SUMARIO EN NÚMEROS

  • El Observatorio Cubano de Conflictos, en el mes de abril 2022, documentó 293 protestas (en contraste con las 232 del mes anterior) que ocurrieron en las 15 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud. Las cifras compiladas por el OCC en abril desmienten la imagen de exportación de un desfile popular de homogénea reafirmación revolucionaria”.  
  • En abril de 2022 hubo un promedio de casi 10 protestas diarias.  Esto significa un incremento de 3 protestas diarias en relación con el mes pasado, y con las de marzo del año pasado (7 diarias).
  • En comparación con abril de 2021 cuando ocurrieron 203 protestas  –dos meses y medio antes de la sublevación nacional del 11J– hubo un incremento del 44% (293 en abril 2022).
  • De las 293 protestas del mes, las realizadas en defensa de derechos políticos y civiles (DPC) sumaron 194 (66 %).
  • El rechazo a la represión representó el 57% del total de las protestas en abril (169 por esa razón). Es decir, más de la mitad de las ocurridas ese mes son motivadas por la represión y abuso policial, y de ellas 50 fueron en rechazo a las arbitrariedades judiciales y condenas a manifestantes pacíficos del 11 de julio, así como por las torturas y maltratos en las cárceles.
  • Las protestas en defensa de derechos económicos, sociales y culturales (DESC) fueron 99 (34%). Estas se concentraron en las consecuencias inflacionarias de la “tarea ordenamiento”, el rechazo a las tiendas de venta en MLC (Moneda Libremente Convertible), el desamparo de los ancianos, el colapso del sistema de salud y el desabastecimiento de productos básicos como aceite (78, para un 26%) así como denuncias de la mala gestión del gobierno (21, para un 7%).
  • Las protestas por el desabastecimiento de productos, la inflación y el colapso del sistema de salud se duplicaron (79) en relación con el mes anterior (39).
  •  La Habana fue de nuevo la provincia con mayor concentración de protestas (132), seguida por Guantánamo (18), Artemisa (17), Villa Clara (16) y Mayabeque (15).
MANIFESTACIONES PÚBLICAS DE PROTESTA TOTAL Derechos económicos, sociales y culturales (DESC) Derechos políticos y civiles (DPC)
2022
Abril 293 99 194
Marzo 232 83 149
Febrero 207 77 130
Enero 275 100 175
2021
Diciembre 246 76 170
Noviembre 353 87 266
Octubre 345 69 276
Septiembre 312 141 171
Agosto 297 175 122
Julio 584 149 435
Junio 249 133 116
Mayo 231 86 145
Abril 203 47 156
Marzo 184 38 146
Febrero 159 48 111
Enero 137 58 79
2020
Diciembre 122 26 96
Noviembre 110 19 91
Octubre 88 33 55
Septiembre 42 16 26


