Por un sinfín de razones, castristas todas, Cuba se está desinflando como polo turístico del privilegiado Caribe. Pero el “presidente” Miguel Díaz-Canel pretende hacer creer lo contrario, que el país tiene condiciones para ser la mayor potencia turística en esa privilegiada región tropical del planeta.

Bueno, en rigor Díaz-Canel no miente del todo, pues Cuba sí tiene condiciones de sobra para ser el mayor polo turístico caribeño. Es más, siempre lo fue, y por amplio margen, antes de que los hermanos Castro y el Che Guevara asaltaran el poder a tiros.

Una Cuba libre sí podría ser líder del turismo caribeño

Lo que pasa es que el asistente principal de Raúl Castro no se está refiriendo a una Cuba normal con economía de mercado y la industria turística en manos privadas, sino secuestrada y monopolizada por una mafia cuyo nombre comercial es GAESA.

Pero el “presidente” realmente sí miente pues habla del castrismo, no de la Cuba libre futura. Y lo hace por dos motivos: porque admitir la realidad sería aceptar que se está hundiendo el único sector dinámico y rentable que tenía la economía cubana, y porque por órdenes “de arriba” tiene que tratar de justificar por qué su gobierno dedica hasta el 45% de la inversión total en construir más hoteles.

Díaz-Canel hace poco en una reunión en el Ministerio de Turismo insistió en que “Cuba es un país estable políticamente, con seguridad ciudadana y epidemiológica”. Dijo que para ello “se requiere de mayor preparación y de informatizar todos los procesos (…) el turismo necesita ser más innovador (…) generalizar las buenas experiencias e involucrar a los cuadros del sector en ello”.

Díaz-Canel habla en nombre de otros y justifica un crimen

El colmo es que Díaz-Canel no habla en nombre suyo propio, sino en el de la mafia militar de GAESA a la que él no pertenece, pero a la cual está subordinado.

Lo cierto es que Cuba lejos de avanzar y colocarse como líder del turismo en la cuenca del Caribe es precisamente el país que más retrocede en materia turística en esa privilegiada región tropical.

Y no se trata de un estancamiento coyuntural a causa del Covid-19, sino de un descalabro estructural definitivo de dicha industria por razones políticas, y económico-financieras, que ya no tienen solución posible hasta que el sector turístico pase a manos privadas, como en el resto del mundo normal. Encima, acaba de explotar un hotel de 5 estrellas con un saldo de 46 muertos, 100 heridos y 38 viviendas aledañas semidestruidas.

Cuba cae mientras el Caribe pasa a ser motor del turismo mundial

Lo más significativo es que la región del Caribe encabeza la recuperación acelerada del turismo a nivel mundial. De los seis países que lideran globalmente el regreso del turismo a la normalidad prepandemia, cinco son caribeños, pero Cuba no figura entre ellos.

Al frente de este inusitado empuje del turismo internacional está Costa Rica, que recibió 845,323 turistas entre enero y abril de 2022, para un crecimiento de un 10% con respecto a 2019, año previo a la pandemia. Y espera superar en un 30% la cantidad de turistas recibidos en el verano de 2019.

Le sigue República Dominicana, que solo en abril último (2022) recibió 626,010 turistas y fue el mejor mes de abril en la historia del país. A suelo dominicano en los cuatro primeros meses de 2022 llegaron 2.3 millones de visitantes, que gastaron unos $3,000 millones de dólares, o sea unos $1,304 dólares por turista, el triple de lo que gastan los vacacionistas en Cuba.

La pequeña Jamaica capta el doble de divisas por turismo

Jamaica, 10 veces menor que Cuba, espera recibir 2.5 millones de turistas en 2022 que gastarán $2,900 millones de dólares, o sea, $1,160 dólares por turista. México, con su Cancún caribeño, espera un incremento turístico de un 25.6% en 2022 en relación con 2021, con 40 millones de visitantes que gastarán unos $140,000 millones de dólares. Y hasta la pequeña Aruba le “desvía” vacacionistas a Cuba. En abril con 108,696 visitantes dio un salto de un 108% con respecto a igual mes de 2019.

En tanto, Cuba, que en 2019 recibió 4.2 millones de turistas, no aspira siquiera a igualar esa cifra prepandémica, sino a recibir un 41% menos, 2.5 millones de vacacionistas, algo además muy poco probable, y que no van a gastar los casi $3,000 millones de dólares (no tienen cómo) que dejaron los visitantes en Jamaica.

La dictadura castrista espera que los 2.5 millones de turistas este año gasten en la isla $1,159 millones de dólares, o sea $463.6 dólares por turista, menos de la mitad de lo que gastarán los vacacionistas en la vecina tierra del calipso. Vale aclarar, además, que en 2021 llegaron a Cuba 573,944 viajeros, para un desplome de -60% con respecto a 2020.

Con pandemia y hambre se edificaron 8,930 habitaciones de hotel

Visto ya este descalabro turístico en Cuba resulta escandaloso que en 2021, en medio de la peor crisis alimentaria en décadas y el pico mortal de la pandemia, el régimen gastó 13 veces más en construir hoteles que en la agricultura, e invirtió 157 veces más en hoteles que en Salud Pública,

Hoy la isla dispone de 77,809 habitaciones hoteleras. Si llegasen los 2.5 millones de turistas esperados –no será así–, sobrará más de mitad de las habitaciones hoteleras, pues en 2018, con 4.7 millones de turistas la ocupación hotelera fue de 69%.

Sin embargo, se sigue construyendo hoteles por doquier. Desde 2020, con pandemia y hambre en Cuba, se inauguraron 8,930 nuevas habitaciones de hotel, que costaron $1,473 millones de dólares, según el economista Pedro Monreal, en vez de gastarse en la agricultura, hospitales, viviendas, escuelas, carreteras, acueductos, equipos de transporte, y en importar medicamentos, alimentos y materias primas.

Haber hecho lo contrario fue un crimen de lesa humanidad. Y ese nivel de crueldad es lo que cuenta.