Desde hace más de veinte años el virus del dengue está haciendo estragos en Cuba, y no es para menos debido a la rápida e incontrolable propagación del mosquito Aedes Aegypti en todas las provincias y poblados del país. Las condiciones higiénico-sanitarias e infraestructurales de Cuba han creado un escenario perfecto para la crianza y propagación de este vector que no solo transmite el dengue sino también otras enfermedades como el zica y el chikunguña.
Actualmente en el país se han registrado casos de las tres enfermedades, pero es el dengue la que más preocupa debido a la alta tasa de incidencia y al aumento de los índices de mortalidad por parte de este.
Ante esta situación poco se puede hacer, pues tanto Servicios Comunales como el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) carecen de recursos para hacer frente a la situación de los alcantarillados rotos, las aguas estancadas, las fosas desbordadas, los vertederos abarrotados, los micro vertederos que se acumulan en todas las ciudades, la escasez de insumos médicos y la falta de medicamentos y doctores para hacer frente a esta situación. Todo está en falta, desde el vehículo para transportar la basura hasta el paracetamol para disminuir las fiebres. También los paulatinos y ya casi permanentes cortes de electricidad que sufre la isla propician un escenario perfecto para que ni siquiera los ventiladores sirvan para de alguna manera alejar al dichoso vector y evitar la molesta picada que propaga la enfermedad.
A pesar de que se han habilitado varias salas en los principales hospitales de cada provincia, en varias escuelas se han habilitado hospitales de campaña y que los médicos trabajan largas y agotadoras jornadas sin recursos para intentar de alguna manera apaciguar la endemia de dengue, no han podido siquiera evitar que los números de fallecidos aumenten, incluso teniendo colegas figurando dentro de esas tristes cifras.
Actualmente el dengue constituye una epidemia en Cuba tan peligrosa como lo fue el coronavirus hace dos años, y al parecer no tendrá solución en un futuro cercano. Lo peor es que cada día los recursos escasean más y ya ni siquiera alcanzan para realizar los complementarios necesarios para valorar el curso y la evolución de la fase viral en los pacientes infectados. Los equipos ultrasonográficos son insuficientes para la alta demanda que existe, los mosquiteros cada día están mas deteriorados y a penas son suficientes para el aislamiento en las salas mas hacinadas. El personal de la salud se encuentra agotado debido a la sobrecarga de trabajo en estos servicios y han tenido que recurrir al uso de residentes de años iniciales para poder apoyar a los médicos que tienen mas experiencia en este tipo de patologías.
Por otra parte, crece el desespero entre los pacientes debido a todos estos factores negativos, y ante la falta de respuesta por parte de las autoridades muchos recurren a las redes sociales para denunciar esta situación o para pedir ayuda en cuestiones de medicamentos e insumos para tratar los síntomas asociados a dicha patología.
Desdichadamente no parece haber solución para esto en un futuro cercano y al parecer al régimen solo le interesa mantener una falsa imagen de control de la situación mientras incentiva el turismo a la isla que no solo representa un peligro para los turistas, sino también para los países a los cuales regresan una vez terminadas sus vacaciones.