HECHOS RELEVANTES EN ABRIL

  • Ingeniosos métodos de protestas ciudadanas no violentas. Pintadas en muros, cacerolazos callejeros, carteles, alocuciones en plazas públicas llamando a la rebelión, reparto de volantes impresos, distribución de información alternativa por bluetooth de los celulares usando la aplicación Zapya, protestas en las redes sociales como Telegram, Twitter y Facebook, protestas por la condena de un colega de estudios o renuncias de otros trabajadores en protestas por el despido de uno de ellos, demandas colectivas por la liberación de presos políticos, denuncias ante organismos internacionales de los familiares de los sentenciados por el 11J, hackeos de sitios en internet de instituciones oficiales y ubicación en ellos de consignas antisistema, cadenas de oración por Ucrania (agredida por Rusia con la complicidad de La Habana), acrónimos para ser desplegados de múltiples maneras en lugares públicos cuyo significado antigubernamental es dado a conocer luego, tatuajes con frases como Patria y Vida que son exhibidas en las redes, memes de burla a la gestión del gobierno y a la “primera Dama” y una larga lista de otras acciones creativas y no violentas sin precedentes en las prácticas anteriores de los opositores cubanos.
  • Arrestos e intimidaciones con prohibición de asistir al desfile del 1ro de mayo. El OCC documentó más de 100 intimidaciones a activistas y periodistas independientes con la prohibición de asistir al desfile del 1ro de mayo. Esta represión preventiva tuvo el propósito de neutralizar cualquier plan dirigido a usar el desfile para realizar protestas y publicitar demandas.
    Los preparativos del desfile este primero de mayo se desarrollaron bajo medidas coercitivas para garantizar una asistencia masiva: a campesinos los amenazaron con quitarles las tierras en usufructo; a los cuentapropistas, con derogarles las licencias; a los trabajadores estatales, con despidos y a los estudiantes los intimidaron con represalias.
    En un documento del Sindicato Nacional de la Salud se menciona a los “agitadores políticos” para garantizar la “combatividad” de la marcha y a los “activistas revolucionarios” para “la vigilancia y enfrentamiento a cualquier provocación”.
  • Más de la mitad de las protestas de abril fueron generadas como reacción a la represión y a las farsas de los juicios del 11 J. Constituye una tendencia que la represión y la brutalidad policial, lejos de reducir las protestas y resolver los conflictos de gobernabilidad, los agrava.
  • Descrédito del gobierno. Este mes, Lis Cuesta, esposa Miguel Díaz-Canel, recibió numerosas críticas después que llamó al mandatario cubano “el dictador de mi corazón” en un tweet el 10 de abril. De inmediato, la palabra “dictador” comenzó a ser tendencia en Cuba —se usó 21,000 veces solo el domingo— y la etiqueta #EnCubaHayUnaDictadura tuvo una buena racha. Adicionalmente, las críticas por los banquetes del Festival San Remo, del cual Liz Cuesta fue promotora, se multiplicaron en las redes.
  • Denuncias de golpizas en la calle y en las cárceles. El pastor Alejandro Hernández Cepero, en La Habana, recibió una paliza frente a sus hijos y la asestada al periodista independiente Alberto Corzo, en Matanzas, fue tan brutal que tuvo que ser hospitalizado. También en las cárceles de Cuba, varios periodistas independientes han denunciado golpizas como las recibidas por Luis Robles, Ramón Pérez Conde o Yandier García Labrada.
  • Feminicidios y abusos sexuales. Redes femeninas denuncian el octavo feminicidio en lo que va de año. Mientras que las víctimas del trovador Fernando Bécquer firman una declaración pública que recorre el mundo: “No vamos a parar hasta que la sociedad entera, el mundo de la trova, de la religión y cada país que visitaste se entere de lo que has hecho: violaste, abusaste, cometiste delitos sexuales usando tu poder de hombre y de religioso. Lo que hiciste, Fernando, se llama violencia machista”.
  • Las protestas se internacionalizan. Cubanos que lanzaron una campaña en rechazo a participación del conductor del programa de TV oficialista Con Filo en un foro de la Universidad de Nottingham cuestionan la legitimidad del “dudoso y ciertamente parcializado” historial académico de Michel Torres Corona. La campaña recogió más de 3,000 firmas. Por otro lado, una madre de un preso del 11 de julio pide ante la ONU la liberación de todos los manifestantes.

LA GOBERNABILIDAD EN ABRIL

Primero de mayo: ¿demostración de fuerza o debilidad?

En la antesala misma del desfile del primero de mayo las protestas no violentas en Cuba crecieron de nuevo. En abril: 293, mientras que en marzo fueron 232.

El notable despliegue de coacción y extrema vigilancia desplegado por el gobierno para poder llevar a las plazas una cantidad de personas el primero de mayo de 2022 refleja su inseguridad. El gobierno no puede confiar ni siquiera en la lealtad de sus militantes.

