 10% a los campesinos que venden sus productos en los agromercados, y a la reciente criminalización de las ventas campesinas de productos agrícolas “por la izquierda”. Todo esto seguramente va a reducir el volumen de la producción agrícola privada.

O sea, cuando más se va a necesitar del arroz para compensar la muy probable menor disponibilidad de otros productos agrícolas ocurre lo contrario, pues en 2022 se va a producir un 27% menos de arroz, es decir, 66,700 toneladas menos que las 246,700 toneladas de 2019, antes de la pandemia.

Rendimientos por hectárea en América casi duplican los de Cuba

Algo que no explica ningún burócrata castrista es cómo en 2022, cuando la epidemia de Covid-19 va de retirada, se va a producir menos que las 142,000 toneladas de arroz cosechadas en 2020 en pleno azote del virus chino. Ninguno explica tampoco por qué mientras según la FAO en América el rendimiento promedio de las plantaciones arroceras oscila entre 7.5 y 9.0 toneladas por hectárea, en Cuba es de 4.7 toneladas, o menos.

Según el Plan de la Economía de 2022 Cuba tendría que destinar más de $329 millones de dólares a la importación de arroz. Eso es harto difícil que se cumpla. Granma adelantó en el mismo reportaje citado que en 2022 “se importarán unas 200,000 toneladas menos de materias primas y productos”. No aclaró cuanto menos arroz se importará, pero sin duda no será mucho.

Además, el ministro de Economía, Alejandro Gill, informó hace unos días que actualmente el precio de la tonelada de arroz en el mercado mundial es de $633 dólares. Y con el Estado prácticamente en la quiebra es altamente improbable gastar $329 millones en arroz. Pero suponiendo que los precios no subiesen (cosa que ocurrirá) y lo hiciesen solo se podrían importar 208,000 toneladas.

Aun si importan $329 millones faltará el 44% del arroz necesario

Faltarían 312,000 toneladas, el 44% del arroz necesario para cubrir el consumo (constreñido por el comunismo), que incluye la cuota de la cartilla de racionamiento y el “consumo social” (hospitales, hoteles escuelas, comedores obreros y unidades militares, etc).

Y cabe aquí recordar que hace 64 años, en 1958, Cuba produjo 256,000 toneladas de arroz y era el tercer productor latinoamericano, después de Brasil y Colombia, y por encima de México y Argentina. Dos años antes, en 1956, la isla produjo 279,000 toneladas de arroz e importó 135,000 toneladas, que cubrieron totalmente la demanda efectiva (real) de una población que era la mitad de la actual. Y se esperaba entonces que para 1965 la pujante nación capitalista se autoabastecería de arroz. Pero llegó el comandante e implantó el comunismo.

Claro, el diario Granma culpa de la baja producción de arroz al recrudecimiento del bloqueo y al impacto de la crisis económica mundial derivada de la covid-19.”

Caída se debe a los bajos precios que paga Acopio a productores

Falso. Habrá menos arroz en Cuba por tres razones: 1) los bajísimos precios paga el Estado a los campesinos y  cooperativas que producen arroz; 2) el Estado, que tiene el monopolio del suministro de insumos y equipamiento a los arroceros privados, no solo les cobra precios exorbitantes, sino en divisas.

Por ejemplo, los productores en las plantaciones arroceras de Yara y Río Cauto, en la provincia de Granma, donde se produce nada menos que el 35% de todo el arroz del país, están protestando por los precios que les paga Acopio, mientras les han subido desmesuradamente los precios de los insumos que necesitan, se. Y allí se produce nada menos que el 35% de todo el arroz del país

El campesino Emiliano González explicó a un periodista independiente que el gobierno: “Aumentó siete veces el precio del combustible, también el costo del avión que fumiga los campos sembrados de arroz subió seis veces, mientras que el agua ahora alcanza los 4,000 mil pesos”.  Dijo que Acopio les paga 400 pesos el quintal a los productores, lo cual es prácticamente irrentable.

En fin, todo indica que los cubanos comerán este año aproximadamente la mitad del arroz que habitualmente comen bajo las condiciones hambreadoras de un sistema económico probadamente inservible, que solo beneficia a una pandilla de vividores.