Las críticas vía internet a los jerarcas castristas alienta a muchos cubanos

 El Fouché que creó el sistema moderno de contrainteligencia cubano, Ramiro Valdés, lanzó su definición fascista-estalinista de la internet cuando en 2007 la calificó de “potro salvaje al que hay que domar”. Estaba convencido de que él y sus compinches podrían lograrlo.

En buena medida lograron impedir que los cubanos se enganchasen a la revolución tecnológica mundial, pero como decía el filósofo griego Heráclito, “todo cambia, todo fluye”.

El “potro salvaje de internet” ha salido respondón

Y sí que fluye, 13 años después esa jerarquía político-militar castrista no ha podido domar bien al potro, que le lanza a la cara críticas en las redes sociales de cubanos residentes en la isla que rechazan las decisiones del gobierno en materia económica, social, cultural, y hasta política. Eso era impensable hace algunos años.

Cuando el “período especial” de los años 90 no había en Cuba potro comunicacional alguno. Ahora lo hay y ha salido respondón. También los cubanos residentes en el extranjero increpan de tú a tú al “presidente” y otros burócratas de alto vuelo.

Al canciller le dicen mentiroso, y al ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino, lo califican de irresponsable y ofender al pueblo por decir que la falta de alimentos se va resolver con tripas de “gallinas decrépitas”.

Si bien a esas críticas vía internet no tiene acceso directo la mayoría de la población, sí llega a muchos cubanos, que se encargan de divulgarlas por Radio Bemba, la vía mediática más efectiva en toda dictadura.

Muchas de las críticas al gobierno desde dentro de Cuba las hacen populares artistas, locutores y periodistas de la TV, la radio, el teatro y el cine, como Luis Alberto García, Ulises Toirac o Yunior Morales

Muchas de las críticas al gobierno desde dentro de Cuba las hacen populares artistas, locutores y periodistas de la TV, la radio, el teatro y el cine, como Luis Alberto García, Ulises Toirac, Erdwin Fernández, Nelson Gudin; Yerlin Pérez López, Carlos Massola, Bárbaro Marín, Ernesto Daranas, Yunior García Aguilera, Julia Osendi; Yunior Morales, entre otros.

La gente se “contagia” y deja de sentir miedo a expresarse

Si bien algunas son tímidas, otras no lo son, como la que hizo Yunior Morales, conocido locutor de la radio cubana, quien luego de la “solución” al hambre dada por el ministro Sobrino puso en el perfil twiter del Presidente de la República que las tripas y los restos de gallinas viejas “se las comen ustedes” , y “somos nobles pues aguantamos como bestias”.

El hecho de que sean famosos algunos de los autores de esas críticas, tímidas o contundentes, genera un importante factor de carácter psicológico y anímico que funciona como un multiplicador de las críticas en cuestión. Millones de cubanos en la isla de una manera u otra se enteran de lo que dijo el famoso y eso los inspira a hablar sin miedo. Casi por gravedad la gente se va “contagiando” poco a poco y tiene más valor para decir su opinión sobre el desastre que vive el país.

Muchos cubanos están entrando en esa especie de “mini-glasnot”

Por otra parte, el hecho de que se hacen críticas inéditas a la dictadura y no pasa nada, no meten preso al crítico, porque no son pocos y encima famosos, es vital. Eso va soltando a muchos a entrar en esa especie de “mini-glasnot” restringida. También hay ya una percepción generalizada de que la economía está al borde del colapso y no hay cómo resucitarla si no se libera el campo y se reinstaura el sector privado en todas las ramas económicas. Y es muy obvio además que la “dirección de la “revolución” —como gustaba llamar Fidel Castro a su dictadura unipersonal— es solo una mafia político-militar a la que no le importa si la gente pasa hambre. Y que Además, Castro II ha mostrado su incapacidad para lidiar con situaciones de crisis. Su hermano lo criticaba por que se aisla y se refugia en el alcohol.

Con los apagones la ira popular se disparará

Por supuesto, todo esto sucede porque la escasez ya asfixiante de alimentos y de todo ha ido generando un descontento como no se ha visto antes en los 61 años de castrismo. Y para colmo ya comenzaron los apagones de hasta 8 horas y más, incluso en La Habana.

Ello incrementará la ira popular contra la dictadura mucho más, a niveles que tampoco se han visto antes, precisamente porque la gente tiene menos miedo y está ya harta de pasar hambre y necesidades

Si durante los apagones de los años 90 en La Habana en las noches se lanzaban piedras que rompían vidrieras de tiendas y otros establecimientos, es de esperar que ahora lluevan más piedras.

En fin, con críticas vía internet o no, la clave es el descontento creciente del pueblo. A veces entre cubanos se comenta que mientras viva Raúl Castro no habrá cambios en el país. Como van las cosas puede que ya eso no sea exactamente así.

Fue Virgilio (70-19 A.C) quien acuñó la frase “el hambre es mala consejera”. Parodiando el célebre poeta romano cabe decirle al dueto Castro-Díaz-Canel: “el descontento popular es mal consejero”.