La magnitud de un desfile el primero de mayo no refleja la solidez del apoyo de la población a un gobierno o sistema dictatorial. Para un pueblo educado en ocultar sus pensamientos las presiones para desfilar no son un problema: muchos desfilan públicamente… y siguen protestando al día siguiente por varias vías.

Impresionantes fueron los desfiles y manifestaciones para celebrar el aniversario de la creación de la RDA el 7 de octubre de 1989, poco antes de la caída del Muro de Berlín. Hace 32 años, en 1990, el Sandinismo convocó a la manifestación más masiva de la historia de ese país centroamericano en apoyo a su campaña electoral que perdió poco después en las urnas frente a la oposición. Impresionantes fueron las convocadas por Ceausescu en Rumania en apoyo al XIV Congreso de su partido en noviembre de 1989, de donde saltó la chispa que dio al traste con décadas de dictadura unipersonal.

El gobierno cubano lo sabe. Lo recuerda. Por eso toma medidas extraordinarias de seguridad para impedir la salida de sus casas de cualquier persona fichada como “contrarrevolucionaria”, asigna vigilantes encubiertos para que controlen cada grupo de trabajadores que vaya al desfile, infiltra agentes entre los manifestantes y dispone de brigadas antimotines para “neutralizar” cualquier desafío al orden. Las imágenes de cubanos que desfilan felices en apoyo a sus opresores son para regalarlas a CNN, Al Jazeera, TeleSur y Russia TV. Nadie cree en ellas en Cuba.  Los regímenes totalitarios son pésimos administradores y brillantes en organizar espectáculos de circo para exportar. Pregunten al dictador norcoreano.

Es evidente que el gobierno está frustrado y preocupado por el hecho de que no haya podido extinguir las protestas a pesar de su política del Gran Terror (represión brutal e indiscriminada + promoción de éxodos masivos + destierro forzoso de activistas destacados).

El síndrome de Rumanía

Los desfiles en efemérides especiales forman parte del ritual de las sociedades totalitarias, sean comunistas o ahora mafiosas. Son la herramienta para proyectar dentro y fuera del país la imagen de solidez e invencibilidad con la que estos regímenes intentan persuadir a la opinión pública nacional e internacional de que el estatus quo es inamovible. Aun aquellos que crean que todo es un montaje teatral se dejan persuadir por la idea de que, si los ciudadanos se someten a esas farsas no creyendo en ellas, es una señal de que todo espíritu de rebeldía ha sido domesticado. Pero a veces falla la tramoya. Incluso de manera dramática. Eso fue lo que ocurrió en la RDA (1989) y Nicaragua (1990) pero especialmente en 1989 en Rumanía. Desde entonces la pesadilla de la caída de Ceausescu persigue a la dirigencia cubana, aunque no ha sido capaz de sacar de aquel hecho las lecciones adecuadas.

“Nicolae Ceausescu tiene todo bajo control”, dijo rotundamente en su informe a Fidel Castro Jorge Risquet, miembro del Buró Político del CC del PCC a su regreso del XIV y último Congreso del Partido Comunista rumano en noviembre de 1989. Pocos días después una rebelión de militares y civiles derribó aquel régimen y fusilaron al dictador y a su esposa. Aquel partido y el sistema, que rigió por varias décadas los destinos del país, se disolvió legalmente el 22 de diciembre de ese año.

¿Por qué creyó Risquet que Ceausescu era invulnerable? No hay que ser despiadado con su ridícula evaluación. De forma coincidente, en ese mismo mes de noviembre, la Comisión de EEUU sobre Seguridad y Cooperación en Europa también redactó un informe sobre la situación rumana en que describió los horrores no solo de la represión sino de la crisis socioeconómica que atravesaba el país. Sin embargo, el reporte concluyó que ni los activistas, los intelectuales, o la población (“demasiado ocupada por asegurar la supervivencia diaria y aterrorizada por la represión”) creían que nada cambiaría pese a los vientos de reforma de la Perestroika rusa. Muchos piensan lo mismo sobre Cuba.

