Todas aquellas máscaras que inventaron Fidel Castro y el Che Guevara del antimperialismo en la lucha contra la ferocidad imperialista yanqui, la defensa de la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos, la Conferencia Tricontinental de La Habana, el llamado incendiario guevarista a “crear dos, tres muchos Vietnam” para acabar con el imperialismo, volaron en pedazos con la genocida invasión rusa de Ucrania.
La dictadura castrista está apoyando la peor agresión imperialista que ha habido en el mundo desde que Hitler invadió Polonia en septiembre de 1939 y desató la Segunda Guerra Mundial.
Lo más indignante es que Miguel Díaz-Canel, el asistente principal de Raúl Castro, para fundamentar el respaldo a la guerra imperialista rusa de conquista contra el pueblo ucraniano sentenció: “el que en estos tiempos no sea antimperialista, no puede comprender los problemas que están pasando en el mundo ni en el país”.
Dicho en otras palabras, que los vocablos imperialismo y antimperialismo solo se aplican si se trata de Estados Unidos y posiciones antiestadounidenses, respectivamente. La palabra invasión no existe si los invasores son “amigos de Cuba”. Y no viola jamás la soberanía de un país un ejército invasor aliado del castrismo.
Concepto de imperialismo de Lenin es erróneo, pura propaganda
El “presidente” Díaz-Canel pretende confundir a los cubanos y ha sacado del baúl el torcido concepto de imperialismo que inventó Lenin en su ensayo “El imperialismo, fase superior del capitalismo” (1916), según el cual imperialismo no es la expansión de una potencia militar a base de una guerra de conquista para someter otros pueblos, sino la etapa más avanzada y “final” de la concentración de capital.
Falso, pura propaganda, eso fue una tomadura de pelo de Lenin. ¿Quién cree hoy en esa idiotez? La concentración y internacionalización (globalización) del capital y la economía es inherente al avance mismo de la civilización. Es un proceso necesario e inevitable que además se ha disparado exponencialmente con la revolución tecnológica, cuya piedra angular es la internet
De acuerdo con la manipulada definición del tocayo de Putin, enarbolada ahora con 106 años de atraso por el ayudante de Castro II, los países capitalistas más desarrollados, con EE.UU al frente, son los únicos imperialistas. La expansión militar de Rusia hacia Ucrania basada en crímenes de lesa humanidad no es imperialista.
Pero búsquese en un diccionario cualquiera y leerá algo muy diferente: “El imperialismo es un régimen de dominación política en el que una potencia militar extiende sus dominios sobre otros pueblos o Estados por medio de la fuerza…”
Fidel Castro: país “amigo” que invade a otro nunca es imperialista
Por otra parte, Díaz-Canel no está siendo novedoso. El 23 agosto de 1968 Fidel Castro apoyó la invasión imperialista soviética de Checoslovaquia ocurrida tres días antes, el 20 de agosto, con 4,600 tanques y 170,000 soldados para derrocar al presidente Alexander Dubcek y acabar con las reformas de liberalización económica y política que se estaban realizando en ese país para construir lo que Dubcek llamaba “socialismo con rostro humano”.
El caudillo esperó 72 horas para proclamar su respaldo a la invasión porque sabía que eso alejaría del castrismo a parte de la izquierda internacional moderada que apoyaba a la “revolución cubana”. Pero Castro I era consciente de que solo con el dinero obsequiado por el Kremlin podía mantenerse en el poder y no lo pensó más. Arrojó un jarro de agua fría sobre el pueblo cubano que esperaba al fin cambios profundos en la isla.
El tirano argumentó: “Lo esencial que se acepta o no se acepta, es si el campo socialista podía permitir o no el desarrollo de una situación política que condujera hacia el desgajamiento de un país socialista y su caída en brazos del imperialismo. Y nuestro punto de vista es que no es permisible y que el campo socialista tiene derecho a impedirlo de una forma u otra”.
Nadie en la élite castrista es antimperialista, sino proimperialista
Cualquier parecido con el pretexto de Díaz-Canel (por orden del otro Castro) no es pura casualidad. De acuerdo con Fidel Castro país amigo que invade a otro para conquistarlo y someterlo por la fuerza, hace muy bien, no es imperialista. En fin, que tanto hace 54 años, como hoy, Moscú tiene derecho a invadir a quien le dé la gana, y punto.
La conclusión aquí más irónica no puede ser. Díaz-Canel tiene razón, pero al revés. Ni él, ni nadie de la claque dictatorial castrista es realmente antimperialista. Y por eso ninguno de ellos es capaz de “comprender los problemas que están pasando en el mundo ni en el país”.
Porque lejos de ser antimperialistas son vergonzantes proimperialistas, hasta la médula. Son alabarderos y cómplices del imperialismo ruso, que hoy ha hecho eclosión contra Ucrania exacerbado por el nuevo zar de todas las Rusias, Vladimir I.