El dictador cubano es más fríamente consciente de su crueldad y misantropía que el igualmente criminal, o más, que era Fidel Castro, un psicópata ególatra narcisista que se percibía a sí mismo como el Zeus del Olimpo, un infalible y superior a todos los que lo rodeaban.
¿Qué dictadura en el mundo, fascista, comunista, teocrática, o de cualquier otro signo ideológico habría podido mantenerse en el poder con tan devastadora crisis política, social y económica como la que padece hoy Cuba?
Ninguna de que se tenga memoria. Al menos en América no se recuerda a régimen tiránico alguno que haya sobrevivido a una crisis sistémica y multifacética tan avasalladora como la de Cuba hoy. El empecinamiento de Raúl Castro “El Cruel”, y los restantes mafiosos que lo aúpan es un crimen de lesa humanidad. Y conduce a final violento de la dictadura.
¿Por qué la izquierda en América Latina, en el poder o en la oposición, sigue apoyando a una tiranía criminal que ya remontó a Cuba a los tiempos de Cristóbal Colón? ¿Por qué la ONU, la OEA, la Unión Europea, ni a ningún gobierno latinoamericano parece importarle esta dramática crisis que sufren los cubanos?
¿Por qué EEUU no pide a Musk internet para Cuba y sí para Irán?
Por ejemplo, a pedido del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el empresario Elon Musk activó la internet Starlink en Irán a través de sus redes sociales para neutralizar la censura del régimen. ¿Por qué Blinken no pide lo mismo para Cuba, un país vecino donde la dictadura tumba la internet nacionalmente para que nadie se entere de las calientes protestas callejeras y las palizas que dan sus esbirros a los ciudadanos pacíficos por exigir sus derechos?
Estamos hablando de una nación cuyo sistema electroenergético nacional colapsó y los apagones duran hasta tres días consecutivos. Con la agricultura arruinada, la industria casi paralizada, sin poder exportar ya ni azúcar. Sin divisas para importar alimentos, medicamentos, materias primas, combustible, equipos de transporte y bienes de consumo en general; con la segunda tasa de inflación más alta y la moneda más devaluada del planeta. Millones de personas viven en la pobreza extrema, malnutridas, muchos en barrios insalubres en medio de basureros y aguas negras. Solo en La Habana se derrumban 1,000 viviendas cada año.
Raúl no es un psicópata, es fríamente consciente de su crueldad
Y algo muy importante. Raúl Castro es un criminal nato, como lo fue su hermano, pero que se sepa no ha sido diagnosticado como un psicópata ególatra como Fidel. No es un “iluminado” megalómano tipo Hitler o Mussolini como sí lo fue su hermano según los psiquiatras y psicólogos que lo estudiaron.
Raúl Castro es un criminal “a capella”. Es más fríamente consciente de su crueldad. No se percibe a sí mismo como Zeus en el Olimpo, infalible, rodeado de seres inferiores que dependen de su genialidad, y la adoran.
A diferencia de Fidel, un narcisista que disfrutaba en grande hablar a las multitudes para embaucarlas, Castro II está limitado intelectualmente, es un incapaz. No tiene facilidad de palabra y detesta hablar en público. Encima, era criticado por Fidel porque en situaciones difíciles se escabullía y se refugiaba en el alcohol.
Incluso es cobarde. Testigos contaron que a fines de 1958, estando Ramiro Valdés combatiendo en Las Villas, comentó que “Raúl es un pend…” En su confortable y bien protegida madriguera, lejos del “populacho”, Castro II no da la cara ni para intentar siquiera dar una esperanza de una luz al final del túnel.
Es ostensible el miedo del tirano y su cofradía mafiosa. Por eso bloquearon las calles que dan acceso a la Plaza de la Revolución, donde está el Palacio de Gobierno, los edificios del Consejo de Estado, el Comité Central del PCC, y los ministerios de las Fuerzas Armadas, del Interior y de Comunicaciones, el corazón estratégico de la dictadura.
El régimen no tiene salida posible, llegó a su fin, está muerto
El régimen ya murió realmente. Todos los ensayos para salir de la crisis han fracasado. Las protestas contra la dictadura se multiplican por todas partes. En septiembre se produjeron 364, y van a continuar. La dictadura recibió una gran derrota política en referendo. El país de hecho está casi paralizado por los apagones, etc.
Parte de la cúpula dictatorial sabe perfectamente que no hay salida posible con el modelo socialista que el mismísimo Fidel Castro reconoció que “no funciona”, pero Castro II con sus sabuesos los vigila a todos. ¿Hasta cuándo, Raúl Castro? Hasta un día, que ya no está muy lejos, en que “se rompa el corojo”, parafraseando al generalísimo Máximo Gómez.