Risquet relató en su informe a Castro algo que no estaba incluido en el de la Comisión de EEUU: Ceausescu le había explicado como virtualmente todos los movimientos disidentes y de oposición estaban infiltrados y a veces eran incluso dirigidos por agentes de su policía secreta. (En aquel entonces, para tener una máquina de escribir había que contar con una licencia especial del gobierno, así era el nivel de control policiaco). La conclusión de Risquet para el Comandante en Jefe entonces ya atribulado con las veleidades de Gorbachov era que Rumania representaba una roca firme del campo socialista europeo. El diluvio rumano vino antes de que se cumpliese un mes de haber escrito ese documento.

La élite de poder cubana, sin embargo, no aprendió de aquella lección y continúa concentrada como Ceausescu en aplastar los síntomas, pero no arreglar las causas, de la creciente ingobernabilidad. Por intensificar la represión y generar falsos positivos de apoyo popular –como el desfile del Primero de Mayo– pero no por echar atrás la desastrosa política que los lleva al despeñadero.

El origen de la rebelión en Rumania y del 11J en Cuba radica en las catastróficas políticas que esas dictaduras pusieron en marcha: “Sistematización” en Rumania; “Ordenamiento” en Cuba, y, por supuesto, en la disfuncionalidad intrínseca del sistema comunista. Obligar a los trabajadores a hacer presencia bajo coerción en un desfile de apoyo al gobierno no cambia ese hecho. La ingobernabilidad sigue creciendo después del primero de mayo.

Nuevas formas de protestas

Las protestas son cada vez más creativas y ahora ejecutadas en su mayoría por ciudadanos sin vínculos anteriores con organizaciones opositoras.

El gobierno cubano declaró el 12 de julio la guerra contra todo el pueblo y ahora el pueblo “contraataca” con múltiples acciones no violentas de resistencia civil.  Las manifestaciones públicas de rechazo a la situación política, económica y social continuaron en el mes de abril en todas las provincias del país por ciudadanos en su mayoría carentes de previos vínculos a las organizaciones de oposición.

Fisuras ¿reales? al interior del oficialismo

El sostenido deterioro de la cotidianidad, la brutalidad y extensión de la nueva ola represiva, la apertura de un éxodo migratorio y la insumisión creciente de la población se combinan para generar estados de incertidumbre psicológica entre los afiliados al gobierno. En abril se tradujeron en deserciones de varios voceros del periodismo estatal y aparentes discrepancias públicas entre funcionarios de las filas gubernamentales.

Uno de esos incidentes fue la remoción de su cargo del director de la revista oficialista Alma Mater, supuesto órgano de la Federación Estudiantil Universitaria, por la dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas (su verdadero “propietario”). Sin embargo, este hecho “normal” dentro de las reglas del juego del sistema generó esta vez la muy inusual renuncia solidaria de periodistas y la directiva de esa revista y la aún más inusual expresión de apoyo de Silvio Rodriguez, de un funcionario ex espía y otro burócrata del Departamento Ideológico del Comité Central. Ante semejante fenómeno la dirección de la UJC lo atribuyó todo a un malentendido: al “talentoso” director se le asignarían nuevas responsabilidades.

Los más suspicaces sospechan, no sin razón, que todo puede ser un teatro para proyectar un pluralismo y capacidad de rectificación inexistentes lo cual, sin duda, puede ser posible. Pero al mismo tiempo parece una maniobra demasiado sofisticada para una nomenclatura mediocre y un Estado disfuncional que hoy enfrentan de manera torpe una creciente ingobernabilidad.

Aquí de nuevo puede ser relevante la experiencia rumana.

Una señal de que se acercaba una situación diferente en Rumania eran las crecientes críticas y expresiones de inconformidad públicas provenientes de funcionarios y militantes del partido comunista. Ciertamente no denunciaban el sistema, pero sí cuestionaban algunas políticas en marcha y, en algunos contados casos, recomendaban que Ceausescu renunciara (no que se disolviera el partido o que esa organización abandonara el poder). Por esa razón, esas manifestaciones críticas eran menos apreciadas por los sectores más radicales de la oposición.

Sin embargo, si creemos lo dicho a Risquet por Ceausescu en el sentido de que esa “oposición” estaba casi totalmente controlada y/o influida por la Seguridad entonces habría que pensar que sus críticas y menosprecio a las posturas de esos militantes no siempre venían desde un genuino radicalismo anticomunista sino posiblemente reflejaban el interés de la Seguridad rumana en menoscabarlas ante los ojos de la opinión pública nacional e internacional.

Visto de manera retrospectiva, ahora sabemos que aquellas expresiones de tímida inconformidad desde las filas del oficialismo eran como las aves y ramas flotantes que le anunciaron a Colón que, ¡finalmente!, se aproximaba a tierra. ¿Cuál es el verdadero significado de estas amables –pero insólitas–  “disidencias” que se vienen repitiendo al interior de los grupos de poder y con algunas  bases militantes en la Cuba actual?  ¿Pura tramoya? ¿Circo o “gaviotas”? Es un tema importante a dilucidar para la práctica y estrategia políticas de las fuerzas democráticas en Cuba.

La inapelable continuidad hacia el naufragio final

La idea de que la represión extinguirá las protestas ha demostrado desde el 11J ser un mito. Y la perspectiva de que el gran éxodo librará al gobierno de todos los elementos inconformes es, matemáticamente demostrable, otra falsedad.

Aunque salgan dos millones de cubanos quedan en la isla al menos cinco millones de adultos inconformes que además no tienen nada que perder. Los que hoy se marchan tienen, por lo general, una posición económica algo más holgada que aquellos que quedan detrás. Precisamente pudieron emigrar por tener quien les mande las remesas para el viaje o contaban con pertenencias que pudieron vender para costearse la travesía. La inmensa mayoría carece de ambas cosas y por esa misma razón sufren esta crisis mucho más que aquellos que hoy deciden –y pueden– emigrar.

Lejos de deshacerse de potenciales revoltosos el gobierno está dejando salir a los que, por lo general, menos se inclinan por serlo. Tampoco su presión sobre los activistas conocidos para que se marchen del país les conjurará el peligro de un nuevo estallido nacional. El 11J no fue el resultado de una convocatoria.

El gran enemigo del gobierno sigue siendo Fuenteovejuna: esa masa anónima de desposeídos sin antecedentes políticos pero ya hartos de miseria y abusos policiales.

Patria y Vida, ese himno popular libertario, repite el estribillo “Tú 5-9, yo doble 2” lo cual muchos toman como una profecía optimista de que en este año 2022 será el advenimiento del “gran cambio” del sistema que sobrevino después de 1959.  Más allá de la canción y de las interpretaciones esotéricas sobre ese estribillo, lo cierto es que la continuidad hacia la catástrofe final y la intensificación de la represión lejos de alejar el cambio parecen acercarlo mes a mes, a trancas y barrancas. Incluso el éxodo migratorio, si bien resulta funcional al régimen al aliviar la presión interna, es una proyección  pública e internacional de rechazo al estatus quo vigente en la isla y refleja la incapacidad de los gobernantes para mantener la estabilidad y gobernabilidad interior.

No hay señal alguna, sin embargo, que indique que los funcionarios gubernamentales y partidistas estén conscientes de que se adentran cada vez más en un peligroso campo minado. La declaración hecha en abril por la delegación cubana en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas supeditando la posibilidad de suprimir la pena de muerte a que EEUU normalice sus relaciones bilaterales con la isla es una muestra de la ceguera que padecen. Es otra expresión perfecta de la ignorante arrogancia del idiota con poder.

La violencia cotidiana alimenta un creciente estado de crispación social

La violencia en Cuba no es solo política (ejercida por el Estado contra una oposición y ciudadanía pacíficas). Hay una grave violencia estructural, sistémica, que se expresa en la dureza de la vida cotidiana.

Esa violencia estructural se traduce cada día en tensiones psicológicas que generan violencia social: los ánimos están crispados y la violencia a flor de piel. El incremento de feminicidios, violencia de género y crueldad patológica contra los animales refleja esas tensiones.

Una anciana se enfrentó este mes en plena calle a un policía y lo desafíó a que la matara. Golpes y riñas en largas colas de alimentos que los policías no pueden contener.

No es una conducta normal que un cochero de Ciego de Ávila ataque con14 machetazos a un perro por defender el caballo de su carruaje de alquiler. Perros descuerados y cocinados, posiblemente vivos. Maltrato público a un gato en una feria agropecuaria.  Estos comportamientos de sadismo y crueldad hacia los animales son un reflejo de la violencia social que se incrementa con la crisis económica. Las organizaciones de la sociedad civil (animalistas) denunciaron este mes esos hechos así como que en zoológicos y acuarios mueren de hambre animales sin haber salido nunca de su enjaulado cautiverio mientras que mascotas domésticas corren el peligro de ser secuestradas por desconocidos para asesinarlas y venderlas como alimento.

Estremece considerar la posibilidad de que toda esa cruda violencia acumulada se exprese en una guerra civil fratricida por la irresponsabilidad, mediocridad y egoísmo de un puñado de personas que hoy constituye el grupo más disfuncional y corrupto que haya gobernado la isla desde que alcanzó la independencia de España.

Gobernabilidad y relaciones internacionales. Una relación directamente proporcional

La gobernabilidad en Cuba es directamente proporcional al estado de satisfacción que tengan los ciudadanos con la sociedad en que viven, pero también al nivel de legitimidad y prestigio que goce el gobierno cubano en la comunidad internacional. Lo primero, sabemos que está en crisis. Lo segundo, que se ha agravado de forma rápida y sustantiva a partir de la represión del 11J y después de las exorbitantes sentencias dictadas contra manifestantes pacíficos incluyendo menores de edad.

Pero ahora se ha agregado un tercer elemento que conspira contra la aceptación del gobierno cubano en la comunidad de países democráticos y desarrollados: su alineamiento con Putin en la agresión rusa contra Ucrania y el apoyo que le presta al Kremlin en los frentes de batalla de la diplomacia y comunicación de esa guerra híbrida. Esta alianza con Putin ha motivado expresiones de solidaridad abiertas con el pueblo ucraniano que son otra modalidad de protesta, en este caso contra las decisiones del Partido Comunista de Cuba en este tema.

El aislamiento –cuando no rechazo– de La Habana por esas razones se traduce en mayor inestabilidad de potenciales fuentes de inversión y colaboración europeas y en un mayor distanciamiento de las posibilidades de mejoramiento de sus relaciones con Washington. Ambos factores, si se insiste en el actual rumbo de la política exterior y en el inmovilismo nacional, van a complicar aún más la gobernabilidad interna del país al corto y mediano plazo.

PESPECTIVAS AL CORTO PLAZO

  1. La evaluación del conjunto de factores que inciden en la gobernabilidad nacional no acusó mejoría en el mes de abril y tiende a agravarse en el futuro inmediato.
  2. El gobierno continúa de espaldas a su cada vez menor capacidad para controlar la conflictividad nacional por medios coercitivos.
  3. En ese contexto, cualquier incidente de menor importancia puede transformarse en un hecho de gran magnitud por una respuesta represiva innecesaria y excesiva, lo cual a su vez podría desencadenar una respuesta popular masiva que desborde el control policial.
  4. De igual manera si en los próximos meses el régimen de Putin entrase en una crisis de gobernabilidad en Rusia ese hecho podría también tener un impacto negativo psicológico y práctico sobre la élite de poder cuya magnitud es todavía difícil de calcular.
  5. Es necesario dar seguimiento y estudiar si en efecto son reales los indicios de aparentes fricciones y fisuras que van emergiendo al interior del bloque de poder. La de Alma Mater, de ser genuina, es quizás la menos significativa, aunque no por ello irrelevante.
  6. En el contexto de evaluar los posible escenarios de gobernabilidad que enfrentará el país en meses venideros y los principales actores que tendrán que enfrentarlos es importante desentrañar las causas de la destitución fulminante del anterior ministro de las FAR, General Leopoldo (“Polo”) Cintras Frías y su exclusión del Buró Político y el Comité Central apenas un día antes de celebrarse el VIII Congreso del PCC en abril de 2021. A ese todavía inexplicado hecho se suma ahora la súbita e igualmente inexplicada incorporación al Buró Político del General Ramón Espinosa Martin, viceministro primero de las FAR de 83 años de edad. Esta promoción se ha hecho violentando los nuevos reglamentos que establecen límites de edad para acceder a esa y otras posiciones de dirección. ¿A qué han respondido esas urgencias en torno a una posición clave en cualquier escenario de ingobernabilidad?

Parafraseando la afirmación del informe de Jorge Risquet en 1989 respecto a Rumania, ¿es Cuba una “roca firme” a inicios de la segunda década del siglo XXI? Ni el actual éxodo migratorio ni el desfile del primero de mayo permiten asegurarlo.

METODOLOGÍA DEL OCC

Los informes del Observatorio Cubano de Conflictos consideran como “protestas” a todas aquellas acciones que expresan de forma pública, sea de manera individual o colectiva, el rechazo ciudadano a disposiciones oficiales, instituciones o autoridades.

En cuanto a las causas o razones de la manifestación pública de protesta, estas pueden obedecer a  temas políticos y de derechos ciudadanos o vincularse de forma directa a demandas populares en cuestiones sociales, económicas y culturales como son los problemas de vivienda, agua, alimentación, transporte y censura artística o intelectual que las personas dirigen contra las instituciones y las políticas estatales o paraestatales.

Dichas manifestaciones pueden tomar múltiples formas tal y como han sido recogidos en la amplia bibliografía de los científicos sociales y los propios activistas que han estudiado estos temas durante décadas.  Ellas incluyen protestas callejeras, pintadas de muros, colgar carteles, corear consignas, negarse en público a cumplir órdenes policiales o administrativas, realizar una marcha, procesión, sentada, rezo o misa pública no autorizada, distribuir volantes, repartir publicaciones impresas o digitales prohibidas, distribuir memes y chistes satíricos de las políticas gubernamentales y muchos otros más en los que los ciudadanos manifiestan de manera pública sus agravios.

El OCC no contabiliza las protestas realizadas exclusivamente por ciudadanos cubanos en el exterior –aunque considera que el pueblo cubano constituye hoy una entidad transnacional- porque alteraría nuestra capacidad de medir con rigurosidad la gobernabilidad interna de Cuba, que es nuestro principal propósito.

El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) recopila información de fuentes abiertas y privadas, cuenta con su propia red de casi dos centenares de observadores repartidos por todas las provincias dentro de Cuba y sólo reconoce aquellas informaciones que se originen en fuentes reconocidamente confiables o que puedan ser verificables por nuestro equipo. Por ese motivo es posible que en alguna ocasión el número total de manifestaciones públicas de protesta que hayan tenido lugar sea en realidad ligeramente superior -nunca inferior- a la cifra que reportamos basados en nuestra metodología, fuentes y verificaciones. Pero esa rigurosidad nos permite asegurar que cada una de nuestras informaciones resulta confiable.

El OCC agradece la importante valoración de esta metodología que, a nuestra solicitud, fuera realizada a fines de 2021 por un grupo internacional de expertos, cientistas sociales y activistas de diferentes nacionalidades en América Latina y Europa.

Conflictómetro Cuba by Juan Antonio Blanco is licensed under CC BY-NC-ND 